Llegar a la Fórmula 1 requiere de un enorme sacrificio y en especial para los pilotos no europeos que pierden su adolescencia y crecen de golpe a miles de kilómetros de casa. Los agarra en una etapa formación y que marca el resto de sus vidas. Uno de ellos es argentino, Franco Colapinto, cuya historia sirve para conocer lo que deben pasar los chicos que dejan todo detrás un sueño. No conseguirlo es una enorme frustración, la fortaleza mental es clave para seguir adelante y el joven oriundo de Pilar, de 18 años, habla como si tuviese 30. Se muestra con la frescura de la juventud, pero tiene los pies sobre la tierra al mejor estilo de un consumado veterano.
Franco arrancó en el karting en nuestro país y fue campeón argentino. Llegó a Europa con 14 años (nació el 27 de mayo de 2003) y empezó correr para CRG, una de las fábricas de karts más importantes. En 2019 fue captado por el equipo de Fernando Alonso y logró el título de la Fórmula 4 Española. En 2020 fue tercero en la Fórmula Renault Europea y en 2021 peleó por el triunfo en las 24 Horas de Le Mans, ya que también corre en Sport Prototipos. Este año debutó en la Fórmula 3 y comparte nueve fines de semana con la F1. En su estreno y en el de su equipo, Van Amersfoort Racing (VAR), logró la pole positions en Bahréin delante del ambiente de la Máxima. El hecho generó un boom en los medios deportivos y de interés general en la Argentina.
El próximo fin de semana correrá la segunda fecha en el mítico Autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola, donde se mataron Ayrton Senna y Roland Ratzenberger en 1994. “Quiero llegar e ir al monumento de Ayrton”, afirma desde Ámsterdam, donde fue a probar el simulador de su escudería para conocer de forma virtual el histórico circuito italiano. Tuvo una larga charla con Infobae, que sirvió para conocer lo que deben pasar los chicos que se embarcan y dejan sus afectos de lado por llegar a la cima del automovilismo.
-¿Con qué te encontraste en la F3?
-Es un campeonato muy competitivo y es más complicado que la F2, que tiene 20 pilotos y nosotros somos 30. Son todos pilotos relativamente chicos, de 22, 23, 24 o no más de 26 años. Tienen un manejo bastante agresivo y es muy fácil tener toques y son autos muy frágiles. Son carreras complicadas y más cuando tenés autos tan difíciles de pasar, ya que tenés el mismo motor, chasis y gomas. Solo cambia el equipo. La clasificación es súper importante.
-¿Cuántos seguidores en Instagram tenías antes de Bahréin y cuántos luego?
-(Risas) Tenía 11 mil antes de Bahréin y luego unos 30 mil. Increíble el apoyo y lo que generó la pole positions y el buen resultado en el primer fin de semana, porque hace tanto tiempo que no hay un argentino peleando ahí arriba y haciendo los pasos para llegar a la F1. Se ve que les genera a todos algo bastante lindo y ojalá lo podamos mantener y seguir con los buenos resultados a pesar de que cada vez se ponga más difícil, porque vamos a circuitos que no conocemos, pero tengo expectativas de que podemos conseguir buenos resultados. En los test de Jerez de hace unos días anduvimos bien.
-¿Te contaron del boom que se vivió acá cuando lograste la pole?
-Mi familia me dijo que nunca recibieron tantos mensajes de WhatsApp en su vida. Les escribió gente que no les hablaba desde hacía hace tiempo. Generó algo muy lindo. Bastante impresionante. Yo mismo estaba un poco shockeado con toda la situación. Durante todo el fin de semana traté de no ver mucho el teléfono para no desconcentrarme y estar metido en la actividad. Fue increíble todo lo que pasó y el apoyo de mucha gente que no tenía nada que ver con el automovilismo, pero que de alguna u otra forma se enteró.
-¿Te produce presión el tema de llegar a la F1?
