Diego Schwartzman es un claro ejemplo de superación en el mundo del tenis. Durante muchos años, convivió con los prejuicios por su altura (mide 1.70) y las dificultades que eso le podía presentar en su carrera profesional. Sin embargo, el Peque hizo oídos sordos a quienes no creían en él y, a base de esfuerzo y talento, logró consolidarse como el mejor tenista argentino y dentro de los primeros 15 del ranking mundial.
A días de comenzar su gira de preparación para Wimbledon, Schwartzman dialogó en exclusiva con Infobae sobre su presente personal y profesional, sus objetivos para el resto de la temporada y sobre el eterno debate que divide a los amantes del tenis: ¿quién es el mejor de la historia, Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Djokovic?
— Tuviste otra buena actuación en el último Roland Garros. ¿Qué tiene de especial el torneo que generalmente encontrás tu mejor tenis ahí?
— Roland Garros tiene algo distinto, más allá de ser un Grand Slam y lo especial que es para los latinos. Creo que es un sentimiento que tenemos todos. Después, obviamente, uno tiene que entrar a la cancha y ganar. No alcanza solamente con el sentimiento, pero creo que desde mis comienzos me sentí muy cómodo con las condiciones en las que se juega en Roland Garros. Yo creo que el tenista tiene cierto ADN en su sangre y hay torneos en los que coincide, con los que se lleva bien. Muchas veces hay tenistas que repiten ser campeón en ciertos torneos, que durante muchos años les va bien en el mismo lugar. Después hay otros torneos en los no te sentís tan cómodo, quizás por las condiciones, lo que hacés fuera de la cancha, la distracción que se pueda tener caminando por la ciudad, el clima. Todo eso creo que influye mucho, aunque no parezca, a la hora del rendimiento y París, en ese sentido, en mí genera que deportivamente rinda muy bien. Por suerte lo pude trasladar siempre a la cancha. Es un lugar muy especial desde chico para mí.
— ¿Para qué está hoy Carlos Alcaraz?
— Creo que está para competirle a todos. Las cosas que está logrando con la facilidad, entre comillas, que llegó a los cuartos de final en el primer Grand Slam en el que mucha gente lo ponía como favorito, demuestra la sabiduría y el aprendizaje que viene teniendo hace muchos años y lo que confía en sus condiciones. Tiene un equipo alrededor muy bueno y completo, y eso lo hace mantenerse todo el tiempo muy profesional. Tiene los objetivos muy claros, lo que genera que rinda mucho dentro de la cancha. Yo creo que tarde o temprano, uno nunca sabe, va a ganar un Grand Slam. En este Roland Garros estuvo cerca porque era el primero al que llegaba como candidato por el año que viene teniendo, y llegó muy lejos. No es fácil tener esa presión encima. Con más experiencia y más Grand Slams en la espalda, va a lograr cosas muy importantes.
— Después de haber llegado a la final de dobles con John Isner en el Masters 1000 de Roma, ¿hablaron sobre la posibilidad de seguir jugando juntos?
— No hablamos de seguir jugando. Fue una casualidad divertida. Veníamos hablando hace muchos años de alguna vez jugar juntos en algún momento. Para él, la gira de polvo de ladrillo no es una en la que apunta a ganar los torneos que juega. Coincidió que quizás un poco más relajado en Roma me dijo de jugar juntos. Jugamos, nos divertimos, nos fue muy bien, tuvimos match point para ganar el torneo, no pudimos, pero lo disfrutamos mucho. No sé si en el futuro vamos a jugar o no, pero no está en los planes por ahora.
— ¿Qué lugar ocupa la Copa Davis en tu carrera?
— Siempre fue una prioridad. Yo soy muy argentino y me sale muy de adentro jugar para mi país, en este caso la Copa Davis, pero también la ATP Cup a principios de año. Representar al país tiene un no sé qué muy distinto a lo que sentimos en el circuito. Es algo que me divierte mucho, me genera mucha adrenalina y muchas cosas muy lindas más allá de los resultados. Tener la oportunidad de representar a Argentina es muy lindo.
— ¿Cuál es tu objetivo para el resto de la temporada?
— El objetivo que me pongo siempre en la cabeza es tratar de mejorar lo que hice el año anterior. Hoy en el ATP Race lo estoy logrando, mejorando el ranking actual, así que ojalá pueda terminar más arriba de lo que estoy, volviendo a acercarme al Top 10. Sé que todavía tengo que jugar mejor en algunos torneos grandes, sobre todo en los Masters 1000, donde quizás no conseguí los puntos que tenía planeado en la cabeza, como en Indian Wells, Miami, Madrid y Roma. Esos cuatro torneos no fueron en los que mejor competí, más allá de que estaba jugando bien y que perdí partidos en los que tuve match point. Creo que eso es lo que tengo que corregir para la segunda parte del año para poder terminar lo más arriba posible en el ranking.
— Siempre hablaste de formar una familia y retirarte no muy grande. Ahora que estás cerca de los 30, ¿seguís pensando lo mismo?
— Sí, eso siempre lo pensé y lo pienso. Estoy muy bien con Euge (su novia). Ella también quiere formar una familia más adelante. Hoy los dos estamos en momentos de nuestras carreras en los que las tomamos como prioridad. Somos chicos, todavía queremos viajar, conocer, hacer cosas. Tener la responsabilidad de una familia es algo que ahora no tenemos en mente. Seguramente sea más para cuando yo me esté retirando y cuando ella profesionalmente también quiera frenar un poco. En cuanto al retiro, no sé en qué momento será. Yo no soy de los que piensa hacer una carrera muy larga. Ser sudamericano te genera un desgaste enorme a la hora de viajar, de no estar nunca en casa, de no poder volver, de todas las semanas tener que trasladarte a un lugar a otro. Eso podría generar que decida no hacer una carrera muy larga.
— En tu opinión, ¿quién es el mejor de la historia, Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Djokovic?
— Siempre respondo lo mismo, lo mas lindo que me pasó es poder competir y ser contemporáneo a ellos, verlos dentro y fuera de cancha, entrenar con ellos. Es muy difícil elegir a uno porque justamente al conocerlos te das cuenta lo diferentes que son, tanto adentro como afuera de la cancha. Eso hace que a mucha gente le guste uno y a mucha gente otro. Siendo colega tenista pasa lo mismo. Son tres competidores inigualables a nivel deportivo, no solo en el tenis. Hay muy pocos deportes que tienen esta clase de deportistas.
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