Llegar a ser tenista profesional requiere de un gran sacrificio económico, en especial para los argentinos que deben viajar para poder estar en diversos torneos y empezar a cosechar en el ranking de la ATP. Meterse en un Grand Slam es el sueño de todos y Santiago Rodríguez Taverna se robó la atención con su historia que por ahora tiene como máximo mérito el haber ingresado para jugar el cuadro principal de Roland Garros, el torneo de polvo de ladrillo que les sienta cómodo a las raquetas albicelestes.
Nació el 16 de julio de 1999 en Pilar, mide 1,91 mts., pesa 82 kg. y es derecho con revés a dos manos. Lo llaman “El Duke”, apodo que él mismo explicó en una entrevista con el portal Pilar a Diario en mayo de 2020: “Desde chiquito un entrenador, Willy Franco, me puso el Duke. Pasa que me gustaba estar siempre impecable con la ropa, el pelo muchas veces con gel o cera. Mis amigos y la gente que me rodea lo usa, así que me gusta”, aclaró.
Tiene 22 años y ocupa el puesto 203° del ranking mundial. En su estreno absoluto en la clasificación de un Grand Slam para jugar su primer torneo Major, logró asegurar su participación en el tradicional torneo parisino luego de vencer este jueves al búlgaro Dimitar Kuzmanov (198°) por 6-4, 3-6 y 6-3, en 2 horas y 19 minutos. En los dos rondas previas había superado al esloveno Filip Horansky (192°) por 4-6, 6-2 y 6-3 y al kazajo Timofey Skatov (188°) con un 7-5 y 6-1.
Rodríguez Taverna es el undécimo argentino en clasificarse al cuadro principal en su primera qualy de Grand Slam, y el octavo en conseguirlo en Roland Garros, algo que no ocurría desde 2004, cuando Juan “Pico” Mónaco disputó el Abierto de Francia y, después de sortear la primera ronda, cayó ante Guillermo Coria, finalista en aquel histórico duelo ante Gastón Gaudio.
Su historia, como la de muchos chicos argentinos, fue complicada, sobre todo para para intentar mantenerse en el plano internacional. La diferencia del peso con el dólar fue incrementando el costo de los traslados y estadías. Una empresa de indumentaria deportiva le dio una mano como sponsor, pero llegó un momento en el que pensó en dejar de jugar por la pandemia, según informa el periodista especializado Matías Zugasti, quien además reveló que Santiago se puso a vender zapatillas por Instagram.
En el momento en el que las canchas abrieron, no quiso viajar de Pilar a Capital para entrenarse por temor a contraer COVID-19 y contagiar a su familia. Estuvo un par de semanas en Zárate junto a su entrenador Kiko Fernández, según cuenta Zugasti.
El bonaerense siguió compitiendo y no claudicó por su sueño. Volvió a jugar de forma oficial en Monastir, Túnez, en mayo de 2021. Logró volver a afirmarse para ganar este año su primer Challenger, disputado cerca de su zona, en Tigre, en su debut en este tipo de competencias, cuando se impuso a Facundo Díaz Acosta por 6-4 y 6-2.
Luego viajó a Santiago de Chile para disputar el primer ATP 250 de su campaña. Aunque cayó en la primera ronda de la qualy con Nikola Milojevic, 125 del mundo en aquel entonces, exprimió al máximo la experiencia, lo que le permitió llegar mejor armado a la previa en Roland Garros.
El Duke será el octavo argentino en el cuadro principal. Clasificaron de manera directa Diego Schwartzman (16 del mundo), Sebastián Báez (38°), Francisco Cerúndolo (44°), Federico Delbonis (62°), Federico Coria (59°), Tomás Etcheverry (90°) y Facundo Bagnis (98°).
Atrás quedaron los días de frustración de Rodríguez Taverna en los que estuvo a punto de colgar la raqueta. Su perseverancia y trabajo le dieron una merecida revancha y ahora tiene la chance de codearse con los mejores del mundo.
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