“Estamos muy tristes. Lamentamos comunicar el fallecimiento de Juan Carlos “Chango” Cárdenas, autor del gol más importante de nuestra historia. Racing Club abraza a todos sus familiares y amigos”.
Con esta publicación, una imagen en su momento de gloria y la leyenda “hasta siempre, Chango”, la Academia confirmó la dolorosa noticia que golpeó al fútbol argentino: la muerte del mítico delantero, a los 76 años.
En noviembre se cumplían 55 años de su mítico gol al Celtic desde 35 metros, que le dio a Racing la Copa Intercontinental. A ese grito el club define como “el más importante de nuestra historia”. “Ese gol nos cambió la vida a todos. Yo no le pegaba fuerte, le pegaba con precisión. No sé si se me habrá levantado, pero le di de lleno con todo el empeine”, le dijo a Infobae sobre su obra, que lo llevó a la eternidad.
“La década del 60 fue cuando se empezaron a ganar títulos internacionales. Racing gana la final de la Libertadores en el 67 y por primera vez el fútbol argentino tiene un campeón del mundo. Creo que nos dimos cuenta que podíamos ganar. Ese gol me cambió la vida, pero yo sigo siendo el mismo campesino que se fue de Santiago”, puso en valor aquella conquista.
El Chango había llegado a Racing proveniente de Unión de Santiago. Allí permaneció entre el 62 y el 72, con un breve paso a préstamo por Nueva Chicago. Y un regreso en el 76, en el epílogo de su carrera. Con la celeste y blanca ganó el torneo de Primera División del 66, la Libertadores del 67 y la citada Intercontinental. También dejó su huella en México, donde jugó con las casacas del Veracruz y del Puebla.
En aquella serie ante el elenco escocés, ya había anotado el gol de la victoria en el 2-1 en Avellaneda que empató la llave. Y en el estadio Centenario de Montevideo pasó a la posteridad por el zapatazo que marcó un mojón en el palmarés racinguista.
El Chango se transformó en ídolo del club del cual era hincha desde chico. ¿Cómo nació el flechazo con Racing? “Eramos una familia muy humilde y un día fui a ver al verdulero, Sambrano, para pedirle laburo: ´Don Luis, necesito ganarme unos pesitos´, le dije. ´Yo te doy trabajo pero te tenés que hacer de Racing´, me tiró. Era el único de Racing en el barrio Triángulo de Santiago. Y no lo dudé: ´Bueno, me hago de la Academia´. A los pocos días aparece con la camiseta y yo estaba como loco”, recordó en 2017. Quizás fue un guiño del destino, que sabía en qué trono se iba a sentar.
En 2014 había sido reconocido por la Legislatura porteña como “Personalidad destacada del deporte”. En enero de 2021 había sido internado tras contagiarse de coronavirus, que derivó en una neumonía. Pero había conseguido recuperarse. Hoy ya lo extrañan sus seres queridos, ex compañeros y los hinchas de Racing, que por siempre mantendrán unido su nombre a la gran hazaña en Montevideo.
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