* Toda la dolorosa secuencia para el Xeneize
Boca Juniors y, en especial, Marcos Rojo, vivieron un minuto fatídico en el primer tiempo del duelo ante Sarmiento en Junín. Porque el Xeneize pasó de contar con un penal a favor a fallarlo y perder a uno de sus máximos referentes. Fue a los 22 minutos cuando Óscar Romero apuró un tiro libre y dejó a Luca Langni cara a cara con el arquero Sebastián Meza, quien le cometió infracción dentro del área. Sin embargo, la situación beneficiosa se convirtió en una pesadilla.
En el minuto 24, Rojo, experimentado ejecutor desde los 12 pasos, se dispuso a rematar. Intentó un tiro abajo y al medio, pero Meza, quien se arrojó hacia su derecha, consiguió rechazar al córner a pesar de haberse pasado. Tras el festejo de todo el conjunto local, Boca lanzó el tiro de esquina. Y se dio el segundo golpe para la visita.
Tras un rebote, el ex Estudiantes y Manchester United buscó recuperar la pelota en el borde del área contraria. Pero al disputarla con Luciano Gondou, se giró sobre su rodilla izquierda y sintió un fuerte dolor en la derecha. Quedó tendido, tomándose el rostro, recibiendo el consuelo de compañeros y rivales.
Las imágenes del zaguero desconsolado resultaron impactantes. Enseguida ingresó el cuerpo médico a atenderlo y Frank Fabra le avisó a Hugo Ibarra que era urgente la modificación. Facundo Roncaglia tomó el lugar del defensor, mientras Rojo era retirado en camilla, por momentos con su camiseta sobre el rostro, ya cruzando la línea de cal, llorando desconsoladamente.
En el banco de suplentes, sus compañeros hicieron una ronda a su alrededor para dedicarle palabras de aliento, mientras le colocaron hielo en la rodilla afectada. Ni el gol de Langoni, en el epílogo de la primera parte, tras un contragolpe letal iniciado por Medina, continuado por Benedetto y finalizado por el juvenil, logró arrancarle una sonrisa.
Eso sí, en la segunda parte volvió a meterse en partido. Con la pierna inmovilizada, alentó, dio indicaciones y hasta se metió en medio de los festejos en mitad de cancha, caminando como podía, consumada la gran victoria de Boca.
Al zaguero el cuerpo médico le realizará estudios para evaluar la lesión y llegar a un diagnóstico. El punto es si hubo o no rotura de ligamentos. El central, de 32 años, tiene contrato hasta diciembre de 2023 y hasta se hablaba de una extensión del vínculo, en medio de rumores de interés de Estudiantes por repatriarlo. Tal vez, el buen momento de Rojo, que entró rápido en el corazón auriazul, deba entrar en pausa hasta superar la rehabilitación.
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