La gente de Boca llegó sobre la hora al estadio para afrontar la última cita del primer semestre del año. En realidad, a la brevedad el equipo de Sebastián Battaglia defenderá el cetro de último campeón local en la Liga Profesional, pero al menos tendrá descanso tras la conquista en Córdoba y la clasificación a los octavos de final de la Libertadores luego del triunfo ante Deportivo Cali.
A través de sus redes sociales, el club advirtió a los fanáticos xeneizes sobre los actos discriminatorios que ya le costaron un dineral a la institución (130 mil dólares contabilizando un episodio en la Ribera y otro contra Corinthians en San Pablo). A medida que fueron poblando las tribunas de la Bombonera, los simpatizantes se encontraron con una particular bandera colgada por debajo de los palcos principales que además de celebrar el último de título de Copa de la Liga citó una frase célebre de Juan Román Riquelme: “Boca campeón 2022; #seremosmenosmalosquelosdemás”.
El dicho responde a una conferencia de prensa del ídolo boquense, todavía en su época como jugador, en la que fue consultado por el nivel futbolístico del elenco que lideraba él mismo dentro de la cancha. Boca venía sumando estrellas y no era superado por ningún rival, por lo que el 10 apeló al sarcasmo y manifestó: “¿Que Boca tiene suerte? Hace 50 partidos que tiene suerte... Somos el único equipo que está en la final de la Copa Argentina, el único equipo argentino que está en las semifinales de la Copa Libertadores y somos punteros del fútbol argentino, ¿no? Si nosotros jugamos mal, ¿cómo juegan los otros 18 equipos del fútbol argentino? El campeón del año pasado fuimos nosotros y ahora estamos primeros solos... Seremos menos malos que los demás”. Asemejado al presente del Boca actual, la pancarta exhibió esa última línea.
El clima se encendió en la Bombonera con el ingreso de los equipos al campo de juego para realizar la entrada en calor. Los fanáticos locales pasaron del “Dale campeón” a “el que no salta, se fue a la B”, dedicado expresamente a Teófilo Gutiérrez, al que volvieron loco toda la noche. Del delirio por la estrella conseguida ante Tigre a la presión para conseguir la clasificación: “Esta noche cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar...”.
Cuando la voz del estadio anunció el apellido del ex River Teo Gutiérrez, la silbatina fue feroz. Y a la hora de remarcar a los más aplaudidos de la alineación impuesta por Sebastián Battaglia, hay que remarcar a Darío Benedetto como el más vitoreado por varios cuerpos de ventaja, con Carlos Izquierdoz como escolta y la sorpresa de Frank Fabra, resistido por algunos hasta su impactante gol contra el Matador en Córdoba. El colombiano tuvo premio y se metió a todos en el bolsillo. Además Alan Varela fue muy reconocido justo antes de ofrecer una maravillosa actuación con gol incluido y nuevamente hubo ovación para el entrenador.
Al minuto 10, la cancha se vino abajo con el clásico “Dale Bo” por el remate en el poste de Varela. Y enseguida hubo aplausos para Pol Fernández por bajar a Teo contra la línea de costado que da a la platea. El lamento fue generalizado tras el gol errado de cabeza por Nicolás Figal, mientras que el repudio contra la Conmebol volvió a hacerse sentir cuando los locales entendieron que el arquero de Deportivo Cali y Guillermo Burdisso demoraban la reanudación del juego.
Sobre el final, un caño de Óscar Romero a Teófilo levantó al público, que insultó al juez por una falta no sancionada contra Benedetto y se quiso llevar puesto al rival con “Y vamos Boca no podemos perder, y vamos Boca que tenés que ganar...” con un tiro libre a favor en las inmediaciones del área (que finalmente no pasó a mayores).
En el complemento La 12 empezó a agitar desde temprano y llegó la apertura del marcador por el tiro de Varela y la floja respuesta de de Amores. “Hay que gritar, señor hay que gritar, y vamos vamos Boca que tenemos que ganar”, fue el grito que antecedió y prosiguió al 1-0 del mediocampista. Otra vez Teófilo Gutiérrez fue repudiado cuando ensayó un remate lejano que se fue por encima del travesaño. Y burlado cuando Agustín Rossi se llevó la pelota con sus pies a un rincón del área grande para que corrieran algunos segundos, frente a la presión de Teo. Luego el arquero amagó a sacar hacia un lateral como una jugada de bowling y el ex River se comió el amague: “Oooole”.
A falta de minutos para el final, creció la expectativa. Fabra escaló por izquierda y trató de replicar su golazo en Córdoba, sin efectividad: fue reconocido con aplausos. Se generó un murmullo importante tras una mala salida del fondo que terminó con una salvada de Rossi y el envión final lo dio la gente con el “Boca de mi vida”, cuando los caleños agotaban sus últimas fichas enviando balones al área. Con el pitazo final, hubo desahogo y festejo por partida doble (y hasta triple): el título de Copa de la Liga, la clasificación a octavos de la Libertadores y el primer lugar de la zona por el empate entre Corinthians y Always Ready.
“Dale, dale Bo, queremos la Copa...”, fue el cántico que unió a hinchas con jugadores, que de un lado a otro levantaron los brazos y juraron ir por la séptima.
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