Cuando las cámaras se posen esta noche en la tribuna visitante del estadio de Deportivo Cali, un hombre canoso estará parado en un paravalanchas sonriéndole al mundo. Lo que no puede hacer en la Argentina, lo hará en Colombia, en el debut copero de Boca. Porque Rafael Di Zeo, que no puede ingresar a ningún estadio de nuestro país hace ya largos seis años, encabezará la comparsa de La Doce en esta Copa Libertadores que tiene hoy su campana de largada de fase de grupos.
Y no estará sólo, claro: junto a él se situará todo su círculo áulico que viajó el lunes a la mañana vía Panamá y también estarán los más fieles a Mauro Martín, que hicieron el mismo viaje con igual escala pero un día antes, en la madrugada del domingo, después de ver el empate de Boca con Arsenal. Su líder tuvo algunos problemas: en la escala en Panamá las autoridades migratorias de ese país lo tenían en una lista negra y aunque Colombia no ponía ningún impedimento, no lo dejaron entrar en territorio del país centroamericano. El líder barra masculló bronca, mostró todos sus papeles en orden que le permitían salir de Argentina pero no hubo caso y tuvo que pegar la vuelta. No obstante, horas después abordó un vuelo directo a Bogotá y consiguió llegar a destino.
¿Por qué en principio Di Zeo sí y Mauro no? Porque el año pasado México endureció sus leyes migratorias para cualquiera que tenga una causa judicial en trámite y a Mauro Martín se le había antojado viajar con toda su familia a las playas de la Riviera Maya. Y lo hizo vía Panamá. Cuando México lo rechazó (tiene pendiente un juicio por encubrimiento con el resto de la barra por un secuestro extorsivo del año 2016 llevado adelante por Maximiliano Mey Oetinger, uno de los capos de La Doce), Panamá tomó nota y también lo incluyó en su lista de indeseables.
¿Qué puede pasar esta noche? Hay varias alternativas. Porque se recuerda que el último viaje de La Doce a Colombia terminó muy mal. Fue en 2019 cuando Boca jugaba contra Deportes Tolima en Ibagué, fueron vía Bogotá y allí se les denegó el ingreso por las autoridades migratorias. En aquel momento quién era la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, había puesto en conocimiento de su par en Colombia que el líder de la barra tenía antecedentes de violencia en el fútbol e impedimentos hasta 2024 para ingresar a los estadios. Y por eso terminó deportado. Pero esta vez teniendo en cuenta aquella experiencia, La Doce prefirió no ir por Bogotá sino por Panamá y de allí directo a Cali y parece haber sido una táctica efectiva. Por lo menos hasta ahora. Cabe recordar que desde la pandemia del Coronavirus la posibilidad de ir de visitante estaba vedada, tanto para la Copa 2020 como para la 2021 por lo que esta es la primera experiencia internacional de la barra post COVID-19.
La última experiencia efectiva de toda La Doce en un estadio del exterior data de la Copa 2018, cuando se la vio a pleno en San Pablo, frente al Palmeiras en la fase de grupos. Después, en la instancia de cuartos de final contra el Cruzeiro la Justicia argentina les denegó el permiso a viajar por pedido del Gobierno. Tampoco pudieron estar en la final de Madrid, donde sí acompañaron al micro hasta el aeropuerto de Ezeiza pero sin poder subirse al avión. En cambio, ahora consiguieron que el Tribunal Oral Federal Número 8 donde está radicada la causa que los tiene en vilo, les permitiera viajar. Así salieron del país. Así entraron todos. Así alentarán a Boca, desafiando una vez más las leyes argentinas que los quiere afuera de todas las competencias.
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