Alejandro Fantino utilizó uno de los episodios de su podcast para reflexionar sobre la actualidad del Mundo Boca, pero especialmente sobre el manejo de Juan Román Riquelme y los movimientos del Consejo de Fútbol que encabeza Jorge Bermúdez.
“Riquelme juega con fuego, podría haber sido el título de este podcast. Empieza a caminar por la fina línea de provocar el cansancio de mucha gente. Román juega con ese fuego, con ese riesgo, ese peligro y lo hace, tal vez pulsionalmente, cada vez más”, inició su extenso análisis en el capítulo titulado “Los jardineros de Riquelme” de Fantacast.
El conductor televisivo comparó a Riquelme con un “semi Dios” y planteó cuál es el proceso que vive según su metáfora: “Es justamente lo que no puede pasarle a un semi Dios, que es justamente caer en locura, en soberbia, en esa especie de fiebre que los volvía locos antes derrumbarlos. La perfección de un Dios, para los griegos, era justamente la prudencia. Román empieza a caer a veces en temeridad y en soberbia. Cosa que uno debe marcarla”.
Desde su espacio, aseguró que la prensa le tiene “terror” al actual vicepresidente de Boca y acusó que esa situación se vive por un supuesto clima de tensión en la Bombonera: “He tenido algunos casos de colegas que la han pasado muy mal. Roberto Leto que es un tipo que nació sin maldad, que tiene 35 años en el Mundo Boca. Le patearon la puerta y le fueron a pedir explicaciones, creo que eran familiares de Román y gente cercana al Consejo. Si le pasó a Leto, que es un ser sin maldad, le puede pasar a cualquiera. Entiendo que haya cierto miedo de poder decir cuando se habla de Riquelme”.
Independientemente de su mirada crítica sobre Román, también lo presentó como un ídolo que se “convirtió un poco en Boca”, algo que “ningún jugador” logró. “Cuando vos criticas a Riquelme, cuando decís algo malo de Riquelme, en algún punto estás diciendo algo malo de Boca”, planteó.
Entre distintos conceptos que utilizó para realizar su análisis, se apoyó en una referencia de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis. “Freud sostiene que nosotros como hombres tenemos lo que él llama una especie de sentimiento o capacidad de lo numinoso. Ese sentimiento de creer en algo muy grande, oceánico. Y a mí personalmente me pasa, tengo un sentimiento oceánico cuando lo veo a Riquelme o lo trato”, reconoció sobre el fanatismo que carga.
Incluso reveló que mantuvo contacto privado reciente: “Hace unos días cambié mensajes de Whatsapp con él, creo que falsamente afectuosos. No sé si la palabra es afecto, pero las cosas están claras de cómo yo hablo de él y lo que él piensa de mí. Creo que respeta mi mirada y tampoco me atacaría porque tiene en algún punto cierto respeto profesional. Jamás lo atacaría como persona o me metería con algo personal”.
Si bien se extendió sobre su amor de idolatría por Román, también aclaró que eso no impide que pueda criticar a este “Dios griego”. “Riquelme está a punto de afiebrarse, tiene que entender que más allá de su condición de semi Dios en Boca empieza a equivocarse por soberbia, a cometer errores por encerrarse en su mundo y vivir en su Olimpo. Román, como se auto considera Boca y con poder, traslada el Mundo Boca al predio. Deja de ser Boca en Brandsen y se va al predio. Boca no es el predio de Ezeiza, Boca es la Bombonera, ese es el templo”, subrayó.
También se tomó un tiempo para atacar a los integrantes del Consejo de Fútbol y utilizó el libro “Desde el Jardín” de Jerzy Kosinski –que fue llevado al cine en 1977 con Peter Sellers como protagonista– para expresar el rol que ocupan en el Xeneize. En el repaso del núcleo argumental de la película, recordó que el protagonista “termina siendo uno de los tipos más poderosos de Estados Unidos” sólo por el hecho de “haber estado en el lugar indicado, a la hora indicada, frente a la persona indicada y diciendo lo indicado”.
