Transcurrió una semana exacta desde que a Exequiel Zeballos le cambió la vida. De la emoción por volver a ser titular en la Primera de Boca pasó al dolor físico y existencial de tener que iniciar una recuperación por su grave lesión ligamentaria de tobillo derecho. Fueron horas, días, que parecieron ser meses. Al Changuito las lágrimas le rodaron por sus mejillas incluso mientras Pol Fernández y Agustín Rossi lo ayudaban a subirse a la camilla para que lo analizara el departamento médico en el vestuario del estadio Padre Ernesto Martearena de Salta, donde Milton Leyendeker lo lesionó.
La tranquilidad llegó recién cuando su padre, presente en la cancha, pudo acompañarlo hasta el hospital salteño donde le hicieron las primeras exploraciones. Lamentablemente para la joya de la cantera boquense, el Doctor Jorge Batista le dio la peor noticia: lesión de la sindesmosis tibioperonea distal con lesión del ligamento deltoideo y avulsión del maléolo posterior del tobillo derecho (traducido, rotura de ligamentos del tobillo derecho con compromiso de la parte trasera de la tibia).
Luego de horas de debate, los médicos del club optaron por la intervención quirúrgica, que se llevó a cabo al día siguiente del partido con resultado satisfactorio: “Exequiel Zeballos fue operado exitosamente. ¡Estamos siempre con vos, Changuito querido!”. Y más tarde, precisaron: “Buena evolución postquirúrgica. En reposo hasta la semana próxima. No se encuentra inmovilizado. Deberá cumplir tres semanas sin apoyo y tres semanas con apoyo parcial (utilizando muletas) para luego completar los trabajos de rehabilitación. Tiempo estimado de retorno a la práctica competitiva de deportes entre 4 y 6 meses”.
Hoy llegó una buena noticia: por la tarde, inició los trabajos de rehabilitación con los kinesiólogos del club. Así es que mientras sus compañeros se movieron en el Complejo Pedro Pompilio pensando en el siguiente compromiso por la Liga Profesional (este domingo, desde las 20:30, Boca visitará a Defensa y Justicia), él acudió a la enfermería y tachó el primer día en el calendario.
“Quisiera agradecerles a todos por todos los mensajes de apoyo y de fuerza que me dieron. Ya empecé la recuperación para volver a estar adentro de la cancha lo antes posible. ¡Muchas gracias a los doctores de Boca, a mis compañeros y a todo el staff! ¡Les mando un abrazo a todos y nuevamente muchas gracias! ¡Que dios los bendiga a todos!”, fue el mensaje en las redes sociales de un Zeballos que acaba de llegar al millón de seguidores en Instagram.
Con ansias de volver lo antes posible pero la cabeza fría para no saltearse etapas de recuperación, el santiagueño de 20 años consulta cada movimiento con Batista y los médicos boquenses. Con el permiso pertinente, ayer acompañó a sus compañeros en el partido ante Rosario Central en la Bombonera. Se trasladó en muletas, estuvo presente en el campo de juego durante la entrada en calor del equipo junto a Darío Benedetto (sancionado de forma interna por su pelea con Carlos Zambrano) y más tarde se ubicó en uno de los palcos del estadio junto a su círculo íntimo.
Pese al mal momento que está viviendo, el Changuito no ocultó su simpática sonrisa y alzó el pulgar para los fanáticos que lo ovacionaron cuando lo divisaron en su sector. Además, tuvo un gesto digno de ser contado: recibió en persona a Joaquín, el chico de 12 años que había sido baleado en el rostro en La Matanza y soñaba con conocerlo.
Por el momento, Zeballos tiene terminantemente prohibido pisar con su pie derecho. Esa fase recién comenzará en tres semanas, cuando seguramente se empiece a movilizar por sus medios con una bota walker. Con el correr de los meses y con la evaluación diaria de los médicos de Boca, el Changuito recién podría volver a trotar en noviembre o diciembre. Los especialistas indican que es fundamental el reposo para la buena recomposición de la unión de la tibia y peroné, zona castigada.
En el mejor de los casos, el delantero podrá formar parte de la pretemporada de verano 2023. Se presume que realice tareas diferenciadas en enero y febrero, para quedar en óptima condición física y futbolística de cara a la fase de grupos de la próxima edición de la Copa Libertadores.
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