Omar Labruna habló sobre la presentación de la trilogía de libros sobre su papá: “Su vigencia no deja de asombrarme”

El hijo del mítico Ángel Labruna rememoró grandes momentos de su vida y agradeció el nuevo homenaje que le realizó el escritor y periodista Diego Borinsky, quien reflejó la vida del ídolo de River Plate en tres libros

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Omar con su padre, el ídolo de River, Angel Labruna. Entre 1976 y 1981, lo tuvo de director técnico cuando el Millonario volvió a la senda ganadora luego de la sequía de 18 años.
Omar con su padre, el ídolo de River, Angel Labruna. Entre 1976 y 1981, lo tuvo de director técnico cuando el Millonario volvió a la senda ganadora luego de la sequía de 18 años.

La nutrida historia de River Plate se construyó en base de grandes figuras y planteles que elevaron el nombre del club hasta ser de los más reconocidos en todo el continente. Una de las piezas clave en el camino a la gloria del Millonario fue Ángel Amadeo Labruna, considerado un símbolo absoluto en la trayectoria del cuadro de Núñez. Primero dentro del campo y entre 1976 y 1981 como director técnico, la figura sigue sumando reconocimientos dentro del deporte.

En este caso, una trilogía de libros tuvo su estreno este jueves en la Feria del Libro con la pluma de Diego Borinsky, quien ya dejó registro de las historias de Marcelo Gallardo, Andrés D’Alessandro y Matías Almeyda. Omar Labruna, hijo de Angelito, se acercó al escritor con la idea de dividir en tres la nutrida vida de su padre con distintas perspectivas de una de las personalidades más conocidas del fútbol argentino. En charla con infobae, el ex entrenador de Nueva Chicago contó intimidades del referente riverplatense.

“Desde el lado de jugador, él vivía muy cerquita en la casa de mi abuelo en Avenida Las Heras y Billinghurst, a cuatro cuadras del viejo estadio de River que estaba en Alvear y Tagle. Él ya se escapaba a los potreros más allá de ser un gran jugador de básquet. Pero finalmente decidió inclinarse por el fútbol y a partir de ahí tuvo una carrera en River Plate. Era lo que él adoraba: el jugar. Siempre fue tan grande su amor por el club que nunca cambió de camiseta. Ser jugador fue lo máximo en su vida porque dependía de él, siempre decía eso. Yo era muy chiquito, apenas lo vi jugar y encima hay pocas imágenes”, reveló el heredero de la leyenda.

Las tapas de las tres obras, en medio de la presentación en la Feria del Libro
Las tapas de las tres obras, en medio de la presentación en la Feria del Libro

Además, se explayó sobre su personalidad a la hora de dirigir los equipos: “Cuando fue entrenador se dio cuenta de que era diferente de la raya de cal para afuera. Tuvo que aprender cómo manejar un grupo y usar toda esa experiencia de jugador en el cuidado, en cómo correr la cancha, el profesionalismo. Siempre decía que el entrenador dependía del equipo y siendo jugador dependía de él mismo”.

Sin embargo, la cara favorita de la moneda para Omar siempre fue la que vivió él en la intimidad. “El personaje es lo que lo marcó siempre a él. Un hombre que se crió en la calle, con muchos códigos, con mucha personalidad. Más allá de ser tan famoso, tan exitoso, tenía una humildad tremenda. Fue una personalidad queridísima. No sólo por el hincha de River, sino que por el hincha del fútbol en general. Tanto era así que su hobby eran las carreras de caballo y ahí tenía una cantidad de amigos enorme. Lo veín desde el otro lugar. Lo veían como un hombre muy abierto y sencillo. Tampoco hay que obviar sus cábalas, su forma de vivir el fútbol, su bronca de cómo manejar las cargadas con Boca”, explicó sobre los gestos fuera del deporte que lo volvió tan reconocido.

Pero las tres divisiones no fueron suficientes para el hijo de Ángel y profundizó en una categoría extra: “Como padre era muy familiero. Era un apasionado del fútbol, pero en los ratos libres intentaba estar en casa con mi mamá, mi hermano. Nos acompañaba como cualquier padre. Nos llevaba al colegio, nos iba a buscar, cuando iba a una fiesta se la pasaba siempre firmando autógrafos por ser tan reconocido. En la intimidad era una persona súper sencilla. En la vida cotidiana era normal, cariñosa, muy afectiva en general”.

Ángel Labruna, uno de los máximos ídolos de River, con su característica corbata que Gallardo revivió
Ángel Labruna, uno de los máximos ídolos de River, con su característica corbata que Gallardo revivió

Con varios homenajes en la espalda, Omar se detuvo a hacer un repaso de todo lo que el Millonario vino haciendo para recordar la figura de su padre. “Es un hombre valorizado de toda la vida. Decir Labruna es decir River. Siempre portó la camiseta del club. La escuela de fútbol lleva más de 35 años, el puente lleva su nombre, el vestuario también... El momento en el que se hizo la estatua en la puerta del Monumental le dio mucha trascendencia porque uno pasa por ahí y lo ve a Angelito. Su figura siempre estuvo, está y estará vinculada a River. En estos años, con las grandes campañas de Marcelo Gallardo, siempre hay comparaciones. Cuando a alguien le va bien en River, automáticamente lo comparan con mi viejo”, explayó.

Las comparaciones a veces son difíciles de evitar, pero en este caso no generan molestia. “Buscan similitudes, en los jugadores, el entrenador, en la persona. Estos años de éxito del Muñeco han llevado a que digan que tiene algunas cosas de mi papá. La forma de jugar en equipo, la manera en la que le da confianza a los jugadores, la interpretación de lo que quiere el hincha de River. La figura de Marcelo se agigantó de una forma... A mí me encanta que los comparen. La historia de River la hicieron muchas grandes figuras. En este caso Marcelo y mi viejo marcaron la historia con muchas similitudes. Afirmo lo que siempre pensé: había que hacer un lugarcito al lado de la estatua de mi viejo para la de Gallardo. Ya están por terminarla. Nacieron en River, crecieron en el club, el manejo de los grupos. A mí las comparaciones no me molestan para nada, al contrario. Marcelo se ganó un lugar en el corazón del hincha y me parece muy bien”, agregó Omar.

La estatua que recuerda a Ángel Amadeo Labruna a un costado del Museo River
La estatua que recuerda a Ángel Amadeo Labruna a un costado del Museo River

Labruna ya es parte de las páginas doradas del club y, a la hora de elegir un homenaje favorito, es una tarea más que complicada para Omar. “Es difícil quedarse con uno porque se hicieron grandes cosas para recordar lo que mi papá hizo por el club. Todo lo que venga por parte de River a esta altura es todo agradecimiento. Yo no dejo de asombrarme porque pasan los años y la vigencia de Angelito es constante. También en el fútbol argentino en general que lo respetan muchísimo. Cada cosa que aparezca con el nombre Ángel Labruna es un orgullo hoy y si el día de mañana quieren hacer algo más, como el caso de una tribuna, voy a estar eternamente agradecido como ya lo estoy hoy. Pensar que el 28 de septiembre es considerado el Día del Hincha de River por el nacimiento de mi viejo es unos de los tantos detalles que emocionan”.

Para cerrar, aprovechó la ocasión para dar su punto de vista sobre la actualidad del equipo. “River ya tiene un estilo en todo este ciclo de Marcelo, una forma de jugar, de proponer y salir a ganar los partidos en cualquier lado, no solamente en el Monumental. Además, es una máquina de generar jugadores que dan el salto al exterior y el Muñeco sigue armando nuevos equipos. El trabajo que se está haciendo maravilloso en pos de cumplir el sueño de cada temporada que es ganar la Libertadores, en la que River siempre es candidato”, cerró.

Borinsky toma la palabra en el evento. A su lado, Omar Labruna, con una corbata igual a la que su padre transformó en mito
Borinsky toma la palabra en el evento. A su lado, Omar Labruna, con una corbata igual a la que su padre transformó en mito

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