Dictaron la prisión preventiva para Caverna Godoy, el líder de la barra de River Plate: cómo pasó de changarín a millonario y su inquietante prontuario

La jueza Susana Parada aceptó el criterio de la fiscal Celsa Ramírez de dejarlo detenido bajo el supuesto de que podía entorpecer la investigación: lo acusan de varios delitos, el más importante, jefe de asociación ilícita. Además, 254 barras fueron incluidos en el derecho de admisión

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Es el líder de la barra de River Plate

Cuando en 2009 coronó como jefe de la barra brava de River, Héctor Guillermo Godoy, el famoso Caverna, supo que su vida iba a cambiar drásticamente. Y durante una década hizo y deshizo como quiso la vida de las entrañas del estadio Monumental. Primero compartiendo el poder con Martín Araujo, alias Martín de Ramos, y después en soledad, cuando este último se dio cuenta de que el futuro podía pintar negro y de que ya tenía lo suficiente para vivir tranquilo con un par de negocios lícitos montados para el resto de su vida. Caverna, en cambio, pensó que la impunidad duraría para siempre. Pues bien, como casi todos los barras terminó equivocado: este mediodía finalmente la Justicia le puso el cascabel al gato y le decretó la prisión preventiva por varios delitos, el más importante, jefe de asociación ilícita, que tiene una pena de hasta 15 años de prisión.

Es cierto que en las actuales condiciones de la Justicia argentina su estancia en la cárcel será discutida en la Cámara, porque la jueza Susana Parada aceptó el criterio de la fiscal Celsa Ramírez de dejarlo detenido bajo el supuesto de que podía entorpecer la investigación porque quedan medidas pendientes, sobre todo la investigación de la información de su teléfono celular, pero éste ya fue secuestrado por lo que parece difícil que pueda hacer algo para borrar los datos que allí estén alojados. Caverna Godoy tiene varios procesos en trámite. El más complicado, uno por lavado de dinero de cuando secuestraron casi siete millones de pesos entre moneda nacional y extranjera en noviembre de 2018 más 300 entradas, un día antes de la frustrada final de Copa Libertadores de ese año en el Monumental entre River y Boca. De esta manera, si la Cámara no cambia el criterio cuando la defensa de Caverna a cargo del abogado Diego Valente apele, el líder barra deberá esperar el juicio en prisión o, como mínimo, deberá estar en esa condición dos años, plazo legal indicativo.

Es probable que ahora, alojado en la Alcaidía 8 de la Ciudad ubicada en Villa Lugano, Caverna piense mientras comparte una celda con todo tipo de delincuentes, en que la gula por seguir viviendo de River y sus negocios aledaños fue una mala idea. Pero claro, cómo verlo dirán algunos cuando llegó a la barra tan de abajo, observó cómo se hacían millonarios los jefes anteriores y fue en busca de ese mismo destino que jamás quiso entregar. Porque Godoy ingresó a Los Borrachos del Tablón a fines de la década del 90, cuando comenzaba a armarse el conocido grupo de “Los Yogures”, tal como despectivamente los llamaban a los barras con físico de patovicas que se entrenaban en el gimnasio del club y eran conducidos por Adrián Rousseau y Alan Schlenker.

Esa facción tomó el control del Monumental en 2002 y la acumulación de poder tuvo venia dirigencial: Caverna fue uno de los siete elegidos por la comisión directiva del presidente Aguilar para ponerlos como empleados de planta permanente de la institución con sueldos siderales, que habría sido la forma de blanquear los ingresos que obtenían por los negocios de la cancha.

Hasta el Mundial 2006, el grupo fue monolítico. Pero al regreso, por cuestiones de dinero y poder, comenzó a resquebrajarse y terminó estallando en marzo de 2007, en la conocida “batalla de los quinchos”, cuando se enfrentaron a tiros dentro del club.

