El Rolfi Montenegro destapó la olla que vivió Independiente en el último tiempo. Tras su salida como manager de la entidad de Avellaneda, el ex futbolista reveló detalles del caldeado clima interno por el que pasó el Rojo durante su etapa como empleado del club. “Un ñoqui es una persona que cobra por no ir a trabajar y yo estaba en el club desde las 7 de la mañana con Eduardo (Domínguez). Estuvimos en todos los sectores, hasta en el fútbol femenino. Ellas sentían que estaban acompañadas, al igual que los chicos de infantiles y de la Reserva”, comenzó en su testimonio.
Molesto por las formas con las que se movió la dirigencia, el ex volante explicó cuáles eran sus funciones en el predio de Villa Dominico: “Éramos cuatro que nos encargamos de todo. Al comienzo nos costó, porque después de la salida de Fernando Berón no queríamos dejar a nadie libre, porque nos parecía una falta de respeto. Tampoco queríamos dejar a los entrenadores sin trabajo y logramos que todos cobren de la misma manera. Tuvimos que ver a más de 100 chicos para progresar”.
En su extenso diálogo con ESPN, el Rolfi también remarcó cómo fue la dolorosa salida de Eduardo Domínguez. “Tuvimos un montón de charlas antes de su salida. Fueron reuniones con los dirigentes y los jugadores y él dudó por la generosidad que encontró en todas las partes. Sin embargo, tenía su decisión muy tomada. Tal vez no le creyó tanto a los dirigentes. Cuando se fue, me pidió disculpas por que no se dieron los resultados”.
Con un pésimo presente en el aspecto deportivo e institucional, Montenegro dejó en claro que “Independiente tiene que salir de esto trabajando”. “Es de la única manera que se puede salir de este momento. No hay magia, hay que estar unidos”, argumentó. Y agregó: “Nunca se maneja un club de taquito. Con Hugo (Moyano) cada vez que venía para la firma de los contratos podíamos hablar. Él nos escuchaba, pero no estaba en el día a día con nosotros. Con Eduardo (Domínguez) fuimos a hablar con él para el mercado de enero, porque teníamos que convencer a los jugadores de que vengan porque había muchas inhibiciones. Ellos se preocupaban si iban a jugar. Había mucha incertidumbre. Nunca supimos que se nos iban a ir tres jugadores. Queríamos que nos sean claros”.
En relación a la actualidad que atraviesa la entidad de Avellaneda, Montenegro aclaró que “Independiente no tiene una billetera para gastar”. “Todos los jugadores vinieron a préstamo o libres”, recordó. Y además dejó en claro cómo debió manejarse en las negociaciones para incorporar a los refuerzos que nunca llegaron. “Era muy delicado ir a buscar a un jugador. Gracias a Dios, a todos los que llamamos nos atendieron, pero después tuve que dar un paso al costado”.
En este sentido, subrayó los episodios oscuros que vivió con un grupo inversor externo, que “nunca cumplió con su palabra”. “Supuestamente había un grupo empresario que iba a invertir dinero, pero la plata nunca llegó. Era muy raro el tema. Cuando apareció el tema Gaich hizo ruido, porque el dinero venía de afuera. También habían prometido a Wanchope (Ábila) y a Marcone, que en ese momento no estaba. Cuando hablé con Gaich, me dijo que tenía ganas de venir, pero después las cosas se iban diluyendo y las negociaciones nunca se hicieron”.
“Con Eduardo hicimos una lista con 12 nombres para reforzarnos y no queríamos que se meta gente de afuera porque entorpecían las cosas. Después desapareció. Incluso, dijeron que iban a traer un nuevo sponsor, pero nunca les creí. Supuestamente eran los mismos que iban a comprar a Farías en doce palos”, subrayó.
Finalmente, Montenegro advirtió que había mantenido conversaciones con el Gringo Heinze y el Tigre Gareca para ofrecerles la dirección técnica, pero no obtuvo la respuesta deseada. “Mantuvimos charlas muy jugosas, porque son dos señores; pero las cosas no se dieron”, concluyó.
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