Sobreseyeron a Pablo Moyano en la causa por asociación ilícita con la barra de Independiente: los llamativos fundamentos

La jueza Brenda Madrid cortó la relación de los violentos con la dirigencia en la línea del secretario general Yoyo Maldonado. Y señaló que se debería investigar al representante y empresario Cristian Bragarnik

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Pablo Moyano y su papá Hugo perdieron la elección con su delfín (Mazza) el último domingo
Pablo Moyano y su papá Hugo perdieron la elección con su delfín (Mazza) el último domingo

Cuarenta y ocho horas atrás Pablo Moyano recibía la noticia de que el mundo Independiente lo sacaba para siempre del club. Porque tras ocho años de gestión, la lista que apadrinaba junto a su padre, Hugo, era barrida por completo en las elecciones para presidente. Pero como si estuviese acordado previamente, de ese mal trago salió rápido: este mediodía la jueza Brenda Madrid dictó su sobreseimiento en la causa que se le seguía como jefe de una asociación ilícita, cargo que compartía con el líder de la barra del club, Pablo Bebote Alvarez y varios dirigentes, entre ellos la mano derecha de su padre, Héctor Yoyo Maldonado.

En un fallo de 184 páginas que tiene múltiples peculiaridades, la jueza volvió a sostener la inocencia de Moyano en todos los delitos que se le endilgan a la barra (apretadas, cobros ilegales, reventa de entradas, viajes pagos al exterior, dinero en efectivo para amedrentar opositores entre otros) y cortó la relación de los violentos con la dirigencia en la línea del secretario general Maldonado. Es decir, admitió una vez más que todos esos acuerdos espurios existían entre la Comisión Directiva y la barra, pero que los Moyano y en particular el titular del sindicato de Camioneros, eran ajenos a todo. Y es más, postuló que si a alguna persona habría que investigar era al representante de jugadores Cristian Bragarnik, de quien dijo que había sobradas pistas para sostener que podía estar financiando a la barra y, según la jueza, el fiscal Sebastián Scalera lo dejó de lado para direccionar todo sobre Moyano porque era lo que el poder real de entonces quería.

Este es el segundo sobreseimiento que dicta Madrid después de que el primero fuera apelado por Scalera y la Cámara revocara el beneficio para el sindicalista y le pidiera a la magistrada que dictara un nuevo pronunciamiento. Que es lo que hizo hoy aunque sin aportar ningún elemento nuevo por lo que se estima que Scalera volverá a apelar y la Cámara podría revocar nuevamente y casi indicarle a la jueza que lo eleve a juicio oral. Claro que son causas donde los tiempos y la política juegan su partido por lo que cualquier cosa puede pasar.

La jueza se tomó casi dos años para resolver después de que en diciembre de 2020 la Cámara le dijera que veía raro que ponderara los testimonios de los barras para incriminar a Maldonado, Noray Nakis (vicepresidente del club por entonces) entre otros y no a quien supuestamente mandaba en el club y a quienes apuntaban los barras como el dador de todos los beneficios. Hasta pone en duda que el apodo Salvaje que aparece en varias escuchas telefónicas como el verdadero hacedor de todo sea Pablo Moyano, porque en una de esas intervenciones telefónicas el Polaco Roberto Petrov, custodio de Moyano padre y habitual presencia en el palco presidencial del estadio, dice que mañana ve al Salvaje en su cumpleaños y le transmite todo y ese diálogo es un 19 de julio y Moyano cumple el 22. Esa cuestión de días para la jueza hace caer buena parte del resto de la acusación fiscal.

Pablo Moyano y Pablo "Bebote" Alvarez, acusados de ser cómplices de asociación ilícita
Pablo Moyano y Pablo "Bebote" Alvarez, acusados de ser cómplices de asociación ilícita

Según la magistrada todo lo que tiene que ver con los pagos que los técnicos y jugadores tenían que hacerle a la barra provenía de un arreglo con Bragarnik. De hecho así lo deja escrito: “En lo que respecta a los referidos ‘aprietes’ a jugadores y técnicos, no encuentro sustento alguno para vincular al aquí imputado Pablo Hugo Antonio Moyano (alias Salvaje) con los mismos, primeramente porque de la simple lectura de la denuncia surge la connivencia entre el representante Bragarnik y el Jefe de la barrabrava de Independiente Pablo Alejandro Alvarez (alias Bebote), mientras que la conexión interna dentro de la Comisión Directiva se tenía con el dirigente Noray Nakis”. Lo mismo plantea con todo lo que tiene que ver con el dinero que se recibía para los viajes, con los pagos de 2500 carnets de socios para la barra, las entradas para reventa y demás negocios. Para la jueza, todo eso se arreglaba entre Bebote y Yoyo Maldonado sin que Moyano hijo tuviera siquiera conocimiento de lo que pasaba debajo de sus narices. Y sobre el dinero que dice haber recibido Bebote para hostigar a Cantero y obligarlo a ceder el poder a los Moyano, la magistrada afirma que en todo caso esa plata salió del Sindicato de Camioneros porque por entonces los Moyano no dirigían al club. Así, concluye, mal podrían haber defraudado la tesorería de Independiente. Creer o reventar.

Para la jueza Moyano tampoco estaba al tanto del manejo que la barra tenía de ciertas zonas del estadio, lo que quedó ampliamente probado en la causa, ni de los hoteles a razón de 110 dólares la habitación que el club les pagaba a 80 barras por noche en cada partido en el exterior que le tocara jugar al Rojo. Es más, sobre las entradas para reventa que recibía la barra en la empresa Integradores S.A., la jueza hace responsable al jefe del Departamento de Valores del club, Luis Scarpino. El sentido común indicaría que es difícil que semejante situación se le escape a un dirigente de la talla de Moyano pero para Madrid, es así. En todo caso, Moyano e Independiente han sido víctimas de la asociación ilícita y no sus proveedores. Otra vez, creer o reventar. Su sobreseimiento consta de un alegato político que podría usarse para cualquier parte. Porque la jueza así escribe: “El fiscal no cuenta con material probatorio para sostener la acusación. Sólo formuló supuestos y conjeturas para intentar incriminar de manera directa a Pablo Hugo Antonio Moyano como jefe de una asociación delictiva, considerando con ello un direccionamiento de tinte político por la figura que representa para la sociedad, llevándose por la necesidad del momento en disciplinar al aparato judicial para que haga lo que el poder real quiere, desconociendo con ello el derecho constitucional en su conjunto”. La teoría del lawfare aplicada a la violencia en el fútbol y el mundo barrabrava. Ahora la decisión la tendrá otra vez la Cámara.

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