El Chino Garcé, de multicampeón con River y viajar a un Mundial a piloto de autos: el loco consejo de Coudet y el impacto por la muerte de Maradona

Infobae habló con el ex defensor, que compite en la Monomarca Bora: “El automovilismo genera una adrenalina, una exigencia interna y quizá un deportista de alto rendimiento necesita de eso”. Sus sensaciones arriba del coche y la comparación entre las disciplinas

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El "Chino" Garcé es un apasionado de las motos y los autos de carrera (Rus Med)
El "Chino" Garcé es un apasionado de las motos y los autos de carrera (Rus Med)

Por los boxes del Autódromo Roberto José Mouras de La Plata camina Ariel Garcé, ex futbolista que fue campeón con River Plate e integró el plantel de la selección argentina en el Mundial 2010 de Sudáfrica. El Chino, de 42 años, no fue como espectador, es protagonista ya que luce un buzo antiflama y luego de una incursión en 2019, el ex defensor se volcó de lleno al automovilismo y corre en la Monomarca Bora. En un alto de la actividad y antes de la reunión de pilotos se prendió en el mano a mano con Infobae.

Es conocida su pasión por la velocidad y en 2019 en una reveladora nota en este medio apareció escaneando neumáticos en el MotoGP, en ocasión de la carrera en Termas de Río Hondo. Las dos ruedas fueron el primer amor del ex lateral (también jugó de zaguero) que ahora despunta el vicio en los autos y quiere hacer su camino. Está en uno de los equipos más fuertes del mundo del Turismo Carretera, el Rus Med, que tiene presencia en la octogenaria categoría y sus divisiones promocionales.

“Un amigo me invitó a correr en la Fiat (Abarth Punto Competizione en 2019, logró dos podios) y me sentí muy cómodo, muy seguro y eso fue lo que me despertó otra parte en el automovilismo. Yo tenía una locura por las motos, pero empecé a tomarle el gusto a los autos. En la Fiat me fue bien, dentro de mi nivel. Estoy aprendiendo y ahora me subí a la Bora. En mi equipo tengo a mi compañero (Maximiliano Vivot) que me lleva y me enseña. Me cuesta, con este auto estoy recién en la cuarta carrera. Me pasaron cosas como quedarme sin frenos o que se me vuele el capot, cosas que suceden en un fin de semana de carrera. Empecé a dedicarme un poco más y estoy entrenando más. Por ahora la búsqueda de resultado no es tan compatible en mí”, explica.

Ariel Garcé habla sobre sus sensaciones en el auto de carrera y la comparación con el fútbol

Son varios los ex futbolistas que se volcaron al automovilismo. Los Pernía, el Tano Vicente, Leonel y Mariano son los más emblemáticos, y dentro de ellos se suma Bruno Marioni, quien es su concuñado. “En el caso de los Pernía es una familia muy fierrera. Recuerdo que ellos de pibes andaban en karting, no lo tenían relegado. Tanto Leonel, Mariano y Bruno lo hicieron muy bien. Es bueno tener un padre o un hermano como guía porque ya en tu casa tenés un simulador o para armar una práctica de karting, es más simple. Yo tuve que armarme de cero y recién estoy poniéndome un poco las pilas. Primero disfruté y después me di cuenta de que si entrenaba podía mejorar. Estoy en el medio de disfrute y resultados. Ahora estoy un poco competitivo y así y todo me falta una cantidad. Pero hay que estar cerca, mostrarse y volver a sentir algo que no es lo mismo que el fútbol, pero genera una adrenalina, una competencia, una exigencia interna y quizá un deportista de alto rendimiento necesita de eso”, afirma.

El auto de la Monomarca Bora no tiene alerones, lo que genera turbulencia con la entrada de aire y sus gomas no son muy anchas, matices que la hacen muy entretenida: “Es un auto al que hay que acostumbrarse, bastante estándar, lindo de manejar, pero hay que encontrarle la onda. Mi experiencia anterior fue en la Fiat que fue totalmente diferente, un auto de carrera con mucha potencia, los cambios en el volante, los frenos diferentes y acá es diferente y al cambiar la forma me tengo que hermanar con el auto”.

