Una de las páginas más duras en la historia de River Plate se escribió en los octavos de final de la Copa Libertadores 2008. Con dos futbolistas menos, San Lorenzo empató un partido que perdía 2-0 gracias a la capacidad goleadora de Gonzalo Bergessio y eliminó al Millonario en el estadio Monumental. Fue la noche que el ex mediocampista Carlos Ahumada bautizó como la del “silencio atroz”, por el impacto que generó en la gente. Poco más de 14 años después, Sebastián Abreu recordó aquella jornada para explicar cómo hay que dar vuelta la página como futbolista cuando recibe semejante golpe anímico.
“A nosotros nos pasó una situación catastrófica, hubo un mañana y terminamos saliendo campeones con River después de perder 9 contra 11. Quedamos fuera de la Copa Libertadores y al siguiente partido con Huracán arrancamos perdiendo 1-0...”, recordó el uruguayo en el programa ESPN F90 en el cual es panelista. El Loco fue titular aquel 5 de mayo de 2008 y hasta se encargó de extender la ventaja parcial de River desde el punto del penal después de que Radamel Falcao abriera el marcador.
Y agregó sobre la capacidad del plantel para seguir adelante: “Poder salir el día del partido era todo desazón y enojo, el estadio se nos venía abajo. A los tres días teníamos que volver a jugar con Huracán en el Monumental. Arrancamos perdiendo 1-0, completa. A los cinco minutos, gol de ellos. De que no te gusta la sopa, dos platos. Eran puteadas de todos los colores. A las cinco fechas, campeones del fútbol argentino. Se festejó, que la alegría nao tem fin. Hacían camisetas con el 33″.
El histórico episodio tuvo a figuras del Millonario del otro lado de la vereda, con festejos de símbolos como Andrés D’Alessandro y Ramón Díaz. Uno de los últimos detalles que se filtró de aquel suceso que marcó la carrera del entrenador, ídolo del cuadro de Núñez, lo sacó a la luz su hijo mayor. Sucedió una vez que el equipo azulgrana consumara el triunfo sobre el club de sus amores. “Nunca lo conté, pero Ramón se puso a llorar en el vestuario después de eliminar a River”, confesó Emiliano, jugador de la institución de Boedo en ese momento, en diálogo con DirecTV Sports.
Y agregó sobre la inesperada reacción de Ramón tras dejar en el camino a la institución que tanta alegrías le había dado: “Esas cosas no las contamos porque no nos gusta vender. Ese vestuario se caía, era algo histórico, y él lloraba”. Ese San Lorenzo, pese a la hazaña conseguida frente a River, no pudo en cuartos de final ante Liga de Quito que contaba con Edgardo Bauza como director técnico: los ecuatorianos resolvieron la serie por penales y terminaron alzando la Copa en el epílogo de la competencia.
SEGUIR LEYENDO: