Ya había jugado Sudamericano y Mundial Sub 17, había participado del certamen continental Sub 20 para que Argentina consiguiera pasaje a la Copa del Mundo de Colombia 2011. Ezequiel Cirigliano, ya entonces una de las máximas promesas de River Plate compartió allí plantel junto a Dibu Martínez y Nicolás Tagliafico, dos fijas de Lionel Scaloni para Qatar. Mientras tanto, el mediocampista, hoy de 30 años, fue detenido por irrumpir a los tiros en un domicilio de la localidad de Caseros.
Debutó en la élite en abril de 2010, con 18 años, frente a Atlético Tucumán, en épocas de Leonardo Astrada en el banco del Millonario. Descollaba por su ubicuidad y buen manejo. Enseguida, arreciaron las comparaciones con Javier Mascherano. Su constante vinculación con la Selección alentaba dichos puentes.
“Es un crack. Puedo inflarme el pecho, ¡estoy jugando con el futuro 5 de la Selección!”, supo declarar Leonardo Ponzio en radio Continental en 2012, frase que evocó en redes el periodista Sebastián Srur. Venía de ser importante en la campaña del regreso a Primera de la Banda, tras el tortuoso tránsito por la B Nacional. Pero nunca se terminó de asentar. Los problemas familiares, el entorno, no lo ayudaron. En 2013 comenzó su periplo: terminó siendo cedido a préstamo al Hellas Verona.
En Italia jugó 14 partidos, volvió al país con un ofrecimiento para regresar, pero la oferta no conformó en Núñez, que buscaba utilizarlo, recuperar aquella gran promesa, ya con una nueva gestión (acababa de asumir Rodolfo D’Onofrio como presidente) y bajo la tutela de Marcelo Gallardo. Habló con el Muñeco, pero demoró en reinsertarse a los trabajos. Eso provocó un reto del titular de la institución: “Si no se da cuenta de que es un profesional y que está en River, Cirigliano va a terminar siendo jardinero del club”.
Terminó disputando apenas dos cotejos en el River de Gallardo, en el Torneo de Transición de 2014: contra Racing en Avellaneda y ante Banfield en el Monumental. Su tránsito en el Millonario se cerró con 53 presencias. Y emigró al Dallas, de la MLS. Se convirtió en un nómade, casi sin conseguir hacer pie en ningún destino. Jugó un puñado de partidos en Tigre y en Atlético Tucumán (en 2016, año en el que falleció su papá). En el medio, en 2015, fue detenido por manejar alcoholizado y por resistirse a la autoridad.
Recién se asentó en el Zacatepec de la Segunda División de México, donde sí logró continuidad y parecía relanzar su nombre, para volver a los primeros planos, demostrar que su talento no se había desvanecido. Pasó al San Luis de Chile y lo repatrió Godoy Cruz. Pero sólo jugó un encuentro. Otra vez el ostracismo. Este año, más precisamente en febrero, fue noticia porque quiso reinsertarse en la actividad en el Cynthialbalonga Calcio, de la Serie D de Italia.
Esta vez, su nombre ganó notoriedad por un hecho policial. Lo detuvieron con un arma de fuego calibre 9mm, con once municiones intactas en cargador y una en recámara, tras haberse intrusardo en un domicilio. Llevaba un pantalón de Boca Juniors y un buzo del París Saint-Germain. Fue trasladado a la Comisaría Primera de Caseros en el partido de Tres de Febrero y quedó a disposición de Justicia. Interviene en el caso la Unidad Fiscal 07 de San Martín.
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