En pocas semanas, Boca Juniors dejó de ser Disney y se convirtió en una olla a presión. Transcurrieron apenas 45 días entre la conquista de la Copa de la Liga en Córdoba ante Tigre y la eliminación en los octavos de final de la Libertadores que derivó en la eyección de Sebastián Battaglia del banco de suplentes, el apartamiento del equipo titular del capitán Carlos Izquierdoz y el conflicto expuesto entre los referentes del plantel y los miembros del Consejo de Fútbol. De las fotos entre champagne agitado y lluvia de cerveza en los vestuarios del estadio Mario Alberto Kempes al destrato completo y lucha de intereses.
La situación vino de arrastre. El plantel había quedado licenciado luego de un vertiginoso mes de diciembre de 2021, en el que le ganó la final de la Copa Argentina a Talleres (8/12) en Santiago del Estero, goleó 8-1 a Central Córdoba en la Bombonera (11/12) en vísperas del Día del Hincha e inmediatamente se embarcó hacia Arabia Saudita para disputar la Maradona Cup contra el Barcelona (14/12), al que derrotó en la tanda de penales. Fue durante esa expedición en suelo asiático cuando se generaron los primeros focos de conflicto.
Por un lado, se debatía la continuidad de un Sebastián Battaglia que a su espalda histórica como máximo ganador en la faceta de jugador le había bordado una estrella de copa nacional como DT en su afán de quitarse el mote de interino. La negociación por la renovación del vínculo que expiraba a fines de año se dilató más de la cuenta, por cuestiones de números, y recién a principios de 2022 (justo antes de iniciar la pretemporada) el contador del técnico se estrechó la mano con el Consejo.
Al mismo tiempo, Juan Román Riquelme se llevó a un rincón a Eduardo Salvio para manifestarle su deseo de continuidad en el club y, a la vez, evaluar el del Toto. Hacía un par de meses que Jorge Bermúdez había anunciado públicamente la inminente oferta de extensión para los dos mundialistas en Rusia 2018 (Salvio y Cristian Pavón) y todo pareció encarrilarse luego de que Román y el ex Lanús dieran el visto bueno de palabra. Pero la propuesta se dilató mucho más de lo esperado por el hoy Pumas de México, que por esa época se presentó en la utilería para pedir el número 10 que caracteriza al ídolo y hoy vicepresidente, liberada por el colombiano Edwin Cardona. ¿De Pavón? Ni hablar: jamás se estuvo cerca de un acuerdo para que permaneciera en la institución. Así y todo, permaneció con el grupo trabajando y hasta fue integrado por sus compañeros a reuniones fuera del club.
Según pudo averiguar Infobae, Riquelme fue quien hizo fuerza para la presentación de Boca en Arabia Saudita. No se trató de una cuestión económica, ya que de hecho el cachet del Barcelona fue mucho mayor al del club argentino, pero sí para plantar a Boca frente al mundo como en sus tiempos dorados como jugador. En realidad, la idea inicial de la Maradona Cup tenía como protagonistas al Barça y el Napoli, pero los jeques que dieron forma al amistoso internacional no quisieron dejar afuera al equipo por el que Diego tuvo más ciclos como jugador y desistieron de la convocatoria de los italianos.
Independientemente del agotador viaje en avión de 17 horas de ida, la corta permanencia en Riad, el resultado satisfactorio frente al conjunto de Xavi Hernández y el tramo similar de retorno, al plantel no le cayó nada bien los premios que fueron anunciados para distribuir entre los miembros del contingente. De un lado, ventilaron que entre los 26 futbolistas que viajaron se repartió menos del 10% del monto total que le correspondió a Boca por presentarse en Arabia Saudita. La otra campana aseguró que a las arcas de Brandsen 805 ingresó mucha menor cantidad de dólares que la que se rumoreó. Primer chispazo...
Boca avanzó a los tumbos en 2022, aunque se encarriló en todas las competiciones. Entre el cuerpo técnico y el Consejo se generaron rispideces por el caso Agustín Almendra y porque justamente Battaglia empezó a desoír los consejos tácticos y apreciaciones futbolísticas del grupo compuesto por Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, que eventualmente sumó al ex ayudante de campo de Reserva Mauricio Serna. El diálogo semanal del DT fue estrictamente con los laderos de Riquelme y no con el propio Román, con el que prácticamente no intercambió vocablos en el final de su ciclo.
