Miguel Ángel Tojo se destacó como delantero y su primer equipo fue Ferro Carril Oeste. Luego, pasó por San Lorenzo de Almagro e integró Los Matadores, aquel equipo azulgrana campeón invicto del Metropolitano de 1968 que marcó historia en el fútbol argentino.
“Tenía grandes futbolistas y un técnico brasileño como Tim que era muy inteligente. Un hombre muy tranquilo y que veía muy bien los partidos. En el entretiempo atinaba con los cambios y nos hablaba con mucha calma. Era una maravilla como jugaba aquel equipo”, asegura el atacante que también jugó en Defensor de Lima en Perú, Racing Club y su último club antes de retirarse fue Unión de Santa Fe.
El oriundo de Blaquier, provincia de Buenos Aires, ha sido internacional con la Selección en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y también participó en las Eliminatorias para el Mundial de México 1970, al que Argentina no se clasificó.
Cuando colgó los botines, se puso el buzo de entrenador e hizo dupla técnica con Roberto Telch para dirigir a Racing-Tavella. Luego, pasó por Arsenal de Sarandí (donde ascendieron a la Primera B Metropolitana), Cipolletti de Río Negro, Deportivo Pereira y Atlético Bucaramanga (ambos de Colombia), Chaco For Ever y Banfield.
Como asistente técnico tuvo una gran etapa entre 1998 y 2007 en las selecciones juveniles de Argentina junto a José Pekerman y Hugo Tocalli, donde participó en la formación de quienes serían estrellas del fútbol mundial más adelante, como Lionel Messi, Carlos Tevez, Fernando Gago, Javier Saviola y Sergio Agüero, entre tantos otros. Además, integró el cuerpo técnico de Pekerman para el Mundial de Alemania 2006.
“Messi es un chico totalmente introvertido y tímido; muy callado. Nunca se mostraba ni sacaba chapa de crack. Fue el goleador del torneo en el Mundial Sub 20 de 2005, lo eligieron como el mejor y salimos campeones. Cuando volvimos a Buenos Aires, tuvimos una reunión con Tocalli y Pekerman para hablar de lo que había pasado. Lo único que dije fue ‘nunca vi a un jugador como Messi. Tiene un cóctel de velocidad, habilidad, técnica y gol que no tiene otro jugador’. El tiempo me dio la razón”, revela Tojo.
Sus casi 10 años de permanencia al frente de selecciones nacionales le permiten analizar cómo llega el seleccionado de Lionel Scaloni a Qatar 2022. “Hay un muy buen grupo de jugadores. Messi está feliz. Todo está encaminado para que la selección haga una buena campaña, pero no es favorita porque veo a Alemania, Inglaterra, España, Holanda y Bélgica que son mejores y muy poderosas. Argentina les puede ganar, pero no es candidata a ganar el Mundial”, advierte en un mano a mano con Infobae.
-¿Qué es de su vida, Miguel?
-Estamos en plena recuperación de una operación de cadera que me hice hace dos semanas. Gracias a Dios ya estoy en mi casa y caminando, la recuperación va muy bien.
-¿Por qué tuvo que operarse?
-Ya me había operado de una de mis piernas. Trabajé mucho con ellas e hice desastres. Estuve trabajando con los arqueros y los defensores. También, con los delanteros en la definición. Corrí toda mi vida y mis piernas tienen un gran desgaste. Por este motivo, tuve que cambiar esas piezas para seguir caminando. El médico de la selección argentina, el doctor Daniel Martínez, me operó muy bien. Hoy me manejo con un bastón canadiense y salgo a las calles. A los dos días de la operación me hicieron caminar. Yo antes era rengo y tenía muchos dolores en mis piernas.
-¿A qué se dedicaba antes de pasar por el quirófano?
