“Estamos en el Mundial, no lo puedo creer”. Esas fueron las primeras palabras entre lágrimas de Yamila Rodríguez, la gran figura de la selección argentina en el triunfo por 3-1 a Paraguay que le dio el pasaje al Mundial 2023.
La delantera de Boca Juniors volvió a ser clave en el equipo de Germán Portanova, con dos goles clave: anotó el empate parcial y después convirtió el tercero que sentenció el duelo que le dio el tercer puesto a la Albiceleste en la Copa América de Colombia. “Nos fuimos en el entretiempo con un gol en contra y sabíamos que lo teníamos que remontar. Podíamos dar vuelta el partido y eso hicimos. Es todo nuestro esfuerzo, del cuerpo técnico y de la gente que nos sigue”, dijo.
Con seis tantos en el certamen, Rodríguez quedó al frente de la tabla de máximas anotadoras del certamen. Sólo hay dos jugadoras que la pueden superar en el último encuentro del torneo que jugarán Brasil y Colombia: Adriana y Debinha, ambas de la Verdeamarela.
Nacida en el barrio A 3-2 en la provincia de Misiones, dio sus primeros pasos en el fútbol femenino en un humilde equipo de la capital: Huracán de Posadas. En 2015 tuvo su primera convocatoria a la selección argentina y en 2016 apareció la oportunidad de viajar a Buenos Aires y probarse en Boca, el club de sus amores, y no dudó ni un segundo. María Mareco, su madre, fue fundamental para el nacimiento de su fanatismo por el Xeneize, ya que durante su infancia le compró camisetas color azul y oro con el fin de poder transmitirle la pasión.
El tener que abandonar a su familia a tan temprana edad para representar a la Albiceleste en las primeras convocatorias y para comenzar a jugar para el club de la Ribera dejó en claro el objetivo de Yamila desde un principio: la búsqueda de poder vivir del fútbol. Los títulos con Boca no tardaron en llegar y en la primera consagración admitió que sus seres queridos en Misiones pudieron seguir el partido en vivo a través de un pequeño celular. Con una recarga de saldo en el medio, Rodríguez estampó su apellido con un gol en el título que inauguró la era profesional del fútbol femenino a nivel nacional, y cuando regresó a su provincia la recibieron en la tierra colorada como una referente.
A principios de 2018, recibió su primer llamado para jugar al exterior en el Santa Teresa de Badajoz de la prestigiosa liga de España. Sin embargo, el desarraigo fue muy difícil de manejar en Europa y a los seis meses regresó al Xeneize para no moverse de ahí hasta la actualidad. Más allá de otras ofertas que tuvo para regresar al Viejo Continente, su convicción la mantuvo en Argentina para seguir siendo parte del avance del fútbol femenino a nivel nacional.
Sus redes sociales dan a entender una cosa: Boca Juniors, la familia y la selección argentina son los principales pilares de su vida. Ver a sus padres felices en Posadas es el motor de su esfuerzo y en cada oportunidad que puede, Yamila regresa a su tierra para ayudarlos en lo que sea. Una heladera y un televisor de 32 pulgadas fueron algunos de los regalos que les hizo, pero a veces hasta organizan distintas comidas en su barrio en las que invitan a los vecinos. Además, cumplió el sueño de su madre de conocer La Bombonera por dentro y ver cada rincón del club del que son hinchas.
Con Cristiano Ronaldo como principal referente, decidió tatuárselo en su pierna izquierda como muestra de admiración. Además, en uno de sus cuádriceps, ostenta la imagen de Diego Armando Maradona y en la misma pierna muestra con orgullo otra de La Bombonera, para nunca olvidar al club de sus amores.
“Gracias a Dios se me abrió el arco, me querían agarrar de todos lados pero no pudieron. Creo que nunca me di por vencida. Pudimos remontar el resultado y ahora somos mundiales”, agregó Yamila con una emoción que traspasó la pantalla. Así se mostró en el podio junto a sus compañeras tras otro paso más del fútbol femenino argentino, que volverá a ser mundialista el año próximo.
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