Más de uno se sorprendió cuando Lionel Scaloni dio la formación oficial para el amistoso entre Argentina y Jamaica en Nueva Jersey y Lionel Messi no figuró en la alineación. Tras varias charlas con el cuerpo técnico, se definió que lo mejor era que el capitán de la Albiceleste no fuera de la partida para evitar una sobrecarga y tuviera minutos en el complemento. El público pasó entonces de la desilusión a la expectativa.
En el estadio Red Bull Arena, el elenco sudamericano mostró un buen desempeño durante la primera mitad, aunque le faltaron goles para contentar a los presentes. Y ante la parcial sequía, los fanáticos empezaron a corear el apellido del ídolo que trasciende fronteras: “Meeessi, Meeessi”.
Scaloni le anunció al rosarino que a los 10 minutos del complemento iba a ingresar a la par de Enzo Fernández. Y desde que se inició la etapa final, los hinchas explotaron de algarabía cuando vieron que se prestaba a realizar la entrada en calor. Y qué decir cuando el DT albiceleste llamó a él y al ex volante de River para reemplazar a Lautaro Martínez y Guido Rodríguez, respectivamente.
No transcurrieron diez minutos desde la entrada de Leo al partido cuando un intruso burló la seguridad e ingresó al campo de juego en busca de un recuerdo con él. Llegó a escasos metros de la posición de la mitad de cancha en la que estaba parado Lionel, pero no llegó a tener contacto porque un guardia lo tacleó de frente y recibió ayuda de otros que se acercaron de inmediato para detenerlo y escoltarlo fuera de la cancha.
El duelo había entrado en una meseta hasta que Messi sacó a relucir todo su repertorio. Tuvo dos opciones para estirar la ventaja: una con un zurdazo desde un ángulo muy cerrado que murió en las manos del arquero y otra con un tiro desde la puerta del área grande que salió débil y raso. Parecía que la historia terminaba por la mínima a favor de Argentina, aunque el 10 tenía otros planes...
Al minuto 86, cañonazo letal desde la medialuna del área grande para dejar sin opciones a Andre Blake. Y como si eso hubiera sido poco, enseguida (89′) generó una infracción en el mismo sector para hacerse cargo de un tiro libre que fue a parar contra el poste defendido por el guardameta jamaiquino, que entre tapado y por la velocidad del disparo, no tuvo mucho que hacer.
Los efectivos de seguridad privada habían exhibido total vehemencia con el primer intruso de la noche. Ni así pudieron disuadir a otros dos fanáticos de Messi que cruzaron las vallas publicitarias en su búsqueda. El segundo, justo después del 2-0, llegó a darle un fibrón para que le firmara su espalda. El tercero fue interceptado en medio de la acción (insólitamente lo detuvieron cuando Messi casi convierte el tercer tanto de su cuenta personal).
A Lionel Messi le bastaron 35 minutos para convertir un doblete y dejar a todos satisfechos en Nueva Jersey. Un partido más para ilusionar a todos los argentinos. Un día menos en el calendario para que comience la cita mundialista con la que sueña desde hace cuatro años.
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