La fiesta del fútbol se volvió a vivir a pleno con un duelo espectacular entre Boca y Racing por las semifinales de la Copa de la Liga. En territorio neutral (estadio de Lanús), con ambas parcialidades, el espectáculo tuvo muchos más condimentos que los que habían acontecido en la fase regular del certamen y los cuartos de final, donde ambos conjuntos actuaron en condición de local.
Muchas calles estuvieron cercadas para dividir a ambas parcialidades. En las inmediaciones del estadio, a un par de horas del arranque, se vieron algunos hinchas identificados con indumentaria de Independiente, Lanús y hasta River. En Plaza Sarmiento, a tres cuadras del estadio, los hinchas de Racing estaban reunidos y armaron la previa con canciones, cerveza, fernet, vino y otras cosas. Insólitamente, dos micros que trasladaban al contingente de Boca pasaron por una calle que rodea al parque. Eran escoltados por un gran número de policías, que agitaron aerosoles con gas pimienta y dispararon alguna munición al aire para espantar a los fanáticos racinguistas que se arrimaron para insultar. De milagro la situación no pasó a mayores.
En los minutos previos, duelo de hinchadas. “Llená la cancha, la p... que te parió”, gritaron los de Boca, al distinguir que la platea de Racing estaba completa al 80 por ciento. Los Académicos sacaron pecho y recordaron cuando en 2001 coparon el estadio de Vélez, donde se consagró campeón el equipo de Mostaza Merlo, y el Cilindro de Avellaneda, que abrió ese día con pantalla gigante: “Llená dos canchas, la p... que te parió”, respondieron.
Cuando la voz del estadio anunció la formación de Boca y la pantalla exhibió la imagen y nombre de Sebastián Villa, los de Racing entonaron un cántico contra el colombiano, que el viernes había recibido una denuncia por violencia de género, abuso sexual y tentativa de homicidio: “Tomala vos, damela a mí, el que no salta, es un violín”. Como si tratara de un ex jugador de Independiente, a Villa lo silbarían en cada intervención a lo largo de los 90 minutos.
EL MINUTO A MINUTO EN LAS TRIBUNAS
13′ PT: Marcos Rojo se equivoca en una salida y los hinchas de Racing lo silban furiosamente. Enseguida Copetti le comete falta a Agustín Rossi y los Académicos se enfurecen porque el arquero de Boca queda tirado en el césped. El clima se empieza a caldear desde temprano...
23′ PT: El equipo de Battaglia no encuentra juego ni respuestas, por eso su público intenta hacerlo reaccionar justo después del mano a mano desperdiciado por Chancalay. “Vamo’ Xeneize te vinimos a ver, yo quiero la camiseta...”, baja desde la cabecera azul y oro. Los de Racing, encendidos por el empuje del elenco de Gago, responden inmediatamente.
45′ PT: El envión de Racing mermó un tanto, pero sobre el final la Academia se quiere ir en ventaja al vestuario y el ambiente se torna ensordecedor. Del “nosotro’ alentamo, ponga huevo, que ganamo’” de Boca al “vamo’, vamo’, vamo’ la Acadé” de Racing.
ET: Fanáticos de uno y otro lado se muerden las uñas, miran los relojes y celulares y se preparan para la definición.
7′ ST: El partido se juega a un ritmo más cansino que el del primer tiempo y no se termina de armar. Los hinchas de Boca incentivan a su equipo con “y vamos Boca no podemos perder, y vamos Boca que tenés que ganar, daría la vida por un campeonato y otra vuelta más”. Los de Avellaneda se inclinan por el clásico “y dale alegría, alegría a mi corazón” con melodía de Fito Páez.
14′ ST: Luego de recibir un aplauso que se hizo sentir, Marcos Rojo se acerca hasta la posición de Cali Izquierdoz para cederle la cinta de capitán. El público reconoce el gesto.
23′ ST: Villa toma el balón por la banda derecha y recibe una silbatina tremenda de parte de la parcialidad rival, como a lo largo de toda la tarde. Su centro cruzado termina en córner porque Mura la cabecea afuera de la cancha. Esto levanta al público xeneize: “Dale Boca, dale Bo...”.
28′ ST: Ahora el turno es de los de Racing, que con un tiro libre a favor desde el costado, hacen arder las gargantas: “Ohhh, vamos Racing, vamos. Ponga huevo, que ganamos”.
30′ ST: Pasa poco y nada en el partido. Izquierdoz recupera una pelota con mucho esfuerzo en defensa y recibe falta. Con eso, apenas con eso, los hinchas de Boca se envalentonan, aplauden y vuelven a hacerse sentir.
35′ Fanáticos de uno y otro lado se muerden las uñas, miran los relojes y celulares y se preparan para la definición. Tararean las canciones de las hinchadas por lo bajo, se agarran la cabeza, golpean los pupitres y hasta se lamentan por alguna ocasión desperdiciada. Flavio Azzaro, confeso fanático académico, es de los que más se hacen escuchar.
36′ ST: Se ilumina la popular de Racing cuando la barrabrava enciende luces incandescentes al ritmo de “muchaaachos, traigan vino juega la Acadé”. Los que no tienen candelas, encienden la luz del celular. Los de Boca no se callan: “Hay que poner Boca, hay que poner Boca, hay que poner, un poco más de huevo...”.
41′ ST: Piovi recupera la pelota y los hinchas de Racing gritan a coro “Bieeen”. Pero enseguida tira un caño, la pierde y quienes antes vitorearon ahora se lamentan: “Nooo”.
FINAL: Cardona entró hace apenas unos segundos y se tapa el rostro con la camiseta porque la única pelota que tocará será en la tanda de penales. Los hinchas xeneizes entonan “Boca, Boca de mi vida, vos sos la alegría, de mi corazón”; al unísono, los de la Academia cantan “Vamos Racing vamos, ponga huevo, que ganamos”. Copetti, a quien Agustín Rossi le desviaría su penal, levanta los brazos y arenga al público de Racing, que aprieta el puño porque las ejecuciones serán en su arco. “Este año Academia no me podés fallar, vamo’ Acadééé”, gritan. Y motivan a Gastón Gómez: “Olé, olé, olé, olé, Chila, Chila...”.
PENALES: Chila Gómez tiene una toalla tirada al costado en la que esconde un papel donde tiene identificados a los pateadores de Boca (solamente desviaría el remate de Salvio). Rossi se lamenta una y otra vez en cada acierto de los jugadores de Racing, mira al cielo para celebrar su atajada a Copetti y le pide a Varela que acabe la serie con un además que realiza con sus manos. Sebastián Villa, quien fue hostigado por los hinchas de Racing, se toca el oído para desafiarlos después de hacer su gol. Cuando vuelve a la mitad de cancha, es saludado por cada uno de sus compañeros de equipo. Con la clasificación consumada, se golpea el pecho con el puño de cara a los plateístas de Boca en señal de agradecimiento. Los de Battaglia pasaron a la final, sus fanáticos deliran y ya empiezan a pensar en viajar a Córdoba. Los de Gago, que tal vez merecieron mejor suerte en los 90′, despiden a los suyos con aplausos.
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