Mientras sigue con sus vacaciones, aunque retomó sus entrenamientos y espera definir su futuro, Facundo Campazzo dejó varias reflexiones sobre su carrera y en especial su experiencia en sus primeras dos temporadas en la NBA donde jugó para los Denver Nuggets. Luego de un primer año con buena participación y protagonismo, en el segundo ejercicio el cordobés de 31 años no tuvo muchos minutos y ahora su continuidad es una incógnita.
El base deberá esperar hasta el 1 de julio cuando se abrirá el mercado y ahí el nacido en La Docta podrá hablar con los equipos que puedan llegar a estar interesados. La segunda temporada de Campazzo (5.1 puntos, 36% de campo, 30% triples, 3.4 asistencias, 1.8 rebote, 1 robo, 1 pérdida y 18 minutos) contrastó con la primera (6.1, 38%, 35%, 3.6, 2.1, 1.2, 1.1 y 22m), situación que lo dejó afuera de la rotación del equipo del entrenador Mike Malone.
En una pausa y mientras disfruta de su familia, Campazzo reveló cómo es la relación con su hija sobre el tema de estar en la NBA: “Lo mejor que me puede pasar con Sara, mi hija, es que no se esté dando cuenta mucho de lo que pasa, entonces puedo tener un mal partido o que no esté jugando, que ella cuando llego a casa te espera con los brazos abiertos, con una sonrisa y quizás hiciste el peor partido de tu vida, pero llegas a tu casa y te encontrás con su sonrisa junto a la de mi mujer. Entonces, al no darse cuenta, su inocencia me hace decir es un partido más el que tuve, que no jugué o lo hice mal, y mañana será otro día y no pasa nada”, contó en una entrevista con el programa Súper Deportivo Radio.
Sobre cómo hace para salir adelante en un momento difícil, explicó: “Cuando hay algo que me frustra, elijo seguir trabajando. Trato de tener una mentalidad que me permita pensar qué es lo próximo que tengo que hacer. Me tocó no jugar los últimos meses en la NBA con Denver y sentí un poco de frustración, pero no dejé que esa frustración perdure o me coma la cabeza tanto tiempo. De igual manera, creo que hay que permitirse estar frustrado, pero uno o dos días, está bien y eso nos va a ayudar a juntar fuerza para lo que viene al siguiente día”.
“Personalmente cuando me ataca la frustración lo primero que hago es preguntarme ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Cómo puedo ayudar a mis compañeros? Y desde la ubicación que me toca ¿Cómo puedo hacer para que el equipo gane? Y fuera de la cancha: alentando, dando mi experiencia con un consejo o diciéndole algo a quien este jugando o entreno a los titulares o suplentes, tratando de jugarle cómo le van a jugar los rivales. Cuando aparece la frustración, creo que la mejor manera de hacerle frente es poner la energía en las cosas que vos podes controlar, como en mi caso, entrenarte y estar preparando mentalmente cuando el entrenador diga mi nombre”, agregó.
“Hay veces, que cuando las cosas no salen bien, me encierro con mi familia y hablando con mi hermano, él me dice ´¡Estas jugando en la NBA! ¡Es el sueño que siempre quisiste! tranquilo que las cosas salen solas´ Ese tipo de charlas que tengo con mi hermano, con mi esposa y amigos, no me hacen perder el objetivo”, reveló.
Esos malos momentos como la última parte de esta segunda temporada en la NBA, lo llevaron a dar una cruda afirmación: “No es saludable que un niño sueñe con llegar a la NBA, se los digo yo, que soñaba con la NBA y que llegué, porque lo mío era más una fantasía. Mi sueño era jugar la Liga Nacional, cuando estaba en Córdoba. Hubiera sido injusto de mi parte plantearme el sueño de jugar en la NBA, lo deseaba, pero lo fantaseaba, pero nunca pensé que iba a ser real. Yo siempre fui viviendo el día a día y el momento que transcurría en la época. Cuando me fui de Córdoba a Mar del Plata, mi sueño era estar en un equipo que sea fuerte en juveniles más que estar en la Liga Nacional. Una vez que estuve ahí, dije ‘me gustaría estar donde está “Tato” Rodríguez, Legaria o Picarelli. Siempre me intenté plantear objetivos a corto plazo, para llegar a los objetivos a largo plazo de la mejor manera. A los niños le diría que busquen su mejor versión, que se diviertan, que vivan el momento y que no planeen llegar a la NBA, porque quizás la búsqueda de la mejor versión es el éxito. Qué sentido tiene plantearse llegar a la NBA, pensando que es fácil y quizás después termines frustrado. En lo personal me gusta la idea de encontrar siempre tu mejor versión y ese es verdaderamente el éxito”.