“Ese es el Consejo, son todos jardineros. Ibarra, Bermúdez, Cascini, Pompei, Gracián, Serna... Mi pregunta es: ¿Tienen algún conocimiento para estar manejando un club como Boca o son el Jardinero de Kosinski?”
Repasó la carrera después del retiro del Patrón Bermúdez y afirmó: “Da la sensación que es una especie de jardinero buscando su destino y que llega a Boca como jefe absoluto. Ni hablar del Negro Ibarra...”. Sin embargo, fue más crítico aún con Raúl Cascini: “Más allá de estar con el Pollo Vignolo los mediodías con los bracitos cruzados debatiendo sobre si el 5 de Banfield pisaba el área rival o no, ¿tiene algún tipo de experiencia pasada sacando de lado su parte heroica de patear un penal como lo pateó? ¿Está en condiciones intelectuales de poder llevar adelante la vida de un club como Boca o es como el jardinero de Kosinski, el tipo que estaba en el lugar indicado, en el momento indicado?”.
Apoyándose en ese texto, advirtió que Riquelme “se rodea de jardineros” y le pidió a los integrantes del Consejo que tengan la “humildad de abrirse y escuchar”. Incluso pidió que Jorge Amor Ameal “al menos podría ser escuchado”.
“Si el Consejo no abandona esa soberbia de estar cerrado en su micromundo y creer que se la sabe todas, cuando en realidad son los jardineros Kosinski, aprendiendo en el Mundo Boca, cuando aprender en Boca es difícil. Aprender en Boca es cometer errores y cada error te saca de un campeonato y perdés tiempo. Hay tiempo para cambiar, ser más humildes”, argumentó.
“Román se empieza a pasar lentamente de rosca, como decimos en el mundo de la política está sobregirado. Es una pena porque es mucho más que un ídolo de Boca. Lo veo a Román y me pasan cosas muy fuertes. Pero no me impide decir que está sobregirado, soberbio, enojado, que no escucha, que está encerrado y que solamente se apoya en un Consejo de jardineros. Ojalá se pongan a trabajar para ser mejores. Confío que el Patrón Bermúdez, en vez de atacar y enojarse, deje de encontrar enemigos para salir adelante”, insistió con sus críticas.
Fantino, que tuvo sus inicios en los medios como relator de la campaña de Boca, afirmó que “conoce” a Bermúdez y a Ibarra, a quien lo definió como “un muchacho que no hablaba, muy calmo, que hacía lo que le decían”. Y también analizó que “siempre necesitaron vivir en guerra”. “No pueden vivir si no tienen a alguien a quien enfrentarse y eso no está bueno porque nos arrastra a todos en el Mundo Boca. No quiero que mi club viva en guerra”, insistió.
Fantino aclaró que deben “entender que no es de ellos el club” y le pidió a los integrantes del Consejo “un poco más de humildad”. “No hay cosa peor que ir a trabajar sin ganas, no hay cosa peor que ir a laburar sintiendo que te tratan mal y que están todos con cara de traste, que cualquier cosa que hagas puede costarte el puesto. Boca enloquece, marea, es extraño que los esté mareando a los jardineros del Consejo porque ya estuvieron en esta montaña rusa”, afirmó.
Finalmente, cerró con un mensaje directo a Riquelme, el “semi Dios” de Boca según su mirada: “Los héroes como vos merecen darnos tranquilidad a los mortales. No te podes pelear con nosotros, es desigual la lucha, sos un semi Dios, que pertenece a la esencia de Boca. Es injusto que dejes cocinado papas fritas a Ameal en Brandsen. Tenés que unirlo, traerlo, escucharlo. Todos terminan mal, Pergolini se fue enojado. Ameal no responde. La Comisión Directiva no existe. Es momento de actuar como un Dios y los dioses se preguntan por su gente. Los jardineros, a regar las plantas....”.
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