Más allá de su temprano retiro, a los 27 años, Guillermo Coria dejó su huella en el tenis argentino, y la continúa dejando como capitán del equipo de Copa Davis. Y, a lo largo de su trayectoria, cosechó trofeos y tesoros con los que armó una especie de museo, con sus hijos como principales destinatarios. Su contenido presenta varios detalles curiosos, tal como lo describió en una entrevista con el programa Deportivo IP.
“Esto me lo hice cuando mis dos hijos crecieron, cuando fueron al colegio, y empezaron a saber quién era su papá”, prologó el nacimiento del espacio que exhibía a sus espaldas durante la nota. “Saqué los trofeos de las cajas que tenía en Venado Tuerto y me armé esta vitrina, pero más que nada yo coleccionaba llaves de los hoteles, las credenciales, cuando ganaba un torneo me quedaba con las llaves del locker, o las pelotitas del último punto”, reveló el ex N° 3 del mundo.
“Tengo la pelotita de Hamburgo, el primer torneo grande que gano, la del ATP de Buenos Aires, tengo de cuando jugaba de chiquito, de cuando ganamos un Mundial Sub 14″, enumeró algunos de los elementos en su colección.
OTRAS DEFINICIONES DEL MAGO CORIA
Su análisis sobre la actualidad de la disciplina
“El tenis cambió mucho. Hoy es un deporte a pura potencia y son todos jugadores de 1.90 para arriba; no hay muchos que varíen el juego, como hacía yo en polvo de ladrillo”.
¿Hay algún tenista parecido a Coria en el circuito?
“No me quiero comparar, pero me gusta como juega Alcaraz. Es parecido a Nadal y si no tiene un mal día con el tenis, físicamente es casi imposible ganarle. Veo muchos partidos de él y aprendo de lo que hace”.
El presente de su hermano Federico
“Me gusta que sepan que es mi hermano porque muchos en la calle me preguntan si es mi hijo. Tengo 40 años y no podría tener un hijo tan grande. Es muy difícil dar una opinión cuando no estoy en el día a día con su entrenador, por eso trato de no aconsejarlo. Más que nada es un apoyo anímico y de seguir adelante. Lo aconsejo en algo puntual, en el caso de que me lo pida él, que trabaja muy bien con su técnico”.
“Le costó mucho a mi hermano ser familiar mío. Él dejó de aceptar ropa que le daban en mi nombre porque quería ganárselo por su cuenta. Eso fue espectacular y se merece todo lo mejor porque es un gran jugador. Lo más importante es que nadie le regaló nada”.
El peso de la mentalidad en el tenis
“El tenista depende de su personalidad. A mí me encantaba jugar con la cancha llena y con jugadores de élite porque era un desafío para mí mismo. Era como afrontar esa responsabilidad y hacerme cargo. Todos tenemos nervios en esas instancias, no miedo”.
“Hasta Federer siente nervios jugando. Cuando no jugás más, esas sensaciones no las volvés a tener nunca, por eso es importante disfrutar de esas cosas cuando estás en actividad”.
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