Renunció el titular de Aprevide: el cortocircuito con Berni y el recrudecimiento de las internas en las barras

A horas del comienzo de la Liga Profesional 2022, Gustavo Gómez dejó su cargo y la Provincia de Buenos Aires analiza qué hacer con el organismo creado para controlar a las mafias del fútbol

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Gustavo Gómez dejó el cargo tras sus constantes roces con Sergio Berni
Gustavo Gómez dejó el cargo tras sus constantes roces con Sergio Berni

La situación venía tensa hace varias semanas y finalmente, con la suspensión del partido entre Los Andes y Tigre, explotó. Sergio Berni, ministro de Seguridad Bonaerense, decidió echar a Gustavo Gómez como titular de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) y lo hizo a horas del comienzo de un nuevo torneo del fútbol argentino, lo que generó cierta zozobra en el ámbito policial, aunque fuentes del Ministerio aseguran que está todo bajo control y que no hay ninguna diferencia en los operativos que se llevarán adelante este fin de semana.

Gómez, en realidad, no era un hombre de Berni. El ministro nunca estuvo vinculado al fútbol, ni siquiera como espectador (su deporte de cabecera es el rugby), por lo que cuando armó su equipo dejó al más popular de los deportes en manos de la gobernación. Y el elegido en su momento por Carlos Bianco, mano derecha del gobernador Axel Kicillof, fue un licenciado en comunicación con orientación en ciencias políticas que provenía de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Outsider del mundo fútbol, Gómez llegaba con una lógica distinta de su antecesor, Juan Manuel Lugones, cuya política era de mano dura contra los barras y multiplicidad de denuncias judiciales. Su mirada, expresada en Infobae apenas asumió el cargo, tenía que ver con un factor más sociológico. “La Policía debe entender que no va a la cancha a arrear animales sino a prevenir y custodiar”, explicó en aquel momento Gómez.

Lo cierto es que no pudo poner sus ideas en movimiento porque apenas asumió la pandemia dejó al fútbol de lado y después el regreso fue sin público. Los problemas empezaron a aparecer con la vuelta de los hinchas y la necesidad de los barras de recuperar el negocio perdido y de acelerar las internas de cara al Mundial de Qatar 2022.

Entonces, empezaron en Provincia de Buenos Aires a sucederse un conflicto detrás de otro. Primero fue el cambio de mando en la barra de Racing, donde hubo una evidente connivencia política y policial para que la facción Los Pibes de Racing suplantaran a La Guardia Imperial. También explotó Independiente con tres facciones y ataques a los tiros y armas blancas incluidas. Hubo problemas serios en el torneo de verano jugado en el estadio de Estudiantes y hubo un punto de quiebre después de un partido el 2 de marzo de Copa Argentina en cancha de Quilmes entre Banfield y Dock Sud, cuando el operativo policial insólitamente hizo pasar a los micros de los hinchas del Taladro por la zona donde se reúne parte de la barra de Quilmes y hubo un enfrentamiento de magnitud. De hecho, a partir de aquel suceso se decidió que no hubiera más partidos de esta competencia, la única con dos parcialidades, en territorio bonaerense.

Ahí, el ministro empezó a ver a su subordinado con otros ojos. Le achacaba que mientras no hubo público no pasaba nada pero con gente tenía que salir a dar la cara todos los días por algún incidente. También desde algunas esferas del Ministerio se decía que se había perdido control sobre la tropa y que algunos jefes departamentales o de operativos se cortaban solos y obtenían algunos beneficios. La tensión fue subiendo con el correr de las semanas y Berni le achacaba a Gómez poca presencia para seguirle el ritmo a su hiperactividad. Y hubo discrepancias sobre el Boca-Racing en Lanús por la Copa de la Liga que finalmente se jugó con las dos parcialidades y salió perfecto, sin incidentes y con la retención de una facción disidente de Boca que tenía intención de generar problemas.

Sergio Berni fue clave para la salida de Gómez
Sergio Berni fue clave para la salida de Gómez

Gómez sacó pecho por ese operativo, Berni también se lo adjudicó y dio a entender que todo salió bien por él y ahí parecía que la suerte de Gómez podía estar echada. Éste se apoyó en la gobernación para tener respaldo lo que encrespó aún más al ministro. Y lo que siguió fue la emboscada de la barra de Racing a los hinchas de Deportivo Cali que dejó seis heridos de arma blanca en la estación Gerli del tren Roca y sobre todo el no dar operativo de seguridad para el partido entre Los Andes y Tigre, que primero iba a jugarse en Lanús y después en Morón. Tras ese fracaso, Berni le sacó a Gómez todos los efectivos policiales del Aprevide y los mandó a trabajar a La Matanza. Así, vaciado de poder, al titular del Aprevide no le quedó otra que presentar la renuncia, que Berni la aceptó inmediatamente.

¿Qué puede pasar ahora en un área tan sensible como la seguridad en el fútbol y con las guerras barras desatadas? El segundo de Gómez, Patricio Castro, es quien quedó al frente este fin de semana, porque si bien presentó la renuncia, ésta aún no fue aceptada. El nombre que volvió a echarse a rodar fue el del abogado Mariano Lizardo, propuesto en su momento por el Chiqui Tapia, pero que tuvo el veto de gente del gobernador que no tiene buen trato con él desde la época en que compartieron responsabilidades en Vélez.

La esposa de Lizardo, Paula Ojeda, es la directora de género de AFA. Pero, según averiguó Infobae, ese veto desde las más altas esferas no se ha disipado. Alguno también pensó en algún ex funcionario del área, como Alejandro Rodríguez, ex secretario de Deportes en la era Scioli o Luis Morales, que trabajó en el Aprevide en esa época. El segundo no parece posible porque en la interna de la seguridad del Frente de Todos, quedó del lado de la ex ministra Sabina Frederic. El primero es un nombre que aún no toma cuerpo en el ministro.

Es más, en la cabeza de Berni hasta aparece la posibilidad de dejar a la Aprevide en una función meramente administrativa bajo el argumento que los operativos los resuelve la Policía y la inteligencia sobre las barras la hace la Bonaerense en conjunto con las fiscalías específicas de violencia en el fútbol que se inauguraron en Lanús y Avellaneda meses atrás. Pero, la Provincia es muy grande y hay muchos más municipios y partidos que los de Primera y eso es lo que algunos le remarcan al ministro a la hora de insistirle para que vuelva a nombrar a un funcionario civil que se haga cargo de la agencia y que asuma la responsabilidad en un semestre que se avizora muy complicado en las tribunas del fútbol argentino.

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