Respecto de sus objetivos en el corto plazo, sostiene que “la idea es disfrutar y estoy en un equipo de competición aprendiendo cosas. Puedo bajarme del auto y contarles a los mecánicos o a la gente cómo está el auto. Estoy tratando de venir a probar. Estoy entrando en la jerga y las sensaciones de lo que es un auto de carrera. Por ahora tengo un montón de cosas por mejorar”. Y aclara que “con el Bora me estoy hermanando. En las primeras dos carreras se me rompió el auto y vengo ahí, enredado. Si no hay carrera y tengo la chance de probar todo el fin de semana, para mí es todo nuevo”.

Garcé en acción con su VW Bora. "Me estoy hermanando con el auto", afirma (Rus Med)
Garcé en acción con su VW Bora. "Me estoy hermanando con el auto", afirma (Rus Med)

Hablemos de fútbol

Hace dos décadas Garcé era una fija en el once inicial de River Plate que por entonces ganó los Torneos Clausura 2002, 2003 y 2004. Hizo una carrera de 15 años en la que también se desempeñó en Colón, Olimpo, Rosario Central, Argentinos Juniors, Atlético Rafaela y el Morelia de México. En la selección argentina su primera presencia fue de la mano de Marcelo Bielsa y fue convocado por Diego Armando Maradona para integrar la lista de los 23 hombres que estuvieron en el Mundial de Sudáfrica.

-¿Qué es más difícil, jugar un Superclásico o acelerar en la pista?

-Hoy te digo acelerar en la pista, pero vengo del fútbol y para un piloto le es más difícil llegar a jugar un clásico. Lo que tiene de diferencia, al margen de que estoy en un equipo, es que acá te subís al auto, cerraste la puerta, te ataste y sos vos el que vas ahí más allá de que hay una radio y que te van diciendo. En el auto sos vos el que vive toda la aventura y en el fútbol son once y cumplís una función, no cumplís todas como arriba del auto. En la cancha a mí me tocaba cumplir una función que no la cumplía Cavenaghi (Fernando), D’Alessandro (Andrés) o Astrada (Leonardo), cada uno cumplía la suya y dentro de un equipo. A mí me tocaba hacer “esto” y “el trabajo sucio” era mío. Voy por el “trabajo sucio”, por entregar todo, pero no hacía goles, defendía, atajaba, cada uno estaba en su lugar. Acá tenés que sumar todas, la emocionalidad, la experiencia de los frenajes, desde el acelerar, de la pista, de los radios de giro, hay cosas que las fui aprendiendo y no tenía ni idea.

Garcé y su compañero de equipo Maximiliano Vivot, quien corre en el TC Mouras, la segunda categoría antesala al TC (Rus Med)
Garcé y su compañero de equipo Maximiliano Vivot, quien corre en el TC Mouras, la segunda categoría antesala al TC (Rus Med)

-¿Qué te parece el River Plate de Gallardo?

-Lo veo muy bien. Es admirable lo de Gallardo, sostenerse en el fútbol argentino es muy complejo, creo que está batiendo todos los récords. Para mí una de las cosas más interesantes, conociéndolo muy poco cuando fuimos compañeros - hace mucho que no lo veo- es que me gusta mucho cómo mantuvo y mantiene la autoridad. Eso no es fácil, es complejo y más en un plantel de estrellas. Me tocó estar en un plantel de Primera con el Chacho (Coudet) dos años en Central y lo que veo ahora es que es difícil mantener la autoridad. O porque vas muy arriba y ganás cosas o porque vas muy abajo, siempre mantenerte con ese temple y convicción, es admirable lo de Gallardo.

-¿Pensabas que Gallardo iba a llegar tan lejos como DT?

-No, me sorprendió para bien. Lo tuve como compañero. Era un referente, pero no creí que iba a tener ese temple, esa autoridad, que se iba a poder sostener y en buena hora porque River lo necesitaba. Cuando nosotros estuvimos le estaba pasando al Boca de Bianchi (Carlos), todo era para ese lado. Nosotros ganábamos campeonatos locales, pero nos costaba mucho la Libertadores y hoy River se dio vuelta. Muy agradecido de todo lo que se hizo, de los jugadores que volvieron cuando a River le tocó pasar por un mal momento. Y todo lo que se generó, ese clima, volver a ser de River, volver a llenar (la cancha), volver a ser fanático, volver a ver un equipo que propone y que gana. Hoy es un gran momento para ser hincha de ser River.

Ariel Garcé cuenta la anécdota de los "colores" en el pelo del Chacho Coudet

Luego de colgar los botines en 2014 acompañó a su amigo Eduardo Coudet en su cuerpo técnico. Se conocieron en River Plate y al compartir la banda derecha generaron una relación dentro y fuera de la cancha. Hoy el Chacho está en España dirigiendo al Celta de Vigo, pero la relación sigue intacta.

