Boca Juniors volvió a ser campeón y lo celebró a lo grande en Córdoba. El Xeneize se tomó revancha de la derrota en la final de la Copa de la Superliga ante Tigre en 2019 y esta vez lo derrotó 3 a o por la Copa de la Liga. De esta manera, sumó su estrella número 72 de su historia.
Desde la mañana del domingo, las inmediaciones del coqueto estadio Mario Alberto Kempes lucieron colmadas de fanáticos. Por supuesto, no faltó el fernet y el asado, en improvisadas parrillas en las veredas o en el medio de las calles.
Mendoza, San Luis, Entre Ríos, Rosario y muchas provincias y ciudades más de todo el país aportaron sus hinchas que le brindaron todo el color. Familias enteras dijeron presente y se fueron aún más desbordantes de alegría por un nuevo título obtenido.
Una vez apostados en las tribunas, los clásicos cánticos con chicanas que iban de un lado a otro no faltaron. Tampoco los telones y las bengalas de humo. Por supuesto, Boca Juniors se hizo sentir más ya que contó con unas 35 mil almas, contra las 17 de Tigre.
Minutos antes de que arrancara el partido, sorprendió un cartel que terminó funcionando como una gran premonición: “Boca vs. Tigre II La Revancha”. Esta inmensa gigantografía que apareció en las pantallas, con parte de los protagonistas, estuvo en las pantallas de ambas cabeceras. Obviamente, hacía alusión a la final de la Copa de la Superliga que el conjunto de Victoria se llevó en 2019 por 2 a 0 ante el Xeneize.
Por eso, no faltaron las cábalas en la previa. Boca Juniors decidió concentrarse en el Holiday Inn Córdoba y no en el hotel Neper (allí estuvo Tigre) que fue donde se alojó el Xeneize en aquella oportunidad que perdió por 2 a 0 cuando el equipo era comandado por Gustavo Alfaro. Al parecer, una vez más, el plantel pudo esquivar la mufa y celebró un nuevo título.
Tampoco falto el aura de Diego Maradona, quien formó parte de la vestimenta de los hinchas y también de varios telones que se pudieron ver en las tribunas del estadio. La popular mostró dos “trapos” gigantes con la imagen de Pelusa, quien “alienta desde el cielo”, como sostiene cada hincha al que se le consulta. En la platea también honraron al Diez.
Tras un breve show de Ulises Bueno, que comenzó más tarde de lo previsto, pasaron más duelos de hinchadas, el grito de gol de Pipa Benedetto atragantado por la anulación vía VAR por offside y el excelente gol de Frank Fabra que hizo explotar el estadio.
Y llegó el momento de la coronación. La estrella número 72 en la historia de Boca Juniors se celebró a todo trapo. Fuegos artificiales, abrazos y cánticos al rival de toda la vida, River Plate. Un picnic improvisado en el césped del Kempes, donde los jugadores disfrutaron de ese preciado momento junto a sus familias. Pizzas, cervezas y algún puchito que no dejó escapar Marcos Rojo.
Gastón Ávila, en modo CQC, con unos anteojos negros, se animó a entonar al mejor estilo Yerba Brava, una clásica canción del grupo musical que causó furor en el 2000 y que el plantel, y los hinchas, la adoptaron como propias en los últimos partidos. El “Gato” no se sacó la gafas ni en los festejos en el vestuario con Pipa Benedetto.
La organización le pidió la palabra al capitán, Carlos Izquierdoz, quien dio un breve discurso. ¿El motivo? Fue bañado de espuma por sus compañeros y no pudo continuar.
Los festejos continuaban, la gente deliraba y no se iba del estadio Mario Alberto Kempes. En una de los palcos, Juan Román Riquelme es apuntado por la organización y baja raudamente al campo de juego. Sin embargo, así como se dirigió al sector de medallas, retornó casi de inmediato.
El vicepresidente xeneize y uno de los máximos ídolos del club adoptó esta actitud silenciosa solo para ir en búsqueda de su presea entregada por Chiqui Tapia. Fiel a su estilo, no quiso quitarles protagonismo a los jugadores. Antes se lo vio a pura alegría y cánticos cuando las cámaras de la transmisión lo captaron justo mientras celebraba una nueva consagración del equipo.
Cae la tarde, llega la noche y la gente no se va del Kempes. Otro nutrido grupo espera afuera al micro de los jugadores para darle un último aliento, mezcla de agradecimiento por el título. También por las ganas y la actitud, que lo llevaron a sacar adelante una nueva final y sumar otra estrella de campeón de manera merecida. La revancha que tanto anhelaban, la acababan de lograr.
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