La detención masiva del último domingo, en Cantilo y General Paz
La detención masiva del último domingo, en Cantilo y General Paz

Caverna quedó en ese momento del lado de Adrián Rousseau y pocos meses después comprobó que había tomado la decisión correcta. Si bien tras aquella pelea fue el grupo de Schlenker el que comandó la tribuna, en agosto de 2007 tras el crimen de Gonzalo Acro, el poder volvió a Rousseau, pero como éste ya no podía ingresar a la cancha dispuso que sus lugartenientes, Godoy y Martín Araujo, manejaran el paravalancha.

En menos de dos años, éstos dos se hicieron con el poder real y acumularon durante la gestión Passarella todos los negocios habidos y por haber.

Tuvo por entonces varias causas judiciales, como el ataque a un representante de jugadores de Inferiores, de los que salió indemne. Tuvo derecho de admisión para la temporada 2007/08, pero tras arreglar el apoyo de la barra para publicitar en las canchas el programa Fútbol para Todos, en 2009 su nombre desapareció de la lista prohibida. Y entonces su poder ya fue casi absoluto.

En marzo de 2014 fue detenido junto con la cúpula de la barra adentro del Monumental con 200 carnets en su poder, entradas para reventa, facas, gas pimienta y 12 teléfonos celulares, pero la causa terminó en nada porque River decidió no accionar como damnificado. En noviembre de ese mismo año, antes del Superclásico por la Copa Sudamericana, Caverna fue apuñalado por sus rivales internos en la confitería del Monumental, cuando fueron a buscarle los tickets que manejaba para aquel partido trascendental que ganaría el equipo del Muñeco Gallardo y sería la antesala de la consagración en el torneo.

Aún a expensas de lo ocurrido, apenas cicatrizaron las heridas, Godoy volvió a la tribuna y a hacer de las suyas: en 2015 se le abrió una causa junto a empleados infieles del club por presunta reventa de tickets que la barra obtenía a nombre de socios fallecidos o mayores de 95 años, causa que se tramita sin novedades en el juzgado de instrucción de la doctora Palmaghini. Y un año después terminó procesado por el juez Caunedo por participar de un circuito de reventa de entradas para defraudar al club. A partir de entonces, ingresó en el listado del derecho de admisión impuesto por el programa Tribuna Segura, pero no tuvo problemas para seguir manejando todos los negocios de la barra. Hasta que en noviembre de 2018 le llegó el allanamiento a su casa y la causa más grande: lavado de activos. Pero como no fue preso, creyó que su buena estrella no se apagaría siempre. Y desde septiembre del año pasado volvió a manejar todo, desde una oficina que montó en el primer piso de una pizzería en Libertador y Congreso. Desde allí daba órdenes, se juntaba con sus fieles, organizó juntadas con políticos como Guillermo Moreno y varios sindicatos y eso aún le dio mayor fe en que nunca iría a caer. Y no supo leer la realidad: porque el club y las autoridades de seguridad de la Ciudad estaban detrás suyo. Y sólo esperaban un error para caerle con todo el peso de la ley.

Parecía que caía cuando lo detuvieron en la previa del viaje a Salta por la Copa Argentina, el mes pasado. Zafó de nuevo. Y siguió. Pero la gota que rebalsó todo fue el Superclásico de la octava fecha, con la barra ingresando hasta bengalas marinas. Ahí se le acabó el crédito. Él creía que no y en su ceguera barra pensando en no dejar un centímetro de ventaja a sus rivales internos, encabezó al ejército que salió de un hipermercado en Vicente López rumbo al Monumental el domingo pasado. La Policía los detuvo a todos, a los 254, por atentado y resistencia a la autoridad. Un delito excarcelable, aunque todos fueron incluidos esta tarde en el derecho de admisión. Pero para Caverna había más: la imputación de jefe de asociación ilícita. Godoy subió sonriente a la audiencia de este mediodía, confiando en lo de siempre. Seguir acumulando causas por delitos en espectáculos deportivos pero en libertad. Pero un día su suerte se acabó. Y eso lo está comprobando ahora, desde una fría celda de la alcaidía 8 de Villa Lugano, compartiendo celda con todo tipo de delincuentes y tan lejos del Monumental donde se sentía rey, hasta caer con todo el peso de la ley.

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