Una renuncia por violencia en la selección de básquet adaptado femenino

Jazmín Sallis lo hizo a través de una carta pública, luego de vestir la celeste y blanca por cinco años. Cuáles fueron los motivos y cómo fue la reacción del entorno tras el anuncio.

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Jazmín Sallis (24), jugadora de
Jazmín Sallis (24), jugadora de básquet en silla de ruedas, aseguró que sufrió "incontables tipos de violencia"

Jazmín Sallis (24), jugadora de básquet en silla de ruedas, renunció a la selección argentina días atrás por medio de una carta pública, por sufrir “incontables tipos de violencia” por parte del Staff (cuerpo técnico), así lo manifestó la ex Loba en sus redes sociales. La basquetbolista detalló los episodios de violencia que vivió en el seleccionado nacional de básquet adaptado.

Vistió la camiseta albiceleste durante 5 años, actualmente Jazmín Sallis defiende los colores de la Fundación FDI Las Rosas en la División de Honor española, habiéndose iniciado en ADIAR de Ensenada para luego jugar en River, CILSA y en el GSD Porto Torres de Italia. Días atrás, la jugadora hizo pública su renuncia a la selección argentina de básquet en silla de ruedas tras dejar una sensible advertencia con una carta pública en sus redes sociales: “Ya no puedo representar a mi país. No puedo porque significa convivir con incontables tipos de violencia, y con la frustración de no tener las herramientas para combatirla. Significó aguantarlo todo sabiendo que era la única manera de estar”.

El medio especializado argentino en los deportes paralímpicos, adaptados e inclusivoPateandolimites.com pudo dialogar con Jazmín quien explicitó las distintas situaciones de violencia que vivió en la selección argentina de básquet en silla de ruedas. “Lamentablemente se naturaliza el mal trato verbal, psicológico por parte del Staff y yo no quiero vivirlo más”.

Jazmín Sallis “Lamentablemente se naturaliza
Jazmín Sallis “Lamentablemente se naturaliza el mal trato verbal, psicológico por parte del Staff y yo no quiero vivirlo más”. Fotos: Redes sociales Jazmín Sallis

Jazmín recuerda que una vez, en una gira internacional, “por ejemplo, dos personas del staff me dijeron a los gritos en pleno comedor que yo era ‘el cáncer´ del equipo, que era la causa de los males de la selección, me llamaron ‘mocosa insolente’. También recuerdo estar en concentraciones y escuchar como entre 5 personas del cuerpo técnico le gritaban a una sola jugadora en una habitación interrumpiéndola cada vez que quería hablar”.

—¿Cómo fueron sus últimas concentraciones con la selección argentina?

—Las últimas concentraciones que estuve me enteré por terceras personas que me habían culpado explícitamente por decisiones tomadas que perjudicaban al equipo, cuando conmigo no se habían comunicado en todo un período mientras jugaba en Italia y me había quedado varada y sin trabajo. Me hicieron firmar a mí y a algunas compañeras que juegan en el extranjero un deslinde a la Federación por cualquier ‘inconveniente’ que podamos tener con los clubes que nos contraten, siendo una iniciativa puramente del femenino ya que a nadie de la selección masculina le hicieron firmar ese documento, y la explicación de hacer firmar esto era “por lo que había pasado conmigo” (que estando varada sin lugar donde quedarme en España me pagaron el pasaje a Argentina antes de lo que hubiera correspondido, ya que al resto de los y las seleccionadas que se encontraban en Europa hace años se les paga el pasaje para volver al país previo a torneos internacionales) Situaciones como esas, el agravio, el mal trato, la mentira, me llevan a tomar la decisión de dejar la selección argentina”, puntualiza la basquetbolista.

Respecto a la posibilidad o no de comunicarse con la Federación Argentina de Básquet Adaptado para informarle de los hechos de violencia que estaba viviendo, Sallis comentó: “Realmente creo que estas cosas se saben. Yo muchas veces pedí a FABA el Estatuto, para ver si en el Estatuto de la Federación podía encontrar algún inciso, algo que amparara al deportista ante estas situaciones, y la respuesta siempre fue que no era posible que yo obtenga ese documento, a pesar de que yo entiendo que tendría que ser un documento público para los miembros de la Federación. Esa fue la respuesta que me dieron: que no se podía tener el Estatuto. En cuanto a ir a contarles las situaciones que se vivían, realmente me daba temor que sea peor, porque hay una muy buena relación entre los dirigentes de la federación y el cuerpo técnico de la selección femenina”.

“Las mujeres en el deporte naturalizamos las situaciones de violencia. Lo mío no es un caso aislado. Es muy difícil pensar en salir de esto, poder aliarse, es muy difícil percibirlo porque se entiende que ‘el deporte es así’, que ‘hay que aguantar’, que siempre fue así y no existe manera de cambiarlo. Manifestar cualquier descontento o reaccionar ante estos hechos constituye un riesgo, siempre está posibilidad de tener consecuencias negativas, y parece que no vale la pena arriesgarse si igual nada va a cambiar. Yo personalmente creo que no hay nada que un o una deportista pueda hacer que justifique ningún tipo de violencia”, señala Jazmín

Las Lobas, equipo femenino de
Las Lobas, equipo femenino de básquet adaptado

“Los hecho hablan por sí solos. Si una jugadora habla, denuncia públicamente haber vivido situaciones de violencia, de mal trato, de humillación dentro del estrato más alto de un deporte y la única respuesta es un silencio aplastador, sin contacto institucional ni respuesta ante una renuncia más que un ‘visto’ de Whatsapp, entonces no hay herramientas ante estas situaciones. No poder contar con apoyo dentro de la Federación, eso ayuda a que estas cosas sigan pasando. Una deportista que vive situaciones de violencia, sabe que no tiene donde recurrir, al menos eso me pasó a mí”, remarca Jazmín , quien a su vez aclara, “yo lo que hice fue un descargo, una catarsis, necesité decir por qué dejaba la selección argentina, porque es una decisión que me entristece mucho y creo que irse en silencio ayuda a que todo siga igual. No sé si algo va a cambiar después de esto, pero estoy en eso en averiguar vías, maneras para que este reclamo no quede en la nada. El básquet es un deporte hermoso y recomiendo a todo el mundo que lo practique. Sí me parece una señal de alarma lo que está pasando en la selección femenina de básquet adaptado que tendría que ser un espacio seguro y cuidado para habitar”, concluyó Jazmín Sallis.

La Fundación Ninawa Daher apadrina Pateando Limites dirigido por el Lic. Germán Mattar por considerarlo un proyecto inclusivo en el deporte paralimpico. La discapacidad y el deporte son espacios que necesitan de nuestro apoyo y los comunicadores que se desempeñan en los mismos se esfuerzan denodadamente en un ambito en el qué hay mucho por hacer” En Instagram: @fundacionninawadaher, Twiter @fundninawadaher, Facebook@fundacionninawadaher. Para contactarse con Pateando Límites en Instagram @pateandolimites o en su web pateandolimites.com

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