Arizona es un pueblo de San Luis en el que viven poco más de 1.000 habitantes. En uno de los potreros que hay entre sus casas bajas y su aire de campo tiró sus primeras gambetas y diagonales Pablo Solari, nacido allí hace 21 años. El delantero es uno de los cuatro refuerzos que llegaron a River Plate en el último mercado de pases junto al colombiano Miguel Borja, Rodrigo Aliendro y Lucas Beltrán, quien regresó de su préstamo en Colón. Con apenas un partido de titular, el ex Talleres de Córdoba y Colo Colo ya genera mucho entusiasmo entre los hinchas y promete transformarse en una de las principales cartas ofensivas del equipo dirigido por Marcelo Gallardo.
“Marcelo (Gallardo) ve en Solari a un pibe que le va a aportar muchas soluciones al equipo. Tiene gambeta y va siempre para adelante, algo que no abunda en el fútbol argentino”, afirma, en diálogo con Infobae, una persona muy cercana al entrenador más ganador de la historia de River Plate. Y agrega: “Pablo tiene otra cosa muy importante: juega suelto, como si no le pesara la camiseta. Y eso no siempre pasa en un club como River, en el que muchos jugadores necesitan un tiempo de adaptación”.
El Muñeco le puso el ojo cuando los videoanalistas del club comenzaron a preparar los partidos de la primera fase de la Copa Libertadores de este año, ante Colo Colo (Chile), Alianza Lima (Perú) y Fortaleza (Brasil). A partir de entonces, lo empezó a seguir con atención y terminó de ratificar lo que pensaba de él cuando River le ganó 2 a 1 al conjunto chileno en Santiago, con goles de Matías Suárez y Esequiel Barco. Fue el 27 de abril y a partir de ese momento se transformó en un objeto de deseo para Gallardo, quien al poco tiempo le pasó su nombre a Enzo Francescoli.
El manager uruguayo lo apuntó entonces como una de las alternativas a buscar y eso fue lo que hizo el conjunto de Núñez. Matías Patanian, el vicepresidente primero, y Francescoli fueron los encargados de llevar adelante la negociación con Colo Colo y River Plate lo incorporó el mes pasado a cambio de 5.000.000 de dólares por el 60% del pase.
Hasta ahora jugó 147 minutos en River (28 ante Gimnasia, 29 frente a Aldosivi y los 90 del último domingo contra Independiente) y ese tiempo le alcanzó para mostrar los trazos gruesos de su repertorio: capacidad para desequilibrar en el mano a mano, tendencia a desbordar por la banda derecha y propensión a lastimar también tirando diagonales. En fin, ya dejó en claro que es un delantero punzante y peligroso. Pero más que eso: los hinchas de River, que por lo general tienen un paladar futbolístico fino, ya lo empezaron a adoptar como propio.
Fanático de River Plate por mandato familiar (se llama Pablo César por Aimar), Solari está viviendo un sueño. Y sabe, porque Gallardo ya lo hace sentir importante, que todo el equipo tiene enormes expectativas depositadas en él.
Desde el otro lado de la Cordillera de los Andes, Gustavo Quinteros, el técnico argentino de Colo Colo, también le vaticina un gran futuro con la camiseta de la banda roja. “Pablo ya comenzó bien en River y no tengo dudas de que va a seguir creciendo mucho. Tiene muchas condiciones, una habilidad tremenda en velocidad y su juego está hecho a la medida de un equipo como River”, expresó.
En el clásico del último domingo ante Independiente, Solari fue el jugador más peligroso que tuvo el Millonario, pero falló reiteradamente en la puntada final. Por lo pronto, tiró trece centros y apenas uno llegó a los pies de uno de sus compañeros: el resto fueron interceptados o despejados por los defensores rivales. Necesita mejorar en la toma de decisiones, pero cada vez que tomó la pelota, generó una mezcla de inquietud y temor en los simpatizantes del conjunto de Avellaneda.
Paulo Díaz, con quien tiene una muy buena relación y suelen intercambiar bromas en sus redes sociales, ya le puso un apodo: Pibe cantina. Solari firmó contrato con River Plate hasta diciembre de 2026 y el club le colocó una cláusula de rescisión de 25.000.000 de euros que subirá a 30.000.000 de euros si lo vienen a buscar a diez días del cierre del libro de pases.
Antes de que el club de Núlez fuera con todo a la carga por él, América de México intentó contratarlo pero Colo Colo rechazó la propuesta. Cuando le recuerdan esa situación, Solari respira aliviado al igual que su papá y que sus hermanos Matías Jesús (le pusieron así por Almeyda) y Santiago (por el “Indiecito” Solari), todos fanáticos de River Plate. Esta noche, ante Newell’s en el Monumental, buscará cumplir el sueño de anotar su primer gol en el estadio donde anhelaba jugar cuando corría en los potreros de Arizona.
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