-La verdad es que no preocupo mucho y trato de ir paso a paso. Hoy lo importante es el equipo de F3 y tratar de seguir progresando. Obviamente que si Dios quiere y si los resultados nos acompañan la idea es hacer un paso hacia adelante o tal vez estar en un equipo mejor como Prema y ART, o si tengo muy buenos resultados ir a la F2. Pero para eso influyen mucho los resultados y la parte económica, que es lo que nos cuesta a los argentinos.
-¿Cómo fue estar en el mismo lugar por donde caminan Hamilton y Verstappen y los otros pilotos de la F1?
-Fue increíble. Si bien la F2 y F3 estuvimos en los boxes de la recta opuesta, se siente mucho y porque hay mucho público. Yo por suerte pude ir a donde estaban los pilotos de F1 y justo salieron algunos de ellos por el mismo lugar en el que me entrevistaron por hacer la pole positions, algo que no había vivido nunca. Estuve donde estuvieron Hamilton o Verstappen hacía solo cinco minutos. Lo disfruté mucho y obviamente se disfruta más cuando ganás y tenés buenos resultados. Estar en el mismo fin de semana de la F1 ya es algo muy lindo.
-¿Cuál es el objetivo tuyo y del equipo para esta temporada?
-Es progresar e ir carrera a carrera. Sabemos que no tenemos el mismo potencial que Prema, ART o Trident (equipos con más presupuesto y experiencia), pero confío en que podemos tener buenos resultados este año y ya lo demostramos en Bahréin, siendo la primera carrera del equipo en F3. Creo que tenemos chances de terminar entre los seis o siete primeros. Vamos a ver cómo sigue el año. Es muy precipitado hablar o hacerse alguna ilusión de ya pegar el salto a la F2.
-¿Qué te genera correr en Imola?
-Es un circuito increíble. Siempre que vi cámaras a bordo te impacta. Tantos años, un circuito con tanta historia y que pasaron los mejores pilotos del mundo, las mejores peleas como la de Fernando Alonso y Michael Schumacher, carreras inolvidables. Será una experiencia enorme poder correr allí y ojalá pueda obtener un buen resultado y sumar puntos para el campeonato y seguir progresando con el equipo. Ni bien llegue voy a ir a ver el monumento de Senna, que de chico soy fan de Ayrton. Me genera muchas ganas de conocer ese lugar, ver todo lo que la gente trae y todo lo que representa ese lugar que es donde perdió la vida. Tengo muchas ganas de llegar a Imola y recorrer la pista, el lugar.
- ¿Si llegás a ganar le dedicás el triunfo a Senna?
-No sé si dedicarlo, pero sí el lugar es tan histórico que ahí pasó todo. Desde que soy chico Senna es mi ídolo y una de las primeras personas que conocí en el automovilismo. Me genera algo lindo poder estar ahí. Ojalá gane la carrera, si llego a lograrlo, no sé lo que haría de verdad (risas). Sería algo increíble ganar en Imola. Será la primera carrera del año con el compuesto medio de neumáticos (mejor adherencia al asfalto, pero más degradación) y el auto va a cambiar mucho con el compuesto más blando. Tenemos muy poco tiempo de entrenamiento.
Desde que llegó a Europa su campaña la conduce la empresa europea que representa a pilotos llamada Bullet Sports Management, con base en Inglaterra, manejada por los ex pilotos Nicolas Minassian y Jamie Campbell-Walter. Se suma la española María Cartarineu, quien es la mano derecha de Colapinto. Ellos se encargan de conseguir presupuesto para que pueda correr y lo ubicaron en los diversos equipos. Por ahora todo el patrocinio de Franco proviene de firmas europeas. Hay gestiones con el Ministerio de Turismo y Deporte de la Argentina para conseguir apoyo y, si bien el tema está avanzado, aún no se confirmó. También hubo contacto con academias y programas de desarrollo de pilotos de equipos de F1.
Aparte de la F3 también corrió en los Sport Prototipos de la LMP2, que es la segunda divisional que compite en las 24 Horas de Le Mans y el año pasado peleó por el triunfo en su categoría. Espera que en 2022 pueda estar presente otra vez en la carrera de larga duración más importante del mundo, que se realizará del 11 al 12 de junio.