-¿Alguna anécdota con el Chacho?

-Hay varias, pero de las que se pueden contar, pocas. El “loco” me decía en cuanto a imagen “hay que darle de comer a la retina”. Si él estaba impecable, que volaba, se teñía de amarillo porque dentro de la cancha el que más sobresalía con el pelo amarillo era él. Cuando estaba medio que se arrastraba no se teñía tanto. Y él me decía “soltate los pelos, ‘Cabeza’, que estás volando”. Como que se va a ver mucho más cuando vos pases por el costado con los pelos volando. Era muy gracioso. En su momento yo decía “no me importa la prensa, no me importa que me miren”, porque me interesaba jugar al fútbol. Hoy con 42 años digo qué sabio y qué mirada diferente. Con Chacho somos hermanos y tenemos miradas distintas para la vida, para el juego, para todo, pero también fue un tipo que me ayudó mucho, que me hizo jugar, me bancó en momentos complejos, así que solo palabras de agradecimiento.

El "Chino" caminando por la calle interna de los boxes del Autódromo de La Plata (Rus Med)
El "Chino" caminando por la calle interna de los boxes del Autódromo de La Plata (Rus Med)

-¿Por qué tuvo éxito como entrenador?

-Es muy inteligente, capaz y obsesivo en lo que él hace, su pasión que es el fútbol. Lo acompañé en la decisión de que dirigiera y cuando estuve con él me di cuenta de que era imposible que le vaya mal porque no tiene margen de error. Después puede pasar lo tenga que pasar, pero de parte de él está 24x7 clavado en capacitarse, mejorar y ahí tenés los resultados. Agarramos un Central y el chabón mejoró el club. Él se metió y armó un club, no solo el equipo. ¿Generó desgaste? Generó un desgaste, claro, a los dos años se tuvo que ir, no podía más. Pero puso a Central donde tenía que estar. Después podemos decir que es una locura como vive, podemos disentir en un montón de cosas, pero a lo que hace le pone el mil por mil, seguro.

-¿Cómo te afectó el fallecimiento de Maradona?

-Fue duro porque me enteré como se enteraron todos. Estaba en mi casa. A todos los argentinos y los de mi edad nos generó algo diferente. Algo generó. Maradona no fue un tipo que “pasó” para nadie. Ni para el polista, ni para el político, ni para el que jugaba al Tetris, a todos les generó algo, a algunos les generó odio, a otros les generó amor, o confianza, adrenalina, entusiasmo, pero a todos los que no les gustaba el fútbol les generó algo. Eso muy pocos lo generaron en la historia. Quizás hoy podemos decir que Messi está haciendo algo de lo que Maradona hizo en cuanto a generar algo en el ser humano. Fue muy duro, pero también sabemos de la vida que tuvo Diego y de cómo vivió y cómo se entregó, cómo vivió al mil y cómo representó nuestra bandera. Vivió como un argentino típico, nos identificó porque el argentino tenía todo lo que tenía Diego. El común, de ir a Inglaterra y putear, de cosas que todos las hubiéramos hecho. Se llevó y nos dejó a todos una parte muy patriota, muy argentina.

Ariel Garcé recuerda a Diego Maradona y explica qué generó en todos los argentinos el recordado astro

-¿Argentina puede ser campeón en Qatar?

-Ser campeón es muy difícil y de hecho Argentina jugó un par de finales y no lo pudo lograr, pero considero que puede hacer un gran Mundial. Confío en este cuerpo técnico, son jóvenes, pusieron mucho huevo, conozco algunos de los que están ahí, a Pablo Aimar, y me parece que están capacitados, que se labura, que hicieron la gran renovación del plantel, que nadie confiaba, que estábamos mirando de reojo y estos pibes, no solo ganaron lo que ganaron, sino que armaron un grupo humano, un plus humano que eso no se consigue fácil. Yo eso lo tuve una sola vez en un plantel en mi carrera que fue en River y eso que logró esta gente es muy meritorio.

El reloj le recordó su presencia en la reunión de pilotos y Ariel Garcé debió juntarse con sus nuevos colegas. En esos encuentros se les recuerdan cuáles son los límites y se brindan recomendaciones. Ya no hay concentraciones y previas de los partidos. Como lo hizo en la cancha, ahora el Chino busca proyectarse en el automovilismo.

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