-No tenía una actividad diaria. Me llamaban como consultor para que fuera a ver un equipo y les comentara los jugadores que veía. No podía trabajar, porque mi señora está internada en mi casa con un problema de salud muy serio. Entonces no me podía desplazar a ningún lado. Es más, desde mi casa grabé varios videos de juveniles-infantiles que fueron mandados a una empresa de Dubai, donde trabaja un ex futbolista argentino. El dueño de esa corporación se enteró que yo trabajé con Messi y Agüero, y se enloqueció. Como broche de oro, les envié dos videos que me hicieron llegar José Pekerman y Marcelo Bielsa, con quienes trabajé, que hablaron sobre mi persona y mi rol de profesional. Es una medalla de oro en mi vida lo que el Loco Bielsa dijo sobre mí.
-¿Qué puede destacar de Bielsa?
-Como técnico es lo máximo que conocí; tiene una dedicación total al trabajo. Muy exigente y sacando lo mejor de cada jugador. Siempre tratando de que sea en función del equipo y no puras individualidades. Muchas veces se habla de él sin conocimientos. Se lo criticó cuando el seleccionado no jugaba con dos 9, pero el funcionamiento que pretende del equipo hace que los jugadores tengan que estar preparados para jugar de una manera o adaptarse a los cambios. Por ejemplo, para pararse con una línea de tres centrales o con cuatro defensores, siempre está todo pensado, y eso es un aprendizaje que tuve con él. Fue maravilloso.
-¿Entendió alguna vez las críticas que recibió Bielsa cuando siendo entrenador de la Mayor no jugó con Batistuta y Crespo de titulares en el Mundial 2002?
-Primero tengo que ser crítico con nuestro país, que es hermoso y rico, pero vivimos en una pobreza total. Entonces, ¿cómo puede ser que pase eso? Bueno, si esa situación la trasladamos al fútbol, pasaría lo mismo, porque todos opinan como si supieran sobre todos los temas. El fútbol es una profesión en la que uno está diariamente con los futbolistas y tenemos un conocimiento total sobre ellos. Mirar un partido a la gente no le da el conocimiento para hablar sobre los protagonistas. Se lo criticó a Bielsa como entrenador de la Selección, pero en las Eliminatorias para Corea/Japón 2002 sacamos 12 puntos de ventaja sobre Brasil y nadie dijo nada. Al periodismo Marcelo no le cae simpático.
-¿Por qué?
-Porque no da notas individuales. Fijate que todavía sigue siendo muy criticado por esa Copa del Mundo. Nos volvimos a casa temprano, pero sólo perdimos con Inglaterra por un penal. Entonces, toda la buena campaña que hizo se fue por la borda por perder un partido desde los 12 pasos. No se puede evaluar todo un trabajo por una sola derrota, ni se puede decir si sirve o no sirve por un penal.
-En ese momento, ¿Bielsa estaba considerado el mejor entrenador del mundo?
-Sí, recuerdo que cuando fuimos a ese Mundial, la selección argentina era considerada como la número 1 del Mundo por la FIFA y Bielsa resultó elegido como el mejor entrenador del mundo. Después de que perdimos, en nuestro país lo mataron sin entender por qué. Pero resulta que pasa el tiempo, va al Bilbao y lo adoran, viaja a Marsella y lo adoran, se va a Inglaterra y lo idolatran. El problema no es Marcelo, sino los argentinos que lo critican.
-¿Por qué pasa eso?
-Porque no tenemos un equilibrio emocional para analizar las cosas. No mucha gente tiene el conocimiento con profundidad de lo que es el fútbol para ser entrenador y elegir un equipo para disputar un campeonato mundial. Evidentemente, tuvimos durante mucho tiempo al mejor jugador del mundo como es Lionel Messi y, sin embargo, acá fue criticado y decían que no viniera más.
-Pekerman también fue muy criticado por el Mundial 2006.
-En este país, todos. Hasta los campeones del mundo fueron criticados, como Carlos Bilardo y César Luis Menotti. Por su parte, Pekerman fue campeón con las selecciones juveniles, y en Alemania 06 fue con la Mayor y no perdió ningún partido, sólo en los penales ante el local. Pero en los 90 minutos ese equipo no perdió ningún encuentro.
