Este domingo, desde las 19, se paralizará el mundo del fútbol por lo que acontecerá en el Monumental. River y Boca, los dos clubes más populares del país, se volverán a ver las caras en una nueva edición del Superclásico.
Durante más de 100 años de rivalidad, varios partidos quedaron en la historia. Uno de los más recordados es la gran remontada de los de Núñez para imponerse por 5-4 ante el Xeneize en el campeonato de 1972. En el último segundo apareció el Puma Morete para desatar el delirio de todos los simpatizantes del Millonario que se acercaron hasta la cancha de Vélez.
El goleador, en diálogo con Infobae, rememoró este célebre encuentro, explicó su facilidad para marcarle a los de La Ribera y los motivos que lo llevaron a ponerse la camiseta azul y oro en 1981.
-Si le digo la palabra Superclásico, ¿cuál es el primero que se le viene a la mente?
-El mismo que se te viene a vos, je. El famoso 5-4 del 72. Pero hubo otro clásico, en el 74, que les ganamos 3 a 1 en la cancha de River la semana que me casé e hice 3 goles. Me trajo recontra suerte el casamiento. Ahora en noviembre cumplo 48 años de casado con mi esposa Graciela, imaginate. También tuve suerte que todos los goles que le hice a Boca fueron para ganar, siempre. No hice goles para decorar clásicos, sino para definir. Pero el 5-4 del 72 nunca más se repitió. Hubo más de 30 situaciones de gol, penales atajados. Era un metegol. Ganábamos 2-0 y después perdíamos 4-2. Luego puse el empate y en el último segundo marco el de la victoria, por eso quedó en la historia. En el 75, cuando salimos campeones, también hice un gol en la cancha de Boca. Un 3-2 en cancha de Vélez en el campeonato. Siempre fueron goles que definieron el partido, eso es lo importante. En 5 años hice más de 100 goles en 200 partidos. Me vendieron con 23 años.
Lo negativo en mi carrera fue en el 81, que me tenía que volver a Argentina y llamé a Rafael Aragón Cabrera, que era el presidente de River, y le dije ‘mire que me tengo que volver y quiero terminar mi carrera en River’. Y me dijo que estaban Kempes y otros delanteros. Tenía a Racing y Boca, pero Boca fue el único que podía pagarle al Sevilla mi pase. Yo tenía que volver por problemas familiares. Ellos pagaron el pase y me puse la de Boca. Salí campeón, pero jugué poco porque Boca jugaba sin 9. Estaba Escudero, Perotti, Brindisi y Maradona. Los minutos que jugaba lo hacía contra la línea. No tenía continuidad, pero no me quejo. En el 82 Labruna me lleva a Talleres y hago 20 goles en 20 partidos. Ahí volvió River, pero yo ya le había dado la palabra a Independiente, que le iba a vender a Alzamendi a River. Un año antes no me dio bola River, y luego se desesperó. El fútbol tiene estas cosas, que son inentendibles. Yo quería retirarme en River. Tengo 9 goles a Boca, y si hubiera vuelto le peleaba a Labruna el tema de los goles en los clásicos. En su momento dolió, pero es así.
-¿Se acuerda el famoso gol del 72?
-Sí, los dos goles. Íbamos perdiendo 4-3 y creo que iban 15 minutos del segundo tiempo. Agarré la pelota en posición de número 10 y encaré. Se la tiré larga a Mouzo y cuando pisé el área se la crucé al arquero de izquierda a derecha. El otro fue un tiro libre desde la derecha en el último minuto. Hubo un centro pasado, y yo a un metro del arco inflo la red y termina el partido ahí. Ni sacaron de mitad de cancha. Imaginate lo que fue ese partido, fue muy shockeante, y me lo acuerdo como si fuera ahora.
No es normal esa facilidad para marcar tantos goles en un Superclásico. ¿Por qué cree que fue?
-El goleador le hace goles a la mayoría, pero a algún equipo le cuesta más y con otro es más fácil. Yo sabía que le iba a hacer goles a Boca, y los de Boca sabían que iba a marcar, y los hacía. Yo estaba recontra confiado antes de jugar estos partidos. Pero después estaba Huracán, que me costaba. No sé por qué. En un Superclásico no es que te tienen miedo, pero sí respeto. Lo más importante para el goleador es el aval del entrenador, de que vas a jugar los 90 minutos. Podés hacer goles en cualquier momento. Sabés que tenés 90 minutos para marcar.
-¿Se lamenta por su paso por Boca?
-No. La hinchada de Boca me recibió muy bien, pese a que siempre les marqué goles. Seguro esperaban más de mí, pero Marzolini no jugaba con 9 y cuando entraba lo hacía de wing. Salí campeón, conocí un gran plantel; pero nada, son las cosas que tiene el fútbol. Estoy agradecido a que Boca me compró y me ayudó a volver. Lo deportivo es otra cuestión.
-En Boca compartió con Maradona. ¿Qué es jugar con Diego y quiénes están a su altura?
-No sólo jugué, sino que entrené todos los días con Diego. Entrenaba con barro y los cordones desatados y no se le salían los botines ni se pisaba los cordones. Verlo todos los días, con las cosas que hacía la pelota, era descomunal. También tuve la experiencia de ver jugar a Messi y tuve la gran experiencