*El último gol de Marcos Ruben en Rosario Central
Este sábado, Marcos Ruben puso punto final a su carrera como profesional y fue despedido como un ídolo en el Gigante de Arroyito en el triunfo por 3-1 de Rosario Central ante Estudiantes de La Plata, encuentro en el que marcó un gol y dio una asistencia.
“Me retiro de la mejor manera”, declaró la figura de la noche luego del pitazo final. “Estoy feliz de haber cumplido muchos sueños con esta camiseta, la camiseta de mi vida”. Visiblemente emocionado, Ruben hizo hincapié en lo importante que es para él es conjunto rosarino: “Es el club en el que siempre quise jugar y en donde viví de todo. Siempre intenté dejarlo todo por cumplir este sueño que no se termina, porque va a ser para toda la vida”.
Además, le dejó un mensaje especial a los hinchas: “No me entra en el cuerpo el amor que me da la gente de central y hoy me dio la noche soñada”.
Ruben había explicado en una conferencia de prensa convocada en la semana las razones detrás de su decisión: “Fue muy analizada y pensada, porque estoy bien físicamente y me retiro para disfrutar de otras cosas de la vida, como mis hijos y mi familia”.
Con 35 años, el goleador se despidió del club que ama y con el cual ganó la Copa Argentina en 2019. “Cuando era chico veía a los jugadores como superhéroes y ya llegar a primera fue un sueño. Estuve casi ocho años en Central, el camino fue durísimo, pero valió la pena hasta la última de las decepciones, que fueron varias”.
Ruben, surgido de las inferiores de Rosario Central, debutó en 2004 y desde entonces ha marcado 172 goles, de los cuales 105 los hizo con la camiseta del Canalla, siendo el máximo artillero del club en la era profesional. Además, tuvo recordados pasos por River Plate, Villarreal, Recreativo de Huelva, Dynamo Kiev y Atlético Paranaense, entre otros.
Este sábado, en el Gigante de Arroyito la gente se despidió de su artillero “Y ya lo vé, el goleador de la Acadé”, corearon desde las cuatro tribunas las miles de almas que fueron a ver la despedida del delantero, ya que el equipo no tenía posibilidades de pasar a la siguiente ronda. Incluso, luego del final del encuentro, el público se quedó en sus asientos aplaudiendo y ovacionando al ídolo que, junto a sus hijos, dio una especie de vuelta olímpica que quedará para siempre en la memoria de todos.
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