MÁS FRASES DE FACU CAMPAZZO
Largas vacaciones. “Uno nunca termina de desenchufarse definitivamente del básquet. Si bien puedo estar con la familia, con amigos y demás, sigo entrenando, porque no me gusta estar mucho tiempo sin hacer nada, me pone un poco nervioso, entonces trato de buscar el equilibrio entre estar con la familia y entrenar. Me pasó algo atípico, nunca tuve tantos días de vacaciones, como me ocurrió este año, porque generalmente eran etapas de jugar play off con el Real Madrid o con Peñarol, pero bueno ahora trato de aprender a entrenar cuando tengo vacaciones”.
Tiempo libre. “La tranquilidad y estar sin hacer nada no son mis mejores virtudes. En los entrenamientos trato de plantearme situaciones de juego y cuando estoy sin entrenar pienso en relajar, disfrutar y planear mi futuro, que es lo más pronto. Eso me mantiene bastante ocupado”.
El equilibrio. “Cuando vos tenés un equilibrio afuera de la cancha, de entrenamientos, buenos hábitos, alimentación y descanso. Cuando reunís un profesionalismo con todas las letras, cuando encontrás eso afuera de la cancha, se ve después adentro. Si vos afuera de la cancha sos un jugador desordenado, seguramente adentro serás desordenado. Yo confío en el trabajo previo y en la preparación. Cuando uno se prepara bien el resultado deja de ser importante”.
Redes sociales. “Nunca miré las redes sociales al extremo, nunca busqué que me influyan tanto las cosas buenas como las malas. Nunca consumí mucho los halagos como las críticas. Eso creo que es un paso muy importante. Estar en la NBA, es mayor la difusión. Yo aconsejó hacer vista gorda a las redes sociales y si enfocarse en las cosas que uno puede controlar”.
Con la Generación Dorada. “En el profesionalismo, yo sentí que volví a ser ese niño de “Municipal” que se divertía jugando al básquet, en los Juegos Olímpicos del 2012 con la Generación Dorada. Sentía que tenía que ser el jugador revulsivo, porque de primera base estaba Pablo Priogini y mi trabajo era defender toda la cancha, correr la cancha en ataque, hacer jugar a mis compañeros, como lo hacía en Peñarol. No se me hizo tan difícil esa transición, porque lo venía haciendo de chiquito. Por eso, fue cuando más Facu Campazzo me sentí, de la vieja escuela, je. Disfruté mucho ese torneo, porque las bestias de “Manu”, Luis, “Chapu”, Pablo y Carlos, me hicieron parte desde el primer momento y me dieron la confianza para poder jugar. Con “Manu”, “Chapu”, Luis pude ser yo, pude ser Facundo Campazzo. Hoy trato de no perder mi ADN, si bien soy un jugador distinto al que empezó a jugars, siempre trato de tener y lucho por conservar esa identidad que me trajo hasta aquí”.
Anécdota del techo. “De chico ‘Facu’ era terrible, absolutamente hiperactivo, un demonio que vivía jugando con la pelota. Un día, de tanto lanzarla de acá para allá y hacia arriba en su habitación, hizo caer un enorme pedazo de revoque del techo. Recuerdo que se cayó arriba de la TV y la Play, y rompió todo. Cuando me acuerdo de esa anécdota me dan ganas de seguir luchándola, de seguir trabajando duro y obviamente buscando mantenerme, que es lo más difícil, y seguir dándole pelotazos al techo, pero también me acuerdo de esa anécdota y reconozco que no tengo que ser necio de seguir pegándole hasta que se rompa el techo. Tengo que seguir pegándole hasta que consiga el objetivo o no, quizás ya llegue al techo y a mi mejor versión de esta liga. Con esa lectura asocio esa anécdota”.
Invitación a un café. “A Michael Jordan. Fue uno de los personajes que más me influenció en mi juego. Le preguntaría de todo, je je. ¿Cómo era su día a día? ¿Cómo se entrenaba físicamente? A su vez, también te puedo decir Steve Nash o Jason Kidd. Soy muy curioso y me gusta estar preguntando todo el tiempo cosas a los que jugaron y juegan en mi posición. Miraba mucho a ellos dos. Le preguntaría ¿Cómo se preparaban para un partido? ¿Cómo analizaban sus juegos? ¿Cómo afrontaban los desafíos y cómo se preparaban? ¿Cómo hacían mejores a sus compañeros? ¿Con qué mentalidad? ¿Cómo eran afuera de la cancha? que hablen ellos, más que yo preguntar, je.
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