Pasaron 35 días desde que estalló el escándalo y el fiscal Martín Rodríguez empieza a cerrar el círculo de las apuestas deportivas clandestinas en el fútbol del Ascenso, que comenzó por el plantel de El Porvenir, pero que si los planetas se alinean y algunos cuentan los secretos que se van develando, puede llegar a complicar a medio mundo. De hecho en la Asociación del Fútbol Argentino y sobre todo la dirigencia de las categorías menores del Ascenso siguen con mucha atención y nerviosismo los movimientos que se producen en la fiscalía 6 de Lanús porque su titular, tras haber tomado muchísimas declaraciones testimoniales y allanado seis domicilios, tiene una hipótesis concreta: lo que sucedió en el club de Gerli es en realidad la punta de un iceberg que involucra a un pool de representantes, varios directivos de instituciones y muchos jugadores.
Y a diferencia de lo que fue la primera línea investigativa que tenía que ver con ganancias espurias a partir de arreglos en sitios de Internet dedicados al negocio, el trabajo derivó hacia algo bastante más precario y a tono con el mundo de la B, C y D de nuestro fútbol: una red de apuestas clandestinas a la vieja usanza de la quiniela blue, donde hay un par de grandes financistas, tomadores de apuestas que van a comisión y levantan dinero tanto en la semana como en los estadios y varios informantes que van tirando al instante las incidencias de los partidos. Cuando éstos terminan, quienes triunfaron se llevan su parte y el resto, como siempre, pierde.
¿Cómo llegó el fiscal a esta hipótesis que es la que está intentando probar por estas horas? Se apoyó en las declaraciones de los jugadores de El Porve primero, en algunos documentos encontrados en los allanamientos posteriores después y en una mirada al mundo de las apuestas por Internet que fueron legalizadas en Provincia de Buenos Aires y Capital Federal a fines del año pasado. En las categorías menores, a diferencia de la Primera, no se puede jugar a un montón de alternativas como quién va a hacer el primer gol, cuántos penales van a producirse y demás incidencias, además del típico local, empate y visitante que se plantea en el primer mundo de las agencias de apuestas virtuales.
En cambio, replicando ese modelo, lo que encontró es que se hacía en versión outlet. Un representante llamado Brian S. fue el primero que quedó en la mira. Varios jugadores aseguraron que era él quien los convocaba y que después de seducirlos con pases a destinos exóticos o fútbol del Ascenso latinoamericano con paga en dólares, les decía que a cambio debían hacer un favor para demostrar lealtad. Y ahí aparecía la oferta de ir para atrás o producir determinado tipo de jugadas cuyo valor estipulado estaba entre los 10.000 y 30.000 pesos por partido. Lo que puede parecer ínfimo hasta que se conoce que el sueldo promedio de un jugador de Primera C ronda, con suerte, los 30.000 pesos. Pero además el gancho como varios ya admitieron en la Justicia era un futuro en verde con el rostro de Washington en el medio del billete.
Este representante para la Justicia es sólo la cara de un pool de no menos de seis hombres vinculados a los derechos económicos y federativos de futbolistas de más de 20 equipos en todo el ancho y largo mundo del Ascenso. Y en varias reuniones no sólo estaba Brian S. sino que a veces aparecían players de la divisional para certificar que ellos eran parte de esa situación y todo andaba sobre ruedas. Hay en concreto denuncias sobre el arquero de un equipo de Capital Federal, de un barrio de la zona Noroeste cerquita de la General Paz. Y hay evidencias de que se utilizaba como base de operaciones un bar algo retirado de la zona céntrica de Lanús. ¿Cuánta gente puede estar implicada? Una fuente de la investigación le aseguró a Infobae que “esto no se puede llevar adelante sin la complicidad de directivos y hasta algunos cuerpo técnicos. Igual, nuestro objetivo es llegar a los financistas. Por eso aún estamos evaluando qué hacer con los jugadores involucrados de El Porvenir (los imputados son cinco) ya que podríamos ofrecerles un tratamiento similar al del arrepentido en otras causas. Que nos aporten datos concretos y a cambio, en vez de quedar con una causa penal, quizá podríamos ver de cerrar sus casos con una probation”.
¿Por qué la fiscalía estaría interesada en este trato? Porque saben que es un delito difícil de probar que se va a asentar sobre todo en dos detalles: las declaraciones de los involucrados y la información que pueda haber en los teléfonos y computadoras allanadas, que esperan turno para ser periciadas en la Dajudeco (Dirección de Asistencia Judicial de Delitos Complejos). Claro que como esos aparatos fueron obtenidos por la Justicia cinco días después del escándalo, se prevé que muchos datos sensibles fueron borrados para no dejar marcas. La fiscalía también pidió videos de los partidos que se transmiten en estas categorías, pero se encontró con la dificultad que sólo van por TV dos de la B Metro por fecha y ninguno de la C, por ejemplo, que es la categoría donde todo estalló y donde estaría el núcleo de todo. Se está intentando recuperar jugadas de páginas partidarias que suben su trabajo a Youtube, pero de cualquier manera no alcanza sólo con los supuestos “errores” en el juego: también se necesita probar que no fue esa una acción desafortunada sino un error voluntario producto de una paga.
El delito en el que la fiscalía número 6 de Lanús (que tiene además todo lo referente a violencia en el fútbol en la zona desde el mes de abril) enmarcó la causa es el artículo 24 de la Ley del Deporte que pena con hasta tres años de prisión a todo aquel que por sí o tercero entregare una dádiva o promesa remuneratoria a fin de facilitar el resultado irregular de un partido o desempeño anormal de un participante. Misma pena que se aplicará a quien aceptare esa dádiva. Pero este es el menor de los delitos por el que va: el fiscal busca una red que podría enmarcarse en la figura de la asociación ilícita, que tiene penas de hasta 15 años de prisión.
“Nosotros, por lo que estamos viendo, creemos que es una red amplia que podría involucrar no menos de 20 participantes de varios clubes entre representantes, jugadores y directivos. Pero lo difícil es probarlo. Ahora estamos abocados por completo a esta tarea”, le afirmaron desde Tribunales a Infobae. Mientras, en la AFA hay mucha gente siguiendo todo entre nervios y curiosidad, para saber si la olla finalmente se destapa y en ese hervor caen muchos de los que, hasta ayer nomás, hacían sus negocios espurios amparados en un manto de impunidad.
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