Si de pierna fuerte y raspones hay que hablar, Roberto Passucci es palabra autorizada. El ex mediocampista que es recordado por darle una patada criminal a Oscar Ruggeri en un Superclásico habló de lo que fue la entrada brutal de Milton Leyendeker a Exequiel Zeballos y no dudó: “Fue con mala intención. Fue directamente a lastimarlo. Una cosa es jugar fuerte y otra es la mala intención”.
El emblemático ex futbolista xeneize insistió con la idea de que el defensor de Agropecuario no fue a disputar el balón y opinó que esto fue algo premeditado: “Si vos mirás esos 9 minutos anteriores a su expulsión, cada choque de cada jugador contra los de Boca era con un dejo de maldad. Muy fuerte, salieron con una intención muy fuerte e intentendible, porque era una buena oportunidad para esos chicos de mostrarse al fútbol argentino y mostrar la capacidad que tenía cada uno. Tienen muy buenos jugadores, podrían haberse mostrado de otra manera, no con una patada”.
Passucci, que hoy trabaja en las infantiles de Boca, insistió: “Es una lástima, era una oportunidad única que tenían de jugar contra el mejor equipo de Argentina y saber que estaba medio país mirando este partido. Hubiese querido ver los 90 minutos para hacer una evaluación de si alguno podía ser jugador de equipo grande y lamentablemente terminó así”.
Para el ex jugador boquense que disputó casi 200 encuentros con la camiseta azul y oro, los muchachos del Sojero equivocaron sus maneras: “La forma de amedrentar a un rival es estando cerca de él, anticiparlo. Ir fuerte a la pelota, pero pegar una patada tan descalificadora no es manera de amedrentar porque corrés el riesgo de lastimarlo como ocurrió con el Changuito. Encima que te echen y quedes sin la posibilidad de demostrar la capacidad futbolística que tenés con tanta gente viendo el partido”.
El hoy entrenador de 65 años exhibió su lado más paternal con Zeballos: “El Changuito es un nene, tiene 18 años (NdeR: tiene 20). Por eso estuvo tanto tiempo llorando, porque tiene la esencia de niño todavía. No es un hombre. Toda la caradurez que tiene un jugador mágico como es él. No podía creer lo que le había pasado, creo que en su cabeza sentía que había algo más de lo que se podía imaginar. Ojalá que no, que sea solamente una inflamación, pero creo que va a estar unos cuantos meses fuera de las canchas”.
“Hoy el chico (por Leyendeker) debería estar pensando ‘qué pedazo de boludo, lo que hice’”, sentenció. Y le envió un mensaje: “Le digo que estas oportunidades no se desperdician de esta manera. Por suerte para los dos, el fútbol siempre da revancha”.
El que también habló en conferencia de prensa tras la clasificación de Boca a los cuartos de final de la Copa Argentina fue el entrenador Hugo Ibarra, que comentó sobre la lesión del santiagueño: “Lo llevaron a hacer una placa porque recibió un golpe tremendo. Estamos esperando que lo lleven al aeropuerto y de ahí volvernos. No puedo decir más nada, la imagen habla por sí sola. Me preocupa porque tuvo que salir tan pronto en un partido que tenía muchas ganas de jugar, la verdad que duele mucho”. Leyendeker, el “verdugo” de Zeballos, hizo su descargo tras el encuentro: “No fue mi intención. Yo voy firme a la pelota, justo me la puntea y lo engancho a él. Espero que no tenga nada, le pido disculpas públicamente, no fue mi intención pegarle”.
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