-¿Qué balance hace de su paso por las selecciones juveniles desde 1998 hasta el 2007?
-Maravilloso, estuve nueve años y medio. Me tocó convivir con un grupo de gente muy profesional y muy buenas personas. Tuvimos la suerte de tener una camada de grandes futbolistas, considerados los mejores de la historia del fútbol argentino. Trabajamos en la formación de juveniles para que luego terminaran en la Mayor. Pero de todas maneras se ganaron muchos campeonatos y panamericanos; también sudamericanos. En definitiva, en la Argentina nunca se valora todo lo ganado.
-Con Pekerman en el sub 20 tuvieron a Messi y a Sergio Agüero juntos. ¿Se dieron cuenta rápidamente que había buena relación entre ambos?
-Ahí se conocieron, en el Mundial Sub 20. Uno es categoría 87, el otro, 88. Advertimos enseguida que existía una química futbolística descomunal entre Messi y Agüero. Entonces, resolvimos fortalecerla buscando también complicidad en la vida cotidiana. Por eso los mandamos a dormir en la misma habitación. Los mejores jugadores pasaron cuando estuvimos nosotros, como Carlos Tevez, Javier Mascherano. También, Juan Román Riquelme y Pablo Aimar, que fueron parte de la primera camada que salió campeón en Qatar.
-¿Cómo era tratar a Messi en su etapa juvenil?
-Un chico totalmente introvertido y tímido; muy callado. Nunca se mostraba, ni sacaba chapa de crack. Si bien cuando lo tuvimos en el 2005 el rosarino empezaba a jugar sus primeros partidos en el Barcelona, no era el mismo que explotó más tarde. Fue el goleador del Mundial Sub 20 en Holanda, lo eligieron como el mejor de todos y salimos campeones ganándole 2 a 1 a Nigeria, con doblete de él. Cuando volvimos con Francisco Ferraro a Buenos Aires, tuvimos una reunión con Tocalli y con Pekerman, que estaba en la Mayor, para hablar de lo que había pasado en Holanda. Entonces, habló Pancho sobre el desempeño del Sub 20, y luego José me preguntó sobre lo que había visto.
-¿Qué le dijo?
-Lo único que le dije fue “nunca vi a un jugador como Messi acá en el predio de Ezeiza”. Al mismo tiempo Pekerman me respondió: “Pará Miguel, que acá pasaron grandes jugadores, no te apures”. Le volví a decir: “Como Messi, ninguno. Este chico tiene un cóctel que no se lo vi a nadie. Velocidad, habilidad, técnica y gol. Tiene esos cuatro componentes que no se los vi a ningún jugador”. El tiempo luego me dio la razón.
-Sabiendo eso, ¿por qué Pekerman lo dejó en el banco de suplentes frente a Alemania en el Mundial 06?
-Todo tiene una historia. En ese torneo, Messi no fue titular porque se venía de recuperar de un desgarro y tenía los días contados para reaparecer. Pero el médico del seleccionado le había dicho a José que lo llevara despacio, porque podía volver a resentirse, ya que sí lo ponía de entrada, lo perdía durante el resto del campeonato. Frente a Alemania tuvimos a Lionel en el banco y sufrimos varias desgracias que provocaron que no pudiera ingresar.
-¿Cómo cuáles?
-La lesión que sufrió Roberto Abbondanzieri durante el juego. De esta manera, hicimos un cambio que no estaba previsto. El ingreso de Messi estaba coordinado, pero al final no se pudo. La idea era llevarlo de a poco para tenerlo de lleno a partir de los cuartos de final en adelante. Pero se dio la desgracia de que el Pato no pudo seguir y ese cambio lo perdimos.
-¿Por qué motivo se va de las selecciones juveniles?