Battaglia se graduó como piloto de tormentas y se sostuvo en su cargo gracias a las clasificaciones en la Copa Argentina (Central Córdoba de Rosario y Ferro Carril Oeste), un nuevo título con la Copa de la Liga (con una versión futbolística mejorada sobre el final de la competición) y el pase a los octavos de la Libertadores en el primer lugar de la zona. Tras un breve receso entre la conquista local y la preparación para la eliminatoria continental empezaron a explotar bombas que pintaron el mal clima.
Al margen del salario mensual, los jugadores de Boca perciben premios en conceptos de partidos ganados, posición en la tabla y títulos (con las variables de titularidad, suplencia, ingresos desde el banco, convocatorias o pertenencia al plantel profesional). Respecto a los últimos títulos obtenidos, el malestar se generó porque los bonus económicos se pagaron recién a los 150 días de levantar los trofeos. Esta información es desmentida de forma tajante por la directiva, que asegura que cuanto mucho se demoraron 60 días en depositar el dinero en las cuentas.
Y un párrafo aparte hay que dejar para el último título de Copa de la Liga. En la jornada de ayer, el presidente de la Conmebol Alejandro Domínguez visitó el país y certificó la consignación de un millón de dólares para la Asociación del Fútbol Argentino, que repartirá ese monto en partes iguales para los clubes campeones de Primera en 2022 (USD 500 mil para Boca por la Copa de la Liga e igual cantidad para el que se imponga en la Liga Profesional que se disputará hasta fines de octubre). El ente que rige al fútbol sudamericano anunció la repartija de esa cifra entre sus federaciones miembro para elevar el nivel de cada una de las competencias. Con esa inyección de dólares, la plantilla boquense quedaría al día respecto a salarios y premios.
A horas del primer duelo contra Corinthians por los octavos de la Copa, Carlos Izquierdoz firmó junto a Chicho Serna la mejora en el vínculo que expira en diciembre de 2022. Fue en Brasil, en plena concentración. Se elevó el tope de dólar en su contrato y se mantuvo la extensión del mismo, con opción a charlar en diciembre de otra posible renovación. Las partes, con una mirada optimista en cuanto a la posible clasificación del equipo a los cuartos de la Libertadores, quedaron satisfechas. Aunque había mar de fondo.
Los recientes logros conseguidos y el valioso resultado obtenido en San Pablo tapó lo que acontecía por detrás. Las sonrisas que exhibieron Serna e Izquierdoz para anunciar oficialmente la mejora de su contrato -idénticas a las que esboza el Patrón Bermúdez cuando responde preguntas en alguna esporádica entrevista televisiva- no se condecían con el estado de la relación entre el plantel y el Consejo de Boca. Los referentes (Izquierdoz, Marcos Rojo, Darío Benedetto y Frank Fabra), voces del grupo en general, estaban absolutamente disgustados por el trato ofrecido por los miembros del Consejo. Por lo bajo, acusaron llamados sin contestar, postergación de reuniones y promesas incumplidas.
Riquelme, que pasó de maravilla la víspera de su cumpleaños 44 en el Predio de Ezeiza con fútbol y asado, se disgustó con las derrotas contra Unión y Banfield en el torneo local y apretó el puño luego del 0-0 frente a Corinthians en Brasil. El mal trago provocado por el 0-3 en la Bombonera frente al Taladro se iba a superar a lo grande si se conseguía la clasificación en la Copa al martes siguiente. Desde el plano futbolístico hay poco para discutir: Boca mereció ampliamente ganarle a un elenco brasileño que no le pateó al arco y se aferró milagrosamente al empate para forzar una tanda de penales en la que Benedetto completó la que seguramente fue la peor función de su carrera. Antes, hubo más chispazos internos que casi desatan un incendio.
El lunes 4 de julio se llevaron a cabo dos reuniones entre referentes del plantel y Consejo de Fútbol que no terminaron en buenos términos. En la primera se conectaron a una videollamada los capitanes de Boca (a Izquierdoz lo habrían acompañado Benedetto, Rojo y Fabra) y los integrantes de la oficina de Ezeiza (Riquelme, Bermúdez, Delgado, Cascini y Serna). Allí se originó el debate por los premios atrasados y los futuros, sujeto al rendimiento y avances del equipo en la Libertadores.
