Cuando Diego Armando Maradona anunció la lista de los 23 jugadores que lo acompañarían al Mundial de Sudáfrica hubo sorpresa al escuchar el nombre de Ariel Garcé, quien por entonces se desempeñaba en Colón de Santa Fe. El lateral derecho, que ya había sido convocado para algunos amistoso disputados por la selección que se había conformado por jugadores íntegramente del ámbito local, vivió así una experiencia única y esta semana revivió algunas anécdotas de aquella etapa.
En diálogo con el podcast La Selecta, el ya ex futbolista explicó que en la actualidad le da un poco de vergüenza que su hija Juana le diga a sus compañeros del colegio que su padre jugó con Lionel Messi: “Yo le digo ‘Juana no digas mas nada, Messi ni me juna’”.
Al recordar aquella etapa, reveló que cuando fue llamado por primera vez para enfrentar en un amistoso a Haití, tenía sentimientos encontrados: “A mí no me caían tan bien ni Maradona ni Grondona, Diego me generaba admiración pero en su última parte, su forma de participar en diferentes cosas de la sociedad no me gustaba. Cuando me lo encuentro tuve que bajar todo eso mío para poder ser libre y no juzgarlo por lo que había mirado o escuchado. Llegué con un plan de tratarlo a Diego como si fuese un padre o un hermano. Y una de las cosas por la cual conectamos con Diego fue eso: la buena onda que él tenía, pero hablando energéticamente. Es como que energéticamente esos tipos están en otro lugar, no es que es algo mágico, pero tienen algo más”.
“Cuando lo vi, le di un abrazo como si fuese un tío que hace mucho no veía y el loco como que se quedó y a partir de ahí confió en eso que había sentido en mí”, recordó al explicar que él desde que piso el predio de Ezeiza puso lo mejor de sí: “Yo fui a disfrutar y tenía esa buena onda siempre. Y lo disfruté. Por eso fui al Mundial. Primero porque jugué e hice un montón de cosas que para mí estuvieron a la altura y después por todo esto, por prepararme, entregarme y verdaderamente sacar todos mis juicios para con quien estaban ahí”.
Su citación llamó la atención de la prensa y del público en general y a raíz de eso se han generado mitos para intentar explicarla. Uno de ellos indica que Maradona soñó con que él levantaba la Copa, por eso decidió llevarlo a Sudáfrica: “Lo escuché un montón, pero es como que me digan que colon salió campeón porque saqué la virgen 10 años antes. Es como que los jugadores no hayan hecho nada. Esto es como un plan de correr de foco toras esas cosas. Yo no sé si es verdad, a mí todo eso me favoreció, yo nunca hablé con Diego de eso. Fue todo tan rápido y fuerte. Te diría que podría haber pasado, pero no lo sé”.
Después de haber recibido el llamado, Garcé tramitó pasaportes para 19 amigos que viajaron al Mundial. Ya en Sudáfrica, aprovechaba los ratos libres que tenía para ir a verlos y generalmente se juntaban en el Fan Fest de Pretoria: “Yo me iba a la Fan Fest con mis amigos y volvía caminando y los de seguridad no me dejaban pasar, no me creían que era jugador. Yo les decía ‘fijate en la lista, que estoy ahí’”.
El ex jugador de River Plate y Rosario Central no jugó siquiera un minuto de aquel certamen, pero en el partido ante Grecia, correspondiente al tercer duelo de la fase de grupos, tenía la ilusión de al menos ingresar un rato. Como la Albiceleste llegó a ese compromiso con el boleto asegurado a octavos de final, el entrenador optó por poner un equipo alternativo para darle descanso a varias figuras.
“En el partido de Grecia, me generé expectativa porque Diego me saca a calentar al minuto 0 y calenté 72 minutos y cuando hace el tercer cambio y entra Palermo, llegué al banco derrotado”, recordó. “En el vestuario después del partido (Argentina ganó 2-0) estaban todos festejando y yo decía ‘qué cagada, no juego nunca más’. No me enojé con nadie, pero bueno. Desde el primer minuto calentás para entrar. Me jugué un partido ahí atrás y nunca entré, me sentí como derrotado o frustrado”.
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