-¿Te contactaron de algún equipo de F1?
-A mí no me contactaron. A Jamie y María sí. Sé que tuvieron charlas con academias de pilotos y con marcas, desde hace un tiempo. Yo no estoy involucrado en esas conversaciones. No es que no me interesa, pero no es lo mío. No estoy enfocado en lo que pase con eso y si pasa algo será por los resultados y lo van a manejar mis managers. Trato de no pensar en esas cosas porque debo estar enfocado en hacer mi trabajo. Sé que el tema siempre es una cosa buena para publicidad, sponsors y tal vez un poco del presupuesto, pero al final no es tan así y después también quedás muy aferrado a hacer lo que ellos quieran. Jamie y María son partidarios de que mientras podamos hacerlo nosotros y encontrar inversores y no tener que estar aferrado a una fábrica es mejor que tener que ir a un equipo porque están vinculados a ellos. Por ejemplo, si estás en el programa de Williams, sus pilotos están en el equipo Carlin que no es muy competitivo en F2 y F3.
-¿Cómo complementás los tipos de autos?
-Es complicado porque el LMP2 es un auto diferente al de Fórmula 3. Es más pesado y en una carrera Endurance tenés que ahorrar nafta, hacer paradas en los boxes, hay muchos factores que juegan un rol importante en la carrera, a diferencia de una carrera de F3, que con más cortas, donde la mayoría de las cosas sí las controlan el piloto. Pero ambos tipos de auto me gustan.
-¿Vas por la revancha en Le Mans?
-No sé. Quieren que corra y no tengo actividad ese fin de semana con la F3. Si está la posibilidad, quiero hacerlo con un equipo competitivo, pero aún no hay nada confirmado.
-¿Cuál es el secreto para ser agresivo y mantener el auto en pista?
-Es algo natural. No es que quiera manejar así, es lo que me sale. A veces cuando vas manejando con cierta fluidez, que no estés tan afectado por el alrededor, por ejemplo, cuando estás corriendo en el ambiente de la F1, de sus equipos, los mejores pilotos y de alguna forma, tenés que tratar de que eso no te afecte mentalmente. Lo importante es estar en paz con tu cabeza y con tu cuerpo. Por eso desde 2013 estoy trabajando con mi psicólogo, que se llama Gustavo Ruiz, que lo conocí cuando empecé en karting siendo muy chiquito. Me ayuda mucho porque quieras o no al final te va a afectar. Y cada vez que me subo al auto estoy en una situación que no me importa mucho lo que suceda a mi alrededor. Estoy enfocado en lo que tengo que hacer, carrera a carrera, curva por curva, no estar pensando en que si no tengo buenos resultados no voy a poder correr el año que viene porque en Europa es muy complicado conseguir apoyo. No soy un chico millonario de Europa que puede correr toda su vida con la plata de los padres; lo hago gracias a la empresa que me maneja, Bullet, que consigue apoyo año tras año y trata de que siga en Europa. Y quieras o no, cuando tenés un fin de semana de una mala carrera, un mal resultado, el auto no va o chocaste por un error tuyo y no maximizaste lo que el auto tenía, eso se te pasa por la cabeza.
-¿En lo mental, cuál fue el momento más difícil ?
-Pasé por muchas cosas complicadas, por ejemplo, el año pasado fue bastante complicado cuando podría haber ganado Le Mans siendo uno de los pilotos más jóvenes. Más que por un error mío, por una falta de atención, no es que haya sido mi culpa el accidente sino una situación más de carrera. Quizá, habiendo tenido más experiencia o estando más enfocado no me hubiera pasado. Obviamente que me eché la culpa a mí porque somos tres pilotos y un equipo muy grande detrás. Me costó asimilar que no habíamos ganado en Le Mans (en la categoría LMP2) y tuve la chance de ganarla a los 18 años. Fue complicado sobreponerme.
