La polémica en Boca Juniors se instaló después del triunfo por la primera fecha del campeonato ante Arsenal. Sebastián Battaglia expuso que Jorman Campuzano no había sido convocado para el duelo ante los de Sarandí por haber regresado tarde a los entrenamientos. A las pocas horas, el club publicó la nómina de citados para enfrentar a Ferro por Copa Argentina y llamó la atención que no estuvieran ni Darío Benedetto ni Marcos Rojo, presuntos titulares. Trascendió que su exclusión se debió a su ausencia al entrenamiento del día domingo, jornada en la que el equipo se presentó en la Bombonera.
El Pipa se habría quedado dormido y fue directamente al hotel donde estaban concentrados sus compañeros para entrenarse. El defensor había entendido que la práctica era opcional y por eso faltó. Battaglia no los perdonó y los borró de la nómina por un partido (ahora estarán disponibles otra vez para visitar a Central Córdoba en Santiago del Estero el fin de semana). El 9 xeneize, admitiendo su error, le pagó un asado a todo el plantel.
Fue un agasajo muy bien organizado por el goleador: en su domicilio ubicado en la Zona Sur del conurbano bonaerense, contrató parrillero, seguridad y hasta invitó a Alfredo Silva para que contara chistes durante casi una hora y media. El humorista, quien volvía de un show en Mar del Plata, aceptó ir otra vez a la casa de Benedetto, ya que anteriormente había acudido en la noche de su despedida de Boca justo antes de volar a Francia para incorporarse al Olympique de Marsella.
“Es linda la sobremesa, es el momento justo para contar chistes. Así que no fui a comer y caí de sorpresa después del almuerzo. ¡Lo que se rieron! Tuve que parar dos veces porque uno de los jugadores se atoró de risa, fue terrible”, contó Silva en diálogo con Radio La Red.
El humorista, que se sorprendió al ver que los invitados eran los integrantes de la plantilla azul y oro y no la familia y amigos de Benedetto, con quien suele intercambiar mensajes de vez en cuando, reveló sobre el clima distendido del almuerzo: “Vi una unión muy buena de los jugadores de Boca, hubo mucha cordialidad entre ellos. Muchas veces fui a clubes de fútbol a contar chistes y no es que por sentarse separados uno piensa que hay divisiones en un plantel, pero me pasó que había grupitos de un lado y de otro. Acá estaban todos en una mesa larga, se mataban de risa... Fue algo muy lindo, me hicieron sentir muy cómodo”.
Uno de los concurrentes fue Cristian Pavón, quien a pesar de entrenarse con el plantel profesional no es considerado por el cuerpo técnico porque termina su contrato a fin de mes y se marchará al Atlético Mineiro. Sin embargo, convive perfectamente con sus compañeros: “Yo no soy de Boca, pero vi que muchos hinchas no lo quieren y hacen comentarios contra él. Así y todo la unión entre ellos fue espectacular, muy buena onda”. E insistió: “En una reunión de amigos está el que se distrae, abre una gaseosa, va y viene, pero acá se quedaron todos sentados escuchando los chistes como si fuera un anfiteatro. No quiero meterme en internas del club, pero al que dice que hay peleas entre los jugadores de Boca, yo lo puedo desmentir totalmente”.
Paradójicamente Silva es fanático de Ferro Carril Oeste, equipo al que el día anterior Boca había eliminado de los 16avos de final de la Copa Argentina tras ganarle 1-0 en La Rioja. “Lo tenía ahí a mi amigo Villa (autor del gol) como diciendo ‘¿por qué pateaste al arco?’”.
Finalmente el humorista aseguró que no quiso comprometer a los presentes con el pedido de alguna foto pero fueron ellos mismos los que le pidieron que posara para una instantánea antes de subirse a su auto para marcharse: “Le pregunté al Pipa si podía subirla y hasta él también la subió. Hubo un montón de comentarios, la verdad fue muy lindo”. Y no descartó que el ritual se transforme en cábala...
SEGUIR LEYENDO: