* El gol anulado a San Lorenzo en el VAR
El desembarco del VAR en el fútbol argentino trajo polémicas, aciertos y también nuevos conceptos. Durante el clásico entre San Lorenzo y Boca Juniors en el Nuevo Gasómetro por la 7ª fecha de la Liga Profesional se puso sobre la mesa un término que termina siendo fundamental a la hora de analizar las acciones a través de la herramienta tecnológica: APP.
La Atacking Possession Phase (fase de ataque con posesión del balón) fue lo que aplicó el árbitro Fernando Espinoza para anular el gol que Nicolás Fernández Mercau había anotado cuando el reloj de la primera etapa ya coqueteaba con el tiempo límite de los 45 minutos. Si bien el hombre de San Lorenzo no incurrió en ninguna falla, el VAR comandado por Nicolás Lamolina llamó al juez principal para advertirle de una posible falta que se había desarrollado 15 segundos antes en la mitad de la cancha.
Según indica el reglamento de FIFA, la APP se trata del “período de juego durante un ataque antes de un incidente que puede ser revisado”. Esta fase de ataque con posesión de balón “establece el punto de partida para la fase del juego antes de un gol, penal o incidente”. Sólo se revisa el incidente en sí mismo. Digamos que, hasta ahí, habilita al VAR y al árbitro a revisar la acción.
Sin límite de tiempo, lo que visualizó Espinoza fue una posible falta de Siro Rosané sobre Alan Varela. El árbitro, tras revisar la situación, también intentó verificar si un roce en Luis Advíncula intentando despejar la pelota justo antes del gol del Ciclón había cortado esa fase de ataque. Sin embargo, toda la determinación de la autoridad del partido estuvo correcta: fue foul y lo hecho por el lateral del Xeneize no interrumpió la APP según establece el protocolo para estos casos.
El balón lo siguió teniendo San Lorenzo y el futbolista peruano no cortó el avance del ataque. Distinto hubiese sido si Advíncula hubiera cortado el pase y el balón hubiese cambiado de posición; en ese caso el APP se había terminado. Por lo que al evaluar donde se inició la ofensiva, Espinoza observó el foul: la regla no habla de intención sino de acción y consecuencia, Rosané cuando se desprendió de la pelota goleó en forma temeraria al jugador de Boca. También fue correcta la tarjeta amarilla que le mostró.
Cabe destacar que si un jugador toca o juega el balón durante una fase de ataque, el protocolo deja en claro que esto no finaliza o anula la APP. El movimiento del ataque termina cuando el avance hacia adelante finaliza o el equipo defensor gana “la posesión controlada” de la pelota, es decir si despeja la pelota sin estar bajo presión, controla claramente el balón o se lo pasa a un compañero.
El encuentro para ese momento estaba empatado 1-1 por las anotaciones de Marcos Rojo y Agustín Giay. Y, a raíz de la acertada intervención del VAR, el marcador no se movió para el entretiempo.
Más tarde, cuando el Ciclón ganaba 2 a 1, el VAR voolvió a intervenir para informarle a Espinoza de un claro pisotón de Marcos Rojo contra Malcom Braida en el área. Después de repasar la acción en la pantalla, el juez cobró penal para el conjunto local y de manera correcta amonestó al zaguero Xeneize.
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