Más allá de estar cerca de la F1, no se encandila con las luces del gran circo. La ansiedad es un proceso interno y sabe que está haciendo todo para llegar. Le tocó crecer de golpe y tiene algunas historias debajo del auto que lo marcaron. Por eso siendo tan joven se lo nota aplomado y con una impronta distinta a la de un chico de su edad.
-¿Cuál fue tu primer contacto con los autos de carrera?
- A los cuatro años mi papá me compró un cuatriciclo, no llegaba ni a pasar los cambios y mi familia pensaba que mi papá estaba loco (risas). Mi familia siempre fue fierrera y mi viejo corrió en motos, en speedway en Bahía Blanca. Yo desde los cinco años que estuve en un autódromo porque mi papá tuvo un equipo de Turismo Carretera, el JC Competición y, además, tuvo una empresa de seguros y fue sponsors de varios pilotos. A los hermanos Franco y Néstor Girolami, a Lucas Benamo, que es como mi hermano ya que desde muy chico que está conmigo y antes de que empezara a correr. Él me llevó a pista de karting a los 7 años. Siempre me acompañó y me ayudó a mejorar. Fue como mi coach y le debo una gran parte de lo que aprendí desde que era chico.
-¿Qué te marcó en tus primeros tiempos en Europa?
-Lo más complicado fue que llegué con 14 años a un país que no conocía, gente que no conocía, estaba solo y con un idioma del que no tenía idea de cómo se hablaba, viviendo con gente adulta en una fábrica, tratando de aprender el italiano, que no es un idioma tan complicado, pero era muy chico. Ese año fue el que más aprendí y del que más cosas pasé. Sirvió para aprender y ser la persona que soy hoy.
-¿Cómo fue vivir en una fábrica?
-Complicado porque más que nada nunca había vivido sin mi familia ni lejos de ellos. Fue la fábrica de un equipo muy grande karting, pero lo más complicado fue haber estado tantos meses sin poder volver a mi país y ver a mis amigos, a mis papás, a mi hermana. Pero eso me sirvió para hacerme más duro.
- ¿Ahora en Europa con quién vivís?
-Solo y este año me mudé a Palma de Mallorca. Me gusta mucho hacer bici y acá hay lugares muy lindos para salir a andar y recorrer la isla, el lugar y desconectarse de las carreras, de la F3, de los autos, de manejar, porque a veces se hace un poco pesado pensar siempre en lo mismo. Cuando se puede la bici viene bien para recargar energías en un lugar muy lindo.
-¿Qué fue lo más loco que te pasó en Europa viviendo solo?
-Cuando empezó lo del COVID-19 directamente no podía viajar. Algo tremendo que me pasó el año pasado, empecé a entrenar con la bicicleta y en Mónaco corría con la Fórmula Renault, pero al final no pude correr porque me descalificaron por un error del equipo. Me quedé con mi compañero de equipo y me quedé en su casa una semana. Me gustaba mantenerme en forma y entrenar. El 26 de mayo, un día antes de mi cumpleaños, había salido a andar en bici por Mónaco. Delante tenía un Audi que frenó fuerte porque una persona puso el pie en la calle y acá respetan mucho eso y frenó de golpe. Le di al auto de lleno, de una y le pegué con la cara en el alerón que está arriba de la luneta y me partí la nariz, me abrí todo abajo del ojo y me hicieron once puntos. Estaba todo sangrado, llegó la policía que me hablaba en francés y yo no tenía ni idea de lo que me decían. Tenía 17 años y fue un desastre. Me vinieron a buscar en una ambulancia porque estaba hecho mierda. Llamé por teléfono a mi compañero de equipo para que me fuera a buscar. En el hospital me cosieron porque no paraba de sangrar, pero obviamente no me hicieron nada en la nariz. Al otro día yo tenía una carrera en Paul Ricard y fui con la nariz rota y casi no podía respirar. Con un ojo hinchado que casi no veía. Los del equipo me querían matar. Cuando terminó la carrera me fui a Mallorca porque tengo un conocido que es médico y me puso la nariz en su lugar. La idea inicial era operarme, pero me iban a tener que poner anestesia e iba a quedar “bobo” por algunos días y el fin de semana tenía carrera de vuelta. Entonces me lo tuvieron que hacer manualmente, me pusieron uno palos por la nariz. No me había quebrado nunca, pero el dolor que tuve fue lo peor que me pasó en mi vida. Corrí la carrera quebrado, con un ojo menos porque no veía y casi sin poder respirar. Fue una locura (fue 12° en las dos carreras de la Fórmula Regional Europea). Es lo que hay y por suerte no me aburro.
