Lo que no se vio de la despedida de Argentina en la Bombonera: insólitas reacciones en los goles de Di María y Messi y el blooper con la salida del equipo

La Scaloneta dio otra función ante Venezuela en el último encuentro en el país antes del Mundial de Qatar 2022. Cómo recibieron a Armani, la ansiedad en los himnos y otras perlitas que dejó el duelo por Eliminatorias

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La bombonera se vistió de
La bombonera se vistió de gala para la jornada de despedida de Argentina ante Venezuela por Eliminatorias (Fotobaires)

Otra jornada de la Scaloneta que quedará para enmarcar. No porque haya descollado con su actuación ante Venezuela, lejos estuvo de mostrar el fútbol de alto vuelo que tuvo en la Copa América ganada en Brasil, sino porque se vivió en la Bombonera una jornada especial ya que se trató del último encuento de Argentina en el país antes del Mundial de Qatar 2022. El duelo de despedida contó con la presencia del ídolo Lionel Messi y un rival débil, pero que se las ingenió para plantear un encuentro cerrado, que tuvo momentos de pierna fuerte y del que intentó no salirse nunca del libreto. Hasta que entró Di María, claro, que en 20 minutos rompió todo el cerrojo vinotinto y a pura magia, o “potrero” como lo destacó Scaloni en la conferencia, cerró una noche de festejos y con la ilusión intacta de poder hacer una gran Copa del Mundo.

El día arrancó feito desde lo climático, pero cuando llegó la hora del partido las nubes se disiparon y una duda que tenía en vilo a todos sobre cómo respondería el campo, quedó resuelta: el césped aguantó varias horas de lluvia intensa y terminó con un más que aprobado. Como suele ocurrir en la Bombonera, la gente llega temprano y a falta de una hora las tribunas lucían semicompletas. La cumbia santafesina, de la mano de Los Palmeras, sonaba a todo volumen y les daba la mejor bienvenida a la familia futbolera. También se reflejaban en las pantallas las imágenes que quedarán eternas sobre aquella consagración, primero en los penales ante Colombia y luego en la histórica final en el Maracaná ante Brasil y con ese gol inolvidable de Ángel Di María.

Messi, De Paul y Di
Messi, De Paul y Di María, los más ovacionados por el público argentino en la Bombonera (Fotobaires)

Ahí fue cuando se depertó la primera gran ovación. Porque hoy por hoy es el Fideo quien le pelea palmo a palmo el aplausómetro a Lionel Messi. Detrás se ubicó Rodrigo De Paul, quien hizo un gran sacrificio y fue uno de los más aprobados durante el partido. En este punto una incógnita que se manejó en la previa y que muchos se preguntaban era cómo iba a recibir la Bombonera a Franco Armani, quien reemplazó a un Dibu Martínez suspendido que llamativamente eligió vivir el partido desde una platea. El arquero de River Plate hizo los ejercicios de calentamiento justo del lado de La 12, donde se ubica la hinchada xeneize. Pero lejos de encontrar alguna provocación o reprobación, el guardameta fue ovacionado y luego, cuando la voz del estadio nombró uno por uno a los jugadores, también recibió muchos aplausos. Aunque sí hubo una perlita que no pasó desapercibida, sobre todo en algún hincha de Boca Juniors atento a los detalles. Y tuvo que ver el atuendo con el que salió Armani a la cancha: el buzo amarillo, justo cuando el Xeneize viene de quedarse con el Superclásico ante el Millonario con la tan mencionada camiseta alternativa.

Franco Armani, quien lució un
Franco Armani, quien lució un atuendo amarillo, fue ovacionado en la Bombonera (Fotobaires)

Dejando las chicanas de lado, llegó el momento de la salida de los equipos y el primer y gran blooper de la organización. Los suplentes pisaron el césped y corrieron rápidamente a ubicarse en el banco de relevos. Una mano ansiosa activó los fuegos artificiales y ya no hubo vuelta atrás al papelón. Decenas de bombas de estruendo, bengalas, cohetes y todo tipo de pirotecnia sobrevolaba e iluminaba el cielo de la Bombonera. Sin embargo, no había rastros de Messi y compañía. Incluso el fuego y el humo con el que se recibe a los equipos en el campo de juego también se activó. Todo era risas. Pese a ello, el estadio explotó por la calidad de su gente y con La Pulga como gran denominador, uno a uno fueron llegando los cánticos. Ovación, reverencia y el pedido que de su mano “todos la vuelta vamos a dar”. El capitán devolvió el gesto en varias oportunidades. Se notó la alegría que sentía de tener a su gente de lado, luego de días difíciles en el PSG con abucheos y silbidos por la eliminación de la Champions League.

Esta era otra historia y pese a que el rival se plantó con un cerrojo y pierna fuerte, Argentina con su “potrero” lo fue desgastando. Con el alma y el sacrificio de De Paul, el buen pie de Paredes, muy ovacionado por haber surgido de Boca Juniors, y la idolatría incondicional por Messi, el equipo fue creciendo y a partir del gol de Nicolás González todo cambió. Al soltarse, llegaron algunos lujos y una nueva gran ovación cuando en el complemento ingresó Di María. Un “Fideeeooo, Fideeeooo”, ensordecedor bajó de los cuatro costados. Y el rosarino no defradudó. En 20 minutos demolió a la defensa vinotinto a pura gambeta. Su gol, el segundo arentino, llegó tras un pase espectacular de De Paul, quien quedó tendido en césped en mitad de cancha abrazado con Paredes como dos niños que no comprendían y, al mismo tiempo, querían disfrutar de la obra de arte que había realizado Angelito. Se sumaron los gestos de los suplantes, de Scaloni y de todos en el estadio, que se detuvieron un instante para tratar de asimilar esta nueva perla de Di María.

La broma del Kun Agüero
La broma del Kun Agüero que se volvió viral por los goles de Di María y Messi ante Venezuela (Twitter)

Si hasta Sergio Agüero, detrás de su PC, bromeó al respecto. “Golazo de Fideo, impresionante como le enseñé jeee! . Y Leo terrible gol de derecha. Los amo amigos”. El Kun adelantó lo que también fue sorpresa: el gol con su pierna menos hábil de Messi, tras recibir una exquisita asistencia de Di María. Mientras tanto, desde el palco la propia familia de la Pulga también se sorprendía por la definición, poco ortodoxa, pero que sirvió para cerrar una goleada que no hizo más que aumentar la ilusión con vistas a Qatar 2022.

“Ooohhhh, soy argentino, es un sentimiento, no puedo paraaaaaar...”. El equipo se despidió a puro grito junto a sus hinchas. Tardaron varios minutos en irse del campo de juego y está claro que no querían que se terminara esta jornada muy especial. Si bien quedan un par de partidos oficiales (Ecuador y Brasil) más algún que otro amistoso (Italia y puede haber alguno más), sus mentes ya están proyectando el Mundial de Qatar. Hasta allá viajará la Scaloneta para seguir dando cátedra y por qué no, volver “a ser campeones como en el 86″.

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