La carrera deportiva de Martín Palermo fue de película. Con momentos épicos, otros tristes y muchos de enorme alegría, el paso del histórico goleador de Boca Juniors por el fútbol y la selección argentina será recordado por propios y extraños.
Tras de su paso por Aldosivi, equipo al que clasificó a los cuartos de final de la Copa de la Liga, pero que por conflicto con la dirigencia se terminó alejando del club de Mar del Plata, el Titán hizo un repaso de su extensa trayectoria en el Líbero Versus de TyC Sports y habló de la chance de transformarse en el próximo DT del Xeneize para el 2023.
“Hay que ver, por qué quieren hablar conmigo. Qué tienen pensado hacer, cuál es el proyecto para saber si somos compatibles de poder trabajar juntos. Es un deseo. Seguramente llegará el momento de cumplir ese deseo”, dijo Palermo.
Al ser consultado sobre el gol récord que lo convirtió en el máximo artillero en la historia de Boca tras el pase de Riquelme, que no quiso festejar junto a él, el ex delantero fue tajante: “Ese momento del gol fue incómodo por no haberlo podido festejar con él. Teníamos distintas formas de pensar. No llegamos a tener una relación de amistad como con otros. Con ciertos jugadores como Guillermo, Gustavo, el Pato, Cagna, mantengo un contacto fluido”, recordó.
¿Cuándo retomó el contacto con el hoy vicepresidente de Boca? “Volví a hablar para pedirle jugadores a Aldosivi”, agregó.
Más allá de sus mil historias con la camiseta azul y oro, Palermo también fue protagonista de una conquista icónica con la selección argentina. Con Diego Maradona como entrenador de Argentina, Palermo fue el héroe en el triunfo ante Perú por 2-1 en un Monumental bajo una intensa lluvia. “Aprovechá esta situación, matate”, fueron las palabras que le dijo Pelusa antes de que el gigante ingrese al campo de juego y complete la hazaña. “Fue intuición de seguir la pelota para estar ahí y definir”, rememoró sobre cómo se dio la jugada luego del buscapié de Pocho Insúa.
Una vez que el partido terminó, el seleccionado consiguió una victoria clave para clasificar al Mundial 2010, Palermo se refirió a la visita de Diego ya en la concentración en el Predio que la AFA tiene en Ezeiza. “Pasó con Mancuso y con Enrique, yo estaba con Sebastián (Verón). Abre la puerta y dice ‘que culo que tiene este’”, dijo entre risas.
“El momento en el que Diego me llamó y me dijo que iba al Mundial fue muy especial. Yo no paraba de agradecerle y él me decía: “¡Gracias a vos!” por el gol que había hecho”, sumó en el recuerdo una vez que fue citado para viajar a Sudáfrica.
Otro de los puntos importantes de su paso por la Selección fue haber compartido el plantel con Lionel Messi. Hace más de una década, la Pulga era más joven y tenía un perfil más bajo que el actual camino a Qatar. “En Sudáfrica siempre íbamos juntos en el micro. Los dos tímidos, no nos decíamos mucho. Quería preguntarle cosas y no me animaba. Nos encontrábamos con las familias y terminaba hablando más con sus hermanos que con él”.
Más allá de haber anotado casi 300 goles en su carrera como futbolista, hubo una jornada que fue difícil de transitar para Palermo. El 6 de agosto de 2006, Boca recibía a Banfield en la Bombonera y nadie pensaba que Martín iba a sumarse al grupo. En las horas previas, su hijo no nacido Stéfano, había fallecido, en uno de los golpes más duros de su vida.
Con el aval del Coco Basile, por entonces DT xeneize, que le había dicho que decidiera él que quería hacer, el 9 apareció en la concentración y fue titular. Es más, anotó un gol y se lo dedicó a su hijo. “Era una necesidad. No podía volver atrás lo que había pasado. Difícil de poder asimilar. Pero lo único que podía cargarme de energía era salir a jugar el partido, más allá de mi poco descanso. Con el apoyo de compañeros, cuerpo técnico, hinchas. Estar dentro de una cancha era lo que sentía en ese momento”, reveló.
Otras frases de Palermo:
Cuáles fueron sus clásicos más recordados ante River: “En el último partido de Diego. Hago el 2-1, cuando él sale en el entretiempo. Fue mi primer gol en un clásico, lo que significó por el partido. Fue esa conexión con el hincha. El más especial fue después de mi lesión, en cuartos de final de la Libertadores. El pase de Sebastián Battaglia, ninguno de River me salió a marcar, giré y busqué el palo más lejano de Bonano”.
Su cruce con Verón en la final por el título 2006: “Él quería ganar. Yo quería salir campeón con Boca. Fue su manera de sacarme del partido. Tenía a gente amiga, hinchas, enfrentado una final. Yo siendo hincha de Estudiantes, pero ganar la quería ganar yo. Fue un momento particular. Después con Seba estuvimos en la selección. Y como era cada uno, no necesitamos tener una charla”.
Qué se dijo con Bielsa tras los tres penales errados: “Analizó que había sido egoísta. Yo le dije que no, que era el designado para patear y no sentí la orden de nadie de que no tenía que patear. Ayala se me acerca para preguntarme si estaba para patearlo y le dije que sí. Bielsa no estaba en el banco, creo que había sido expulsado. Lo viví con mucha naturalidad. Me sirvió de experiencia lo que viví”.
La Bombonera, un estadio especial: “El día del muletazo (cuartos de final de la Libertadores contra River en el 2000), se movió. Yo sentí eso. Fue un momento tan especial, sentí esa vibración especial de los hinchas. Tenés que estar, tenés que jugar ahí. Lo viví como entrenador, estando en el vestuario visitante, lo que genera energéticamente es increíble”.
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