No fue la tarde noche soñada para Carlos Tevez en el que fue su estreno como entrenador. Si bien Rosario Central contó con varias situaciones de gol, no pudo quebrar a un Gimnasia y Esgrima La Plata que golpeó a poco del final y se llevó los tres puntos del Gigante de Arroyito. Con apenas un puñado de entrenamientos, el flamante DT buscó juntar a sus líneas para hacer un equipo corto e incisivo en ataque. Ahora espera por refuerzos para moldear el plantel a su gusto y está muy cerca el primero.
No bien saltó al campo de juego, Tevez fue recibido por aplausos cautelosos desde los cuatro costados. El Canalla atraviesa una situación institucional deportiva y futbolística complicada, por lo que no reinó la algarabía del todo. Carlitos comandó a su cuerpo técnico, integrado por sus hermanos (finalmente el Chapa Retegui acompañará a la distancia, tal como lo aclaró más tarde en conferencia) y se metió en el banco de suplentes después de saludar a Pipo Gorosito y Franco Soldano, ex compañero en Boca.
Salvando las distancias, probablemente las características de Lucas Gamba lo convierten en el futbolista que más se le parece al Tevez jugador. Quzás por eso fue al que Carlitos le dio más indicaciones. “¡Lucas, ojo a los dos cinco, dale una mano!”, se escuchó gritarle al experimentado mendocino de 35 años, para que buscara incomodar a los mediocampistas Agustín Cardozo y Brahian Alemán, del rival. Tanto a Gamba como a Alejo Veliz les ordenó para que se retrasaran cuando sacaba Rodrigo Rey.
En el primero tiempo lamentó las chances perdidas y se quedó inmóvil, con el brazo derecho levantado reclamando offside, cuando Ramón Sosa definía para el 1-0. Finalmente los jueces le dieron la derecha y allí Tevez recuperó la calma. Antes de que se iniciara el complemento, se le acercó a Damián Martínez para darle una indicación al oído y se preparó para la etapa final con su vestimenta casual: no usó indumentaria deportiva de Central, pero tampoco traje.
Reclamó una y otra vez la posesión en las segundas pelotas y si hubo que remarcar el trabajo de uno de sus dirigidos fue Lautaro Blanco, el lateral izquierdo. En reiteradas oportunidades, Tevez lo arengó y felicitó por sus intervenciones. Se rió irónicamente ante otra oportunidad de gol desperdiciada mirando hacia el banco y aunque les había advertido a sus dirigidos que presionaran a Alemán en la mitad de la cancha, buscó levantarlos tras la habilitación del uruguayo a Sosa que significó el 1-0 definitivo.
“Dale, dale, está bien. Dale”, animó a los suyos entre aplausos. El público empezó a exasperarse en los minutos finales, pero Tevez mantuvo la serenidad y aseguró haberse ido conforme con lo ofrecido por el elenco rosarino. Camino al vestuario, volvió a recibir el saludo de Gorosito, hizo lo mismo con Alemán y Soldano, rechazó la entrevista en campo de juego y se encaminó a una conferencia de prensa en la que analizó: “El equipo me gustó, me gustó mucho la actitud pensando que teníamos solo cinco entrenamientos. El único culpable de la derrota soy yo, me hago responsable, como cada vez que perdamos. Atrás tengo un grupo de hombres que va a dejar todo para salir adelante”.
Central sumó dos caras nuevas antes de que Tevez se hiciera cargo del plantel: los mediocampistas Francis Mac Allister y el colombiano José Leudo. Ahora, estaría al caer el primero que llegaría desde la asunción de Carlitos: se trata de Ignacio Malcorra, volante zurdo de Lanús que rescindiría su vínculo con el Granate (vence en seis meses) y se sumaría a las filas auriazules la próxima semana.
El próximo compromiso de los de Arroyito será el lunes 4 de julio, cuando visite a Aldosivi en Mar del Plata (a partir de las 19). Antes de eso, el plantel realizará una mini pretemporada en el predio de la AFA en Ezeiza para ponerse a punto en lo físico. A pedido de Tevez, se postergó el partido contra Quilmes por Copa Argentina que estaba pautado para este martes.
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