“Nos tenemos que olvidar de lo que pasó en Tokio para seguir progresando. Hoy tenemos un equipo joven con mucho recambio. Tal vez la gente espera que vuelva a suceder lo que pasó en los Juegos Olímpicos, pero para nosotros es difícil seguir con el nivel de las potencias mundiales. Tenemos que ir de a poco y fijar los próximos objetivos para ver dónde estamos parados”. La frase que Bruno Lima deslizó ante los micrófonos de Infobae encaja a la perfección con el presente de la selección argentina. El combinado liderado por Marcelo Méndez comenzó su participación en la Nations League con un saldo de un triunfo ante Alemania (3-1) y tres derrotas frente a Polonia (3-0), Serbia (3-2) e Italia (3-1).
Después de la primera semana de competencia en Ottawa, el combinado albiceleste quedó en el séptimo puesto del escalafón internacional y la necesidad de sumar victorias tiene una relación fundamental con lo que sucederá en la capital de Francia en 2024. “La VNL es uno de los máximos desafíos. Para nosotros es muy importante porque cambió el sistema de clasificación olímpica y necesitamos de esos puntos para posicionarnos bien en el ranking mundial y poder conseguir la plaza para París. Es complicado, pero creemos que podemos lograr grandes cosas”, explicó el sanjuanino.
Luego de la primera semana en Canadá, la Albiceleste se trasladará a Filipinas para continuar su incursión por el exterior antes de arribar a Japón. En este sentido, la figura del Niza analizó las dificultades del nuevo formato del certamen. “Tuvimos 4 partidos seguidos en Canadá y ahora se viene una semana de descanso para viajar y aclimatarse a los nuevos horarios. Fueron 4 encuentros que generaron un gran desgaste, porque además están los viajes y los cambios de horarios y el clima. Cansa mucho desde lo físico y lo mental”, subrayó.
Antes de emprender la partida hacia Norteamérica y Asia, Bruno Lima fue uno de los protagonistas que recibió el afecto de los hinchas cuando el conjunto nacional se impuso en los dos compromisos contra los Países Bajos en el estadio Héctor Etchart de Ferro. Para el medallista olímpico “fue increíble” lo que pasó, porque había pasado “mucho tiempo” después de la hazaña conseguida en Tokio. “Vivimos los momentos del año pasado como si hubieran sido ayer. Nos emocionamos mucho con ese reconocimiento”, deslizó el cuyano. Y agregó: “Pasó un año, pero el recuerdo todavía está muy presente. A mí se me hace un nudo en la garganta cuando repaso lo que vivimos en los Juegos Olímpicos. Creo que todavía no caemos en lo que hemos logrado. Es un orgullo tremendo”.
Además del souvenir de bronce que se llevó de la capital del país del sol naciente, para el sanjuanino fue especial su participación en la cita olímpica porque se consolidó como máximo artillero del torneo gracias a sus 138 puntos. “En lo personal fue algo que me sirvió para mi carrera deportiva. Uno juega sin pensar en esas cosas, y después se van dando solas. Fue un mimo al alma, porque uno siempre da lo mejor en virtud del equipo. Por suerte pudimos cerrar ese ciclo con la medalla”, destacó.
A diferencia de su compañero Luciano De Cecco, quien decidió llevar la presea a todos los lugares a los que viaja para tenerla siempre consigo, el goleador argentino confesó que prefiere delegar la responsabilidad del cuidado de su tesoro más preciado en su madre. “De esas cosas se encarga mi vieja. No la puedo llevar para todos lados porque viajo mucho, con distancias muy largas, y me da miedo perderla. Te garantizo que está muy bien guardadita. Tanto que ni yo sé dónde está. Eso se lo dejo a mi mamá”, reveló.
Con sus casi dos metros (1.98), sus violentos remates y su notable jerarquía, el sanjuanino es uno de los personajes más destacados del elenco albiceleste. Y a pesar de sus 26 años, se transformó en uno de los líderes del plantel. Por lo tanto, en un grupo que se encuentra en pleno recambio generacional, sus palabras pueden significar una herramienta clave para los nuevos integrantes. “La idea es que se diviertan. A mí me tocó entrar de muy chico al equipo. A los 19 fui convocado por primera vez para la concentración con la Selección mayor y me costó, porque sentía muchos nervios. Son cosas que pasan, pero ahora sabemos cómo y a qué tenemos que jugar. Por eso queremos que los más jóvenes puedan adaptarse pronto para que tengan su mejor nivel”.
Sin dudas, el ex jugador de Obras de San Juan, Bolivar y Gigantes del Sur es una autoridad para el grupo. “Después de lo que pasó el año pasado me siento uno de los referentes. Todos los chicos que estuvimos en Tokio somos referentes de la Selección. La gente nos admira y eso nos hace crecer como personas. Hay muchos chicos jóvenes que se están sumando y se les ve las ganas que tienen de seguir creciendo. Ahora intentaremos hacer todo lo posible para mejorar lo que conseguimos”, señaló.
Para ello el elenco de Marcelo Méndez deberá mejorar en Filipinas para acumular puntos y no hipotecar la posibilidad de acceder a los próximos Juegos Olímpicos. En Argentina hay material, ilusión y compromiso. Con el antecedente cercano de la medalla de bronce, la meta se fijará en continuar construyendo el camino que se llenó de gloria en Tokio. “Podemos pelearle a cualquier equipo. La delegación será casi la misma que viajará a jugar el Mundial. Ya sacamos resultados importantes y esperamos conseguirlo de nuevo”, concluyó el goleador. Una vez más, la esperanza de una nueva conquista se tiñó de celeste y blanco.
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