-En el 2007 nos fuimos ganando el Mundial sub 20 en Canadá y, dos años antes, habíamos obtenido un título similar. Recuerdo que conduje a la Sub 17 en el Mundialito de Corea y perdimos en los cuartos de final con Nigeria, siendo el rival más difícil que nos podía tocar, ya que no había controles estrictos y utilizó a jugadores mayores. Llevamos a cabo un buen campeonato y llegamos a cuartos de final y nos volvimos. Pero al regreso, ya estaba previsto por dirigentes ineptos de la AFA que teníamos que irnos y que llegara una nueva camada de ex jugadores del 86, que habían arreglado con Carlos Salvador Bilardo trabajar en las juveniles.
-¿Cómo observa al seleccionado de Lionel Scaloni para Qatar 2022?
-Los Mundiales son muy difíciles de analizar. Son siete partidos y hay un montón de imponderables que pueden aparecer y cambiarlo todo. El seleccionado ha conformado un muy buen plantel e hizo muy buenos partidos. Viene de ganar la Copa América, y ante Brasil, en su país. Pero de todas maneras, cuando empieza una Copa del Mundo es un torneo difícil de disputar. El equipo argentino llega bien, con Lionel Scaloni que lo ha llevado muy bien. Hay un muy buen grupo de jugadores con Messi que está feliz. Todo está encaminado para que la Selección haga una buena campaña, pero no es favorita, porque veo a Alemania, Inglaterra, España, Holanda y Bélgica que son mejores y muy poderosos. Argentina les puede ganar, pero no es candidata a ganar el Mundial.
-¿Es cierto que nació un 6 de julio y en su DNI figura el 9, el Día de la Independencia?
-Sí, es cierto. Nací en el campo y allí te iban a anotar dos o tres días después. En esa época, cuando uno nacía en un día patrio, te salvabas del servicio militar, pero al final lo hice igual en el Liceo Militar de San Martín.
-¿Cómo fue esa experiencia?
-No me gustó para nada, porque era una cosa muy fea, ya que no tenía la libertad para poder moverme. Estaba en un régimen militar y dependía de los permisos que me daban. Gracias a Dios tuve un hombre que me ayudó muchísimo. Me hacía comer muy bien y me cuidaba. Además, me llevaba a las prácticas. En esa época, ya jugaba en Primera División. Un día, luego de un partido oficial con Ferro, tuve que hacer una guardia en el liceo desde la medianoche y me quedé toda la madrugada despierto.
-¿Como fue su llegada al Verdolaga?
-Por intermedio de un primo de mi papá que vivía en Caballito. Él se enteró de que yo jugaba y me consiguió una prueba en Ferro. Fuimos con mi hermano también y, en la primera prueba, me ficharon. Jugué en la Séptima, en la Quinta y me pasaron a la Primera. A los 18, debuté en la máxima categoría.
-Luego, recaló en San Lorenzo. ¿Cómo llegó a ese club?
-Fueron cuatro años que estuve en Ferro, que me abrió las puertas para llegar a la Selección. En 1964 fui parte de los Juegos Olímpicos de Tokio. Al volver, empezó a sonar mi nombre y me buscó San Lorenzo de Almagro, como también Independiente de Avellaneda. Rápidamente, el Ciclón llegó a un acuerdo con el Verdolaga y se hizo la transferencia en 1967, siendo el pase más caro del año.
-Al año siguiente, fue campeón invicto con Los Matadores. ¿Cuál fue el secreto de aquel equipo que marcó historia en el fútbol argentino?
-Grandes futbolistas y un técnico brasileño como Tim, que era muy inteligente. Un hombre muy tranquilo y que veía muy bien los partidos. En el entretiempo atinaba con los cambios y nos hablaba con mucha tranquilidad. Era una maravilla cómo jugaba aquel equipo.
-Jugaban en el Viejo Gasómetro. ¿Qué conserva de aquel estadio?
-Una plaqueta de Avenida La Plata. Hace un tiempo fui a la cancha de Ituzaingo y me di cuenta de que tienen plateas construidas con las maderas que se vendieron del Viejo Gasómetro.
-Luego, pasó por Racing en un momento muy delicado en su historia y terminó su carrera en Unión de Santa Fe. ¿Le quedó algo pendiente en su carrera?
