Una reunión en un club de Martín Coronado puso en alerta primero al Aprevide, la agencia de seguridad deportiva de la Provincia de Buenos Aires, y después al Coprosede, mismo organismo pero cuya jurisdicción es Córdoba. Otro evento, producido el mismo día que Boca Juniors se clasificaba a la final de la Copa de La Liga, en este caso una reunión de referentes de la facción disidente de La 12 con los violentos de Los Andes, sumó más tensión. Porque la situación en la barra brava Xeneize está cada vez peor y algunos temen que los 800 kilómetros que separan a Buenos Aires de la sede de la final pueda ser tierra propicia para alguna emboscada. Toman como referencia lo ocurrido en la autopista Rosario-Santa Fe en 2012, cuando la barra oficial que en aquel momento manejaba Mauro Martín viajaba al partido frente a Unión y fue atacada de sorpresa a la altura de San Lorenzo por la facción disidente que se referenciaba por entonces en Rafael Di Zeo y hubo una balacera infernal que dejó siete heridos graves, entre ellos el propio Martín. Hoy ambos enemigos a muerte se convirtieron en socios por conveniencia y desde hace un lustro gobiernan juntos el paravalanchas de la segunda bandeja que da a Casa Amarilla. Pero enfrente se fue juntando toda la gente que quedó afuera en los últimos tiempos.
Algunos tenían por líder a Christian Debaux, alias Fido, a quien desbancó con ayuda de la dirigencia y la política la dupla Di Zeo-Martín. Otros forman parte del movimiento que lidera Walter Coronel, un ex hombre de armas tomar de Di Zeo que fue dejado de lado a fin del año pasado y quiere retomar. Coronel además pisa fuerte ahora en el sindicato Satraic, que es el de la Construcción que se armó como oposición a la Uocra y donde los eventos violentos en las delegaciones del Sur están a la orden del día. También hay grupos de Isidro Casanova y de la Zona Norte y Oeste del Conurbano. Y se empezaron a hacer sentir. De hecho, el jueves anterior a la semifinal hubo una reunión multitudinaria en Martín Coronado a la que también concurrieron barras con peso en tablones muy pesados del Ascenso, como Laferrere. De hecho, la gente de Lafe está convencida que puede aportar músculo y otras cosas para el regreso. También una facción de la barra de Almirante Brown quiere jugar ese partido y los de Los Andes, considerados entre los más peligrosos de las categorías menores. Entre ambas reuniones hubo cerca de 350 barras. Y muchos levantando la bandera del regreso a La Bombonera cueste lo que cueste. Más en un año en que se define quiénes van al Mundial como barra de la Selección. Y eso puso todo patas para arriba en el mundo de los violentos.
Con esta realidad y esperando una caravana de al menos 15 colectivos de la barra oficial más los autos de alta gama en los que se trasladan habitualmente, se organizó un operativo de seguridad muy importante. Habrá más de 2000 efectivos trabajando tanto en los traslados como en el interior de la provincia de Córdoba. Porque también está la hipótesis de posibles choques entre gente de Tigre y Boca en el camino, así como la interna de la barra del Matador que tiene a la facción oficial La 13 de Marcelo Paulitti como líder enfrentada a la disidente del histórico Daniel el Negro Fiorucci Paz. Por eso la primera decisión fue que la gente de Boca vaya por el camino más rápido y habitual para llegar desde Buenos Aires a la provincia mediterránea, esto es por la autopista, mientras que la gente del club de Victoria deberá ir por ruta 8 hasta Arias, de ahí tomar la salida para Río Cuarto y continuar por la ruta 36 hasta llegar a destino. Hay que tener en cuenta que habrá 52.000 personas, de las cuales 35.000 serán simpatizantes Xeneizes que se ubicarán en la Popular Artime y las plateas Ardiles Sur y Gasparini, pudiendo estacionar en la Playa Sur del Mario Alberto Kempes, mientras que serán 17.000 los hinchas de Tigre divididos entre la Popular Willington y la Platea Ardiles Norte, con estacionamiento en la Playa Norte.
¿Será suficiente este operativo para tener una final en paz? Las autoridades están convencidas de que sí y la información que recorre las oficinas de los funcionarios es que la disidente de La Doce está agazapada, pero que sabe que será imposible golpear en esta oportunidad. Además no tienen tickets para esta ocasión. ¿Los tienen los de la oficial? Sí, como siempre y sin necesidad de meterse en el sitio web que se puso para la venta y que agotó rápido las entradas. Porque como pasa con cada dirigencia sea del signo que fuere, La Doce siempre está. En esta ocasión algunos funcionarios ponen la mira sobre un ex hombre de la Policía Federal de nombre Alejandro y apellido compuesto que ya tuvo investigaciones judiciales en el pasado por actuar como supuesto nexo entre la barra y la dirigencia, y que sigue teniendo cargo en el club, al igual que en la época de la anterior comisión directiva. Pero nada parece importar en el mundo de La Doce, donde aún reina la impunidad y la sensación de que a ellos nada, absolutamente nada, les va a pasar.
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