Integró el equipo ideal de la FIFA, estuvo alejada a la fuerza de la selección argentina y volvió para la la Copa América: Estefanía Banini y ¿su último baile?

La Copa América Femenina 2022 tiene una importancia adicional al entregar pasajes tanto para el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 como para los Juegos Olímpicos de París 2024. Este sábado la selección argentina debutará ante el rival más complicado que le podía tocar: Brasil. La primera prueba de las dirigidas por Germán Portanova tiene su alto grado de dificultad, pero la Albiceleste confía en la calidad de su plantel y deposita sus ilusiones en la referente que regresó para gastar sus últimas balas con la camiseta celeste y blanca, Estefanía Banini.

La construcción de una personalidad tan relevante para el fútbol femenino significó años de lucha contra el sistema. El camino fue muy largo para llegar a esta oportunidad y hay que retornar hasta su Mendoza natal para plantar un punto de inicio. En su momento, no existían equipos femeninos en la zona por lo que tuvo que comenzar practicando futsal en un conjunto de varones llamado Club Cementista. “Era complicado entrar, fue difícil por el machismo de aquel entonces”, recordó. Recién a los 15 años conoció a “Las Pumas”, un combinado de mujeres, y comenzó a competir en cancha grande.

Carlos Borrello fue el primer entrenador que se fijó en ella para la Selección. Comenzó en la Sub 20 y luego pasó a la Mayor, con la que fue a disputar un torneo amistoso a La Serena, en Chile. Allí la vieron enviados de Colo Colo y la convocaron para jugar en el club. Aunque tenía ofertas de equipos de Buenos Aires, la jugadora valoró la oportunidad que le brindaban en el país trasandino de seguir estudiando, por lo que armó las valijas y se mudó al país vecino. Su decisión fue muy acertada: ganó diez títulos en cuatro años, incluida la Copa Libertadores 2012.

En enero de 2015, el equipo de Washington Spirit anunció la contratación de la mediocampista argentina y Estefanía tocó el primer sueño, que era disputar la liga de los Estados Unidos, una de las mayores potencias de la disciplina. “Siempre tuve el sueño de llegar a la Selección y jugar en Estados Unidos. Siempre me entrené para eso, desde los cinco años. Cada paso que daba lo hacía con la convicción de perseguir lo que quería, hasta que se dio y no lo podía creer”, reconoció Banini, en diálogo con Infobae.

En paralelo, una crisis institucional golpeó a la AFA y afectó con más fuerza a la selección femenina. Luego de que Julio “Vasco” Olarticoechea dejara la dirección técnica del equipo para pasar a los combinados masculinos, no se nombró a ningún nuevo entrenador y la rama quedó abandonada durante una corta época. Además, tuvo la mala suerte de perderse los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 por una lesión en una de sus rodillas, que la marginó durante seis meses de las canchas.

Desde su arribo a Estados Unidos y hasta 2017, el ascenso en su carrera fue meteórico. Mientras tanto, el equipo nacional no tenía entrenador ni participó de competencias. Virtualmente, la selección femenina salió de circulación en esos años y Banini, igual que sus compañeras, se vio obligada a alejarse de los colores celeste y blanco. Pero sin bajar los brazos, apostó a nivel clubes en su desarrollo personal y llegó a cumplir otro de sus anhelos: jugar en Europa. Arribó al Valencia de España y se quedó por unos meses antes de volver a Washington por un breve lapso. Poco tiempo después, regresó gracias al Levante de la Liga Iberdrola, la prestigiosa Primera División española.

En los inicios de 2018, el regreso de Carlos Borrello a la selección argentina significó la vuelta a los entrenamientos después de casi dos años. Banini fue una de las que se puso al hombro la lucha de las jugadoras por mejoras en las condiciones de trabajo. Adhirió al paro cuando la AFA no les pagaba los viáticos por ir a practicar al predio de Ezeiza y también formó parte de una foto viral durante la Copa América de Chile en la que todas las integrantes del plantel se llevaron la mano al oído para exigir que sus reclamos fueran escuchados.

El 2019 fue un año clave para la mendocina, ya que cumplió su gran sueño de disputar el Mundial de Francia con la selección argentina y de ser capitana. La exposición que vivió durante dicha época y la repercusión del evento en terreno nacional no tuvo precedentes. Fue parte del primer punto cosechado por la Albiceleste en la máxima cita del deporte frente a Japón y todo indicaba que el fútbol femenino a nivel selecciones prometía grandes avances en los siguientes años.

Pero, tiempo después, la situación se desdibujó de manera inesperada: no fue convocada para los Juegos Panamericanos de Lima, certamen en el que el equipo nacional se quedó con la medalla de plata. “La celeste y blanca se va a extrañar siempre, pero yo sigo siendo profesional y trato de dejar bien parado a mí país, ya sea como Estefanía Banini o defendiendo mis colores”, recalcó poco tiempo después del evento. Las diferencias con Borrello la alejaron, pero siempre sostuvo su deseo de retornar a Ezeiza.

Con el cambio de entrenador y la llegada de Germán Portanova al cargo, a Banini se le abrió una puerta para el retorno. “Me llamaron, fue un primer contacto y nada más. Me contó un poco su idea. Yo sigo estando a disposición de la Selección al 100%, siempre lo estuve y estoy feliz de poder ser parte desde donde sea”. Había que regresar al 19 de junio de 2019 para encontrar el último encuentro de Estefanía con el equipo nacional: fue en el histórico empate 3-3 frente a Escocia en la tercera fecha correspondiente al Mundial de Francia.

Los rumores de un regreso a Argentina aumentaban y en la misma época primero dio un gran paso al Atlético de Madrid para luego ser elegida como una de las 11 integrantes del equipo ideal de la FIFA que se anunció en la ceremonia del premio The Best que se realizó en Zúrich, Suiza, junto con grandes referentes en la historia del deporte en su rama femenina. En enero de 2021, la mendocina también había sido elegida por la Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS) dentro del equipo ideal de Sudamérica de la última década (2011-2020).

Finalmente, el teléfono sonó y Banini apareció en la convocatoria para los amistosos frente a Chile de cara a la Copa América 2022. La selección argentina está decidida a plantarse como una de las candidatas y sus chances crecieron gracias a la convocatoria de varias futbolistas de roce europeo. Tras dos años y nueve meses de ausencia, la noticia generó la felicidad de los hinchas.

Con 32 años, ella misma catalogó el certamen continental como su último baile con los colores de su país, aunque una clasificación al Mundial de Australia-Nueva Zelanda de 2023 podría estirar un poco más el cierre. Una vez que cuelgue los botines, Banini tiene claro cuál será su futuro: le gustaría ser entrenadora. Ya terminó el curso de DT en Argentina y completó varios niveles que se requieren para tener la licencia en Europa. Al mismo tiempo se forma en cuestiones como la preparación física ya que ve al fútbol como una disciplina integral. Pero la dirección técnica por ahora puede esperar, el objetivo de clasificar a Argentina a la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos son la verdadera prioridad.

SEGUIR LEYENDO: