El Monumental empezó a jugar su partido el miércoles a la noche, en la goleada 5 a 0 de River ante Estudiantes. Por primera vez en el año, los hinchas de River le dedicaron a Marcelo Gallardo otra canción distinta al ya clásico “Muñeco, Muñeeee”, así, estirando la “e” a más no poder. “Ole, lé, Ola, lá, Gallardo es de River, de River no se va”, cantaron las 72.000 personas que llenaron el estadio por vigésimo tercer partido consecutivo. El grito no fue azaroso ni casual: los hinchas saben que se aproxima el momento en el que el director técnico más ganador de la historia de River decidirá si renueva el contrato que se vencerá el 31 de diciembre. Y quieren hacer lo suyo para que al Muñeco ni siquiera se le pase por la cabeza la posibilidad de decir adiós. Por ahora, las señales son todas positivas para la continuidad.
Los dirigentes de River esperan que Gallardo les responda a más tardar en los primeros diez días de noviembre al ofrecimiento que le harán. ¿En qué consiste la propuesta que le hará la dirigencia? Que firme un contrato por tres temporadas, hasta la finalización del mandato de Jorge Brito como presidente del club. Enzo Francescoli, secretario técnico del club y amigo personal de Gallardo, ya le puso la firma a su continuidad hasta que termine la gestión de Brito.
Por lo bajo, los dirigentes confían en que Gallardo seguirá en el club, pero no están seguros de que acepte firmar por tres años. “Sabemos que tenemos que esperar, pero hasta el momento no nos dio ninguna señal negativa. Lo de los tres años sería maravilloso. De todas maneras, sabemos que no es fácil porque Marcelo lleva casi ocho años y medio como técnico del equipo y él habló más de una vez del desgaste que significa dirigir a un equipo como River. Tenemos que esperar”, comentó a Infobae uno de los principales dirigentes de la institución de Núñez.
En línea con ese pensamiento, los dirigentes de River sondeados por este medio creen que el Muñeco continuará al frente del equipo en 2023 pero son cautelosos respecto de la duración del posible próximo contrato.
En cambio, en el cuerpo técnico que comanda Gallardo son más moderados. “Un día me parece que va a seguir y otro día no estoy tan seguro”, comentó uno de los laderos del entrenador. Con todo, las razones para una posible continuidad parecen ganarle por goleada a los argumentos para un eventual rechazo al ofrecimiento que le hará el club a fin de este mes.
En primer lugar, Gallardo sabe que el marco para preparar al equipo para 2023 será el que más le gusta y el que menos dispuso en el último tiempo: tiempo para descansar adecuadamente y recargar energías, y tiempo también para realizar una pretemporada larga, de las que él prefiere para tener una puesta a punto ideal en los aspectos futbolístico y físico.
Ese tiempo amplio para trabajar, por caso, es el que dispuso Gallardo no bien asumió como técnico de River, a mediados de 2014: fueron de pretemporada a Sunrise, en las afueras de Miami, y el trabajo resultó muy satisfactorio para él en calidad y cantidad. A fines de ese año, el equipo logró el primer título de la Era Gallardo: la Copa Sudamericana, que le permitió a River cortar una racha de diecisiete años sin títulos a nivel internacional.
En 2023, Gallardo también podrá disponer de un escenario poco menos que ideal. Por lo pronto, River tiene confirmada una pretemporada en Miami del 3 al 18 de enero. En realidad, irán a las afueras de esa ciudad, a la zona de Fort Lauderdale. Y el club cuenta con ofrecimientos para hacer una primera parte de la pretemporada en la segunda quincena de diciembre en San Martín de los Andes, otro lugar al que a Gallardo le gusta mucho ir, incluso de vacaciones, y para jugar un torneo de verano en Santiago del Estero. River todavía no definió qué hará con esas propuestas, esencialmente porque Gallardo todavía no les confirmó a los dirigentes si seguirá en el cargo.
Otro motivo de peso para alimentar la sensación de que habrá más Gallardo en River en 2023 es lo que suele decir el técnico en la intimidad: que el plantel actual, con una pretemporada, encontrará el nivel de juego y los rendimientos que él pretende.
Además, Gallardo es consciente de que este año le contrataron once refuerzos por más de 25.000.000 de dólares: siete en enero (Andrés Herrera, Emanuel Mammana, Leandro González Pirez, Elías Gómez, Juan Fernando Quintero, Tomás Pochettino y Esequiel Barco) y cuatro en junio (Rodrigo Aliendro, Lucas Beltrán, Pablo Solari y Miguel Borja). Y en el fondo él siente el compromiso de que semejante erogación de dinero tiene que ser recompensada con un equipo que represente al club y también a él mismo.
En los pasillos del Monumental no son pocos quienes sostienen que Gallardo, principal impulsor de las reformas en el césped del estadio, también va a querer disfrutar “siendo parte” de la inminente inauguración del anillo inferior de tribunas de las populares Sívori y Centenario, y de la platea San Martín, prevista para febrero del año próximo (ese sector de la platea Belgrano recién será construido desde fines de 2023 porque debajo de esa tribuna funciona el Instituto River Plate, que será mudado bien cerquita de la zona de piletas).
“Gallardo tiene tanto sentido de pertenencia con River que en el fondo pensamos que el simple hecho de que en el arranque de 2023 vamos a inaugurar tres tribunas del Monumental lo va a llevar a aceptar renovar. No sé si por los tres años que le vamos a ofrecer, pero sí al menos por uno”, dijo, en diálogo con este medio, un dirigente de River que pidió la reserva de su nombre.
En contraposición, el único motivo que podría llevar a Gallardo a rechazar la propuesta de renovación de contrato es el desgaste por los más de ocho años que lleva al frente del equipo, una cuestión que él puso sobre la mesa más de una vez. Con todo, el hecho de que ahora tendrá la chance de descansar y de despejar su mente durante alrededor de un mes parece un atenuante más que válido para el indudable desgaste que genera dirigir a un equipo obligado a pelear todas las competencias que juega como River.
Este domingo, en la tribuna Ayacucho del estadio de Patronato, habrá 1.500 hinchas de River bajo el eufemismo de “neutrales”. Sus voces y sus cantos, quién puede dudarlo, continuarán con el operativo seducción para que se quede el ídolo contemporáneo por excelencia de la gente de River.
SEGUIR LEYENDO: