La carrera de Carlos Fernando Navarro Montoya en el fútbol profesional se extendió a lo largo de 25 años. Atravesó tristezas y alegrías. Osciló entre etapas de éxito, agridulces y negativas. Sin embargo, un hecho lo marcó a fuego: la muerte de su hermano Edgar a los 23 años, mientras era parte del plantel de Deportivo Español.
En su rol de panelista del programa F90 que se emite por ESPN, el Mono reflexionó sobre las frases de Carlos Zambrano vinculadas a un posible retiro del fútbol profesional en el corto plazo y pidió cuidar a los deportistas de las críticas. Allí, abrió su corazón y conmovió a todos recordando el proceso que atravesó durante la enfermedad de su hermano.
“Estamos en un deporte que genera tantas cosas que a la vez se mitifica al futbolista. Siempre digo lo mismo: nosotros vamos al baño como cualquiera, nosotros cuando vamos a jugar un partido tenemos miedo como cualquiera y hay futbolistas que por supuesto le tienen miedo a los pelotazos. Tenemos que acabar con eso de la perfección del futbolista, del super héroe. A veces tenemos que ser más tolerantes con el futbolista. A veces somos muy duros con los futbolistas en la crítica porque aparte de lo que vemos nosotros hay una historia atrás”, inició su reflexión.
“Sabes cuántos compañeros de nosotros salían a jugar y sabíamos que venían de una semana que se habían peleado con la señora o había fallecido alguien. Por ahí ese tipo jugaba mal. A mi el Cai (Aimar) en un momento de mi vida me ayudó mucho. Tenía enfermo a mi hermano, que después falleció. En ese momento yo cometí errores alguna vez porque no estaba bien. Terminaba un partido y me ponía a llorar. Y lo sabe Cai. Tenía mal a mi hermano y eso la gente no lo sabe”, comentó.
Edgar Navarro Montoya murió en 1990 a los 23 años tras realizar durante meses un tratamiento contra la leucemia. Por entonces se desempeñaba como delantero en Español y su hermano defendía los tres palos de Boca Juniors. “Uno cuando sale a la cancha trata de sacarlo, son esos 90 minutos. A veces el entrenamiento era un escape. El entrenamiento era un buen diván para mi situación. Mirá si será fantástico este juego: mi hermano luchó durante un año y dos meses contra la leucemia. Él quería salvarse para volver a jugar a la pelota. Mirá si será grandioso este deporte, él vivía para eso”, reveló generando la emoción de sus compañeros. “Llegó un momento que a mi hermano lo pinchaban en el dedo gordo del pie porque no encontraban más lugar para pincharlo. Esto fue en el año 90, ahora ha avanzado mucho y la leucemia por suerte es una enfermedad que se combate casi con 90% de acierto”, agregó.
“Por eso yo muchas veces soy muy respetuoso de los futbolistas. Por otro lado soy hijo de futbolistas, padre de futbolistas, hermano de futbolistas. Y tuve maestros de la vida, no del fútbol, que fueron futbolistas. Soy muy respetuoso de ellos. A veces entiendo desde el lugar que tengo ahora que tengo que ser más tolerante. Debemos ser más tolerantes. No tenemos que deshumanizar al futbolista”, concluyó recordando a su padre Ricardo (con pasado en el fútbol colombiano) y a su hijo Ezequiel, quien actualmente forma parte del plantel de Almagro.
A los 56 años, Navarro Monoya lleva más de una década retirado del fútbol profesional tras desempeñarse en las máximas divisionales entre 1984 y 2009 con pasos por Vélez, Extremadura, Tenerife, Independiente, Gimnasia de La Plata y Chacarita, entre otras entidades.
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