-¿Cómo fue crecer de golpe?
-(Risas) Es un poco difícil. Cuando era chico siempre quise ser piloto de F1, correr en Europa, siempre fue mi sueño, pero nunca pensé cuáles eran las consecuencias, qué tenía que dejar atrás para hacerlo. Cuando empecé el secundario formé mi vida como cualquier otro chico y pensé me quedaba para siempre en la Argentina. Gané el Campeonato Argentino de Karting, pero no pensaba en irme todavía. Estudiaba un montón y me iba bien. Iba a un colegio bilingüe, pero me aburría el arte. Me gustaba mucho la mecánica y quise estudiar en un colegio técnico e hice los exámenes de ingreso para Ford y Techint, entré a los dos, pero me quedé con el segundo porque era más tecnológico. Estuve hasta tercer año y ahí empecé a correr en Europa y como era todo muy presencial porque tenía que usar el torno, soldar, estar en carpintería, se me complicó. Tuve que volver al colegio en el que me aburría y capaz que tenía “170 faltas”, porque volvía cada seis meses o en diciembre para rendir todo lo que me llevaba. No tenía idea de nada, mis amigos no entendían nada y me preguntaban, “¿cómo aprobás? No viniste en todo el año al colegio”. Así fue un poco mi vida, yo estaba estudiando afuera, cada año vivía en un lugar nuevo y conocía gente, nunca me quedé en un lugar o establecí una relación. Fue bastante complicada mi infancia porque un chico normal tiene a sus amigos en el colegio, después va a la universidad, y empiezan a salir, y para mí es todo diferente y capaz que crecí más rápido para hacer lo que me gusta. Yo fui el que decidió irse de chico y perderme de todo lo que me perdí, cumpleaños de 15, estar con mis amigos, mi familia, pero bueno, son cosas que hay que sacrificar para lograr lo que uno quiere. Desde los 14 años, cuando me fui, estuve decidido sobre lo que quería y cada vez me sentí mejor en Europa y ahora casi que no quiero volverme a la Argentina. Ya hice una vida acá.
-¿Tuviste algún momento de quiebre?
-De llorar y todo eso fue en mi primer año. Estaba con 14 años en Italia y no sabía ni el italiano. Eso fue lo más difícil, pero cuando lo pasé y empecé a tener mejores resultados, empecé a vivir en España, conocí más gente, ya se me hizo más fácil. Pero en el primer año se me hizo más difícil, quise volverme y de hecho me volví. En 2018 corrí en CRG dos meses, después me volví y empecé a correr de vuelta en el Campeonato Argentino de Karting en la categoría Senior, donde pude ganar. Luego me volví (a Europa) para correr en autos de Fórmula. Luego hubo otros momentos difíciles, cuando no tenés buenos resultados y estás solo. Vas a una carrera y no sumás puntos, otra carrera y te chocaste, al fin de semana otra carrera y estás para quedar en el podio y terminás octavo… Después de eso, el lunes o martes siguiente me quiero volver ya. O sea, decís eso, pero no te querés volver en realidad. Cuando uno trabaja y se esfuerza mucho para poder tener un buen resultado o el que esperabas y no lo conseguís es muy difícil asimilarlo o comprenderlo. Pero si te volvés en ese momento ya perdés todo lo que hiciste antes y todo el esfuerzo que todos hicieron por cumplir tu sueño.
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