La imagen es paralizante. Deja expuesta la actividad policial: un oficial armado cruza un vallado, esquiva a sus compañeros que están a bordo de caballos y apunta. El siguiente sonido después del fogonazo son los gritos, la confusión y la caída de Fernando Rivero, el camarógrafo de TyC Sports.
Es uno de los tantos ejemplos fílmicos que dejaron los violentos incidentes en las inmediaciones del Estadio Juan Carmelo Zerillo, con un trabajador de prensa siendo agredido a escasos metros por uno de los oficiales a cargo de llevar adelante el operativo de seguridad que se preparó para el partido entre Gimnasia de La Plata y Boca Juniors correspondiente a la 23ª fecha de la Liga Profesional.
“No me di cuenta porque yo estaba grabando la represión que estaba haciendo la Policía con la gente. Estaban tirando muchos balazos de goma. Este muchacho, que estaba reprimiendo, se dio vuelta y me vio, si fue a 5 metros... Me vio y me tiró, me dobló del dolor. Me tiró mal. No es que estaba a 10 metros, estaba casi al lado de él”, relató el propio Rivero en TyC Sports sobre la experiencia que vivió.
“Estaba trabajando, tomando imágenes de lo que estaba aconteciendo en el momento. No estoy haciendo otra cosa que eso, mi trabajo. Esta persona se dio vuelta y me vio, estaba al lado de él. Tiró y me corrí porque los primeros impactos me generaron dolor. Me agaché y me corrí de dolor”, detalló.
El Uruguayo, como se lo conoce a Rivero en el canal, aclaró que fue asistido por sus compañeros pero el oficial no intentó ayudarlo: “Después me llevaron los chicos al móvil, me dieron un poco de agua, porque aparte de los balazos, los gases lacrimógenos estaban terribles. Tiraron gases a lo loco. No se podía respirar y había muchísima gente descompuesta. Vinieron unos chicos que estaban atrás, que querían ingresar, y le decían: ‘Qué haces, no ves que le disparaste a un camarógrafo’. Pero ni se inmutó, siguió disparando. Me cruza, lo miro, le digo qué haces y siguió disparando para adelante. Ahí me llevan al móvil”.
El camarógrafo recibió disparos “al costado de la ingle” y terminó tirado en el piso por el dolor. Rivero explicó que el policía agresor tuvo que haberlo identificado como trabajador de prensa: “Me tomó de sorpresa porque no es que la cámara está oscura, tiene una luz muy potente. Tengo la cámara y la luz prendida. Estoy enfocando los disturbios, todo lo que veo y todo lo que puedo hacer en mis posibilidades, porque me tengo que cubrir de las piedras y algunos balazos que rozaban por ahí. Me llama la atención cómo salta, automáticamente salta y me dispara”.
“Todavía estoy un poco conmovido con lo que pasó. Estaba haciendo el trabajo como lo hago habitualmente, cuando hay disturbios agarro la cámara y grabo los incidentes. Yo estaba cerca de los caballos, le empezaron a tirar piedras a la policía de los caballos y me corro para resguardarme de las piedras. Me pongo en un árbol, esta persona salta la valla y viene directamente como a dispararme y tirarme a mi, para que no siguiera registrando los hechos. Me pareció esa la intención del tipo, sacarme de escena para que no siguiera grabando”, reflexionó.
Algunas horas después del violento suceso –que determinó la suspensión del partido en La Plata a los 9 minutos del primer tiempo– se conoció la lamentable noticia de la muerte de César Regueiro, un hincha de 56 años, producto de paro cardíaco.
Inmediatamente después de lo ocurrido, Sergio Berni, ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, habló en TyC Sports sobre la agresión al trabajador de prensa: “Camarógrafo o no camarógrafo, ningún policía puede tirar, aunque se munición de goma, de forma directa al cuerpo. Por lo tanto con cámara o sin cámara, tiene una responsabilidad penal por la cual responder”.
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