Las voces de la dirigencia afirman que los premios de la Copa quedaron firmados en papel. Y que, en teoría, la exigencia de los jugadores fue el pago de un premio correspondiente a la clasificación a la Libertadores 2023 (cada club que disputa la fase de grupos embolsa USD 3.600.000 dólares, USD 600.000 por cada partido), algo que fue rechazado rotundamente por el Consejo. El Patrón Bermúdez se plantó y fue en ese instante que cuestionó el hambre de gloria de los futbolistas, de la que al día siguiente el Pipa Benedetto se agarró para dar la última arenga en el túnel: “Ayer nos trataron de perdedores, entonces demostrémosles a estos hijos de puta que nosotros queremos ganar, que nosotros somos ganadores”. En declaraciones hechas ayer, el 9 xeneize declaró que “nadie nos trató de perdedores”. Pero entonces, ¿a quién aludió con su frase en busca de encender el fuego interno de sus compañeros?
La nafta al fuego de la reunión vía Zoom fue el amague de no concentración (admitido por Benedetto) y el diálogo posterior de Izquierdoz con Riquelme en el que no hubo testigos: solamente ellos dos saben qué se dijeron y lo que es seguro es que la relación entre el vicepresidente y el capitán se rompió definitivamente. Con la eliminación consumada, voló todo por los aires. Battaglia fue echado en una estación de servicio luego de hacer público su disgusto por la partida de Salvio (que también generó debate interno en el plantel) y la falta de refuerzos, Ibarra fue designado como su reemplazante, Izquierdoz fue removido del equipo titular, Marcos Rojo le dedicó su gol ofrendándole la cinta de capitán, el hermano de Benedetto realizó una publicación en las redes en contra de Riquelme y comenzaron los trascendidos filtrados a la prensa desde uno y otro bando. Si hasta el propio Pipa se preguntó ayer en vivo quién había sido el que filtraba que los jugadores habían pedido premios por perder...
Antes del duelo ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro en el que Izquierdoz permaneció con la pechera de suplente durante los 90 minutos, Bermúdez se refirió al tema: “Siempre tenemos reuniones, siempre estamos tratando de gestionar todo lo que tiene que ver con el fútbol. El tema de premios se ha venido hablando hace mucho rato, se ha seguido hablando y se llegó a un acuerdo antes del partido con Corinthians”. La noche anterior al clásico ante el Ciclón en el que el equipo estuvo lejísimos de su mejor nivel, Cali publicó un mensaje en las redes en el que desestimó que los referentes hubieran pedido premios por participar en la Copa y dejó entrever su inminente salida.
“Hace rato que Román lo tiene montado en un huevo a Izquierdoz”, fue la sentencia de una fuente confiable que pisa diariamente la Bombonera y Ezeiza. Si bien Riquelme tiene individualizados a todos los jugadores que perdieron la final de la Copa contra River en Madrid en 2018 y gestionó una depuración importante desde su asunción como vicepresidente del club, a Cali lo había indultado por su desempeño y liderazgo dentro y fuera de la cancha. El gesto de rechazar la convocatoria en la selección argentina para los Juegos Olímpicos de Tokio por dar el presente en los octavos de la Libertadores ante Atlético Mineiro el año pasado fue ponderado por el ídolo. Pero los roces de los últimos meses deshilacharon su estima y hoy por hoy el defensor de 33 años busca una salida decorosa, en los mejores términos posibles, en este mismo mercado (algo de lo que el Consejo ya está al tanto).
Con las fichas en el tablero, el futuro es incierto para casi todos. Izquierdoz tiene un pie afuera de Boca y, cuanto máximo, aguantará hasta fin de año. Marcos Rojo posee contrato hasta diciembre y cuenta con una cláusula de renovación que seguramente será ejecutada. Ya no estará Cali y seguramente los que se harán cargo de la pelea de los premios de aquí en más son él y Benedetto, a los que podría sumarse Fabra, de perfil menos combativo. Pipa se comunicó con Riquelme para pedirle disculpas por la intervención en las redes de su hermano y con su aparición televisiva en el programa de Sebastián Vignolo le bajó el tono a varias cuestiones, comprendiendo que será la mejor alternativa para seguir adelante.
Pensando en la Libertadores 2023, a la que el Xeneize ya está clasificado y será la última edición antes de una nueva elección en la institución, seguramente los próximos cinco meses serán de estricta evaluación en todos los ámbitos para la conformación del plantel, cuerpo técnico y hasta mesa directiva.
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