La fiscal Celsa Ramírez, de la fiscalía especializada en espectáculos masivos de la Ciudad de Buenos Aires, ordenó la detención de cuatro futbolistas de Patronato y el entrenador de arqueros tras los incidentes en el partido ante Barracas Central en el estadio de All Boys, que terminó en escándalo por la determinante actuación del árbitro Jorge Baliño y del VAR en el triunfo del Guapo por 2 a 1, por la décima fecha de la Liga Profesional. Se trata de Matías Pardo, Axel Rodríguez, Juan Barinaga, Justo Giani y Damián González, integrante del cuerpo técnico en el rol de entrenador de arqueros.
Apenas finalizado el cotejo, en el que Baliño y quienes estuvieron a cargo de la tecnología (Diego Abal y Diego Ceballos) le anularon mal dos goles a los de Paraná y sancionaron un penal inexistente para el local, el técnico visitante, Facundo Sava, intentó agredir al juez, y se armó un tumulto a su alrededor. En ese contexto de empujones y forcejeos intervino la policía. Ante la irrupción, un futbolista le quitó la gorra a uno de los oficiales, que terminó sobre el césped. Y comenzó una gresca que terminó con cuatro agentes heridos con traumatismos y contusiones. En tanto, el árbitro Jorge Baliño también sufrió golpes en las piernas.
La Policía informó a la Justicia sobre los golpes que sufrieron el personal y el árbitro, que fueron constatados por las imágenes de las cámaras de la transmisión oficial. Las actuaciones recayeron en la Fiscalía Especializada en Eventos Masivos y Espectáculos Deportivos a cargo de la doctora Celsa Ramírez, quien ordenó la detención de 4 jugadores y un miembro del cuerpo técnico por el delito de “lesiones y atentado y resistencia a la autoridad”.
Por disposición de la fiscalía, los detenidos por infracción a los artículos 96 y 238 del Código Penal, fueron trasladados a la Comisaría Vecinal 10 A de la Policía de la Ciudad. Están imputados por infracción al art. 96 y 238, inc 4to. del C.P y remitidos a la Comisaría 10A.
Tras el escándalo, y una vez que se calmaron las aguas, los jugadores permanecieron en el vestuario (a oscuras, porque no tenía luz) a la espera de la decisión judicial. Allí cenaron y quedaron demorados hasta cerca de la 1 AM, cuando se dio a conocer la orden de detención. “Nos quieren hacer desfilar por comisaría. No tiene sentido lo que están haciendo, es un castigo que nos están imponiendo”, reclamó el presidente de Patronato, Oscar Lenzi.
Alrededor de las 10 de la mañana, los implicados arribaron a la fiscalía especializada en eventos deportivos para declarar. “Están cansados, estuvieron muchas horas en los celulares, los pasaron de un lado a otro. Estuvieron en un lugar, dos horas en el celular, ahora en la comisaría otro tanto. Les van a dar la libertad después de declarar ante la Fiscal. Entendemos que va a ser bastante rápido. Yo acá estoy garantizando que estén bien los muchachos, que hayan salido bien y que legalmente tengan el menor problema posible dentro del contexto. Ellos están cansados, agotados porque estuvieron toda la noche. Mucho tiempo en el celular, que está medio apretados”, declaró el vicepresidente de la AFA, Marcelo Achile, quien se hizo presente en el lugar donde detuvieron a los deportistas.
La reacción violenta, siempre injustificada, tuvo raíz en que el conjunto entrerriano fue muy perjudicado. A Patronato le anularon un gol de Axel Rodríguez en el primer tiempo por posición adelantada (cuando había recibido de un rebote tras un rechazo defectuoso en un rival), a instancias del VAR. Luego sufrió la (correcta) expulsión de Nicolás Castro por una falta a Iván Tapia.
* La mayor polémica del partido: el gol anulado a Lozano y el penal para Barracas
Aunque el caos llegó en el complemento, ya en el último tramo del partido, con ocho minutos en los que pasó de todo. A los 37′ Justo Giani tuvo contacto con Brian Calderara, que cayó dentro del área simulando una falta que no existió. De inmediato Raúl Lozano metió un golazo para Patronato desde afuera del área (era el 2-1 para los entrerrianos), aunque fue anulado porque Baliño recibió el llamado del VAR para analizar la jugada entre Giani y Calderara. Luego de verla el juez decidió invalidar el gol de Lozano y cobrar penal. El tiro desde los doce pasos lo ejecutó Pablo Mouche y se lo atajó Facundo Altamirano. Y a los 45 minutos hubo un tiro libre a favor de Barracas que pateó Tapia y Sebastián Rincón (hijo del recordado Freddy) ganó de cabeza y puso el 2-1 final para el Guapo.
Una vez que terminó el partido, comenzó las escenas más vergonzosas. La agresión de Sava al árbitro (cerró el puño para golpearlo, pero se arrepintió y sólo lo empujó), los reclamos de los futbolistas y el enfrentamiento con la policía, que dejó cuatro oficiales heridos y terminó con la detención de parte de la delegación del plantel del Patrón.
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