-Tuve una muy buena experiencia en Defensor Lima peruano en 1970. Me compraron a mí y a Pedro González. La verdad es que tuvimos en Perú una primera temporada muy buena y en la segunda, al presidente del club lo mataron y nos tuvimos que venir porque no nos podían pagar. De esta manera, regresé a la Argentina para sumarme a la Academia que no estaba pasando por un buen momento. Había grandes problemas económicos y no fue bueno mi paso por allí. Pero sí en Unión de Santa Fe, de la mano de Juan Carlos Lorenzo como entrenador, que armó una plantilla con grandes futbolistas como Hugo Gatti, Leopoldo Luque, el Chapa Suñé, entre otros.
-Hoy, ¿cómo ve la actualidad del equipo azulgrana?
-El técnico Ruben Insua está llevando a cabo un trabajo brillante. El plantel está integrado por muchos chicos de las divisiones juveniles ante la falta de refuerzos. El club de Boedo debe 50 millones de dólares, que al cambio de hoy, es mucha plata.
-¿Cómo llega a tener esa deuda?
-Por la falta de conocimiento de los dirigentes. Hay gente que tiene mucha plata, pero carece de conocimientos para manejar instituciones. El dinero no da conocimientos, sólo un poder económico para comprar jugadores. En su momento, el club firmó contratos a tres o cuatro años en dólares que con el tiempo no podía pagar. Sufrió terriblemente esos contratos firmados y no se les podía pagar a los futbolistas.
-En su etapa como técnico en Inferiores, como empleados del club, ¿ustedes percibían sus haberes?
-Estuvimos cinco meses sin cobrar. Además, no había semillas para el pasto, ni agua para las duchas. Como empleados del club, tuvimos que comprar pecheras para los futbolistas; muchas cosas faltaban. No había papel higiénico en la pensión para los chicos y durante los tres meses de invierno se duchaban con agua fría. No había toallas para que se secaran.
-¿Fue en el 2012, cuando estuvo a punto de irse al descenso?
-Sí, que jugó la promoción con Instituto de Córdoba. Muchas veces digo que cuando un equipo se va al descenso, el que desciende es el club, porque en los pasos previos a llegar a esa situación se tomaron malas decisiones. No cobraban los futbolistas ni tampoco los empleados. La deuda y los problemas venían de mucho tiempo antes de que llegara Carlos Abdo como presidente, cuando trajeron futbolistas de Europa para ganar la Copa Libertadores y les firmaron contratos europeos. Al final, todos esos vínculos se hicieron inmanejables. Cada vínculo firmado costaba 500 mil o 600 mil dólares con una duración de cuatro años. Cuando estuvimos ahí, el dólar estaba cuatro pesos. Con el paso de los años se elevó y hoy no pueden pagar aquella la deuda de hace 10 años.
-¿Los problemas también repercutían en las Divisiones Inferiores?
-Sí. Recuerdo que venían los dirigentes a pedirme por favor que subiera a los chicos a Primera para saber si podíamos vender alguno porque estaban desesperados. Yo les explicaba que un trabajo de juveniles requiere de entre cuatro y cinco años. Cuando arrancan en la Novena tienen 14 y los tenés que ir llevándolo de a poco, hasta que a los 18 puedan debutar en la máxima categoría. Para eso, necesitas cuatro años de trabajo, como mínimo. Teníamos a Tito Villalba, Walter Kannemann y a Ángel Correa, a quienes los tuve durante 12 partidos en la Reserva y luego Ricardo Caruso Lombardi los subió a Primera.
-También le tocó hacerse cargo del plantel profesional junto a Carlos Veglio.
-Sí, porque se había ido Ramon Díaz. Pero cuando asumimos le aclaré a Abdo que venia a trabajar en las juveniles, no a la Primera. Pasa que hay una costumbre de que si trabajas en las Inferiores soñás con llegar en la máxima categoría, pero no tenía esa ilusión, sino la de aportar jugadores a la Primera. Yo cumplí el rol de entrenador del plantel profesional porque era empleado del club y le di una mano, pero nada más.
SEGUIR LEYENDO: