El último domingo se confirmó que Emiliano Vecchio no continuará Rosario Central. El enganche de 33 años era uno de los referentes del plantel canalla conducido por el director técnico Leandro Somoza, quien tras una reunión con el director deportivo del club, Raúl Gordillo, le comunicó otros cinco futbolistas prescindibles.
Vecchio, excedido de peso cuando asumió Somoza a finales de marzo, hizo un plan de acondicionamiento físico en doble turno, ordenado por el nuevo entrenador, al que también se sumó el volante Walter Montoya.
El enganche jugó el partido que Central perdió 1-0 como visitante de Tigre, fue al banco de suplentes en el empate en dos goles como local contra Colón, entró unos minutos en la caída 2-1 como visitante de Huracán y siguió en el banco en las victorias de local 3-0 sobre Independiente y 3-1 sobre Estudiantes, pero no integró el plantel que le ganó 5-3 por penales a Sol de Mayo en Santa Fe, por los 32avos de final de la Copa Argentina.
Junto a Vecchio, no seguirán en Central el delantero Milton Caraglio -a pesar de que Somoza había declarado que iba a recuperarlo y que lo conocía por haber sido compañeros en Vélez-, el marcador lateral derecho Fernando Torrent, el zaguero paraguayo Ricardo Garay y el volante central uruguayo Martín Rabuñal.
“Vamos a rescindir algunos contratos y a armar un plantel nuevo”, advirtió un allegado a la comisión directiva del club del barrio de Arroyito a Télam horas atrás.
Sin embargo, todo explotó este lunes cuando el futbolista supo que no podía acercarse a Arroyo Seco porque le prohibirían la entrada. Vecchio utilizó las redes sociales para emitir un duro comunicado sobre su conflictiva salida. “Hola familia canalla. Les cuento que ayer el club me comunicó que no sigo siendo parte del plantel. Tengo prohibido ir a Arroyo Seco (el complejo donde entrenan). Gracias por el apoyo. En estos días me voy a despedir como ustedes se merecen. Besos a todos”.
Un anticipo de esta bomba que cayó en Rosario Central fue su no convocatoria para el duelo del pasado viernes por los 32 avos. de final de la Copa Argentina frente a Sol de Mayo. El Canalla avanzó por penales, pero Emiliano Vecchio lo vio desde afuera. A todo esto, un día después del partido, se viralizó un audio suyo con palabras muy duras para con la dirigencia. “Si es por mí, me quedó jugando en Reserva o en Cuarta. Yo quiero ayudar, estoy bárbaro. Lamentablemente, en todos estos meses, comí mucha mierda, me faltaron el respeto y estoy acá. Quiero seguir. Mi amor por Central es más fuerte que dos o tres pelotudos que mienten. El único que me ayudó de la dirigencia fue Rodolfo (por el presidente del club, Di Pollina). Todos los otros me reventaron”.
La mala relación entre Vecchio y los dirigentes no es nueva. Mediante un audio filtrado, el dirigente Ricardo Carloni lo acusó de estar excedido de peso y que vivía de joda. “Estuvo de joda durante este último año, vive de joda. El Gordo es como Centurión pero con menos prensa. Si lo quiere algún dirigente de Buenos Aires yo lo echo, agárrenlo, yo lo aclaro, no me vengan a quejarse de que es quilombero a cuatro manos”.
En medio de este escenario, sumó una publicación en Twitter: “Mi mayor solidaridad por dichos maliciosos, y respaldo para cada miembro de C.D. que gestionan día a día la Institución. Personalmente siento orgullo de todos. Central es una gran familia con matices, pero con la fuerte convicción de que el Club está por sobre cualquier nombre”.
Durante la disputa del a Copa de la Liga, donde el referente del plantel solo pudo jugar algunos minutos en nueve encuentros, el club desmintió con un comunicado una supuesta lesión del futbolista. “Informamos que el jugador Emiliano Vecchio refirió un fuerte dolor en el sóleo en el entrenamiento del miércoles y esto motivó que el departamento médico del club le solicitara estudios por imágenes correspondientes para confirmar la gravedad de la lesión... El jugador es citado el mismo miércoles para realizarse la resonancia magnética, no pudiendo concurrir. En el día de la fecha se realizó el estudio mencionado y el mismo arrojó que no existe lesión muscular ni de ninguna índole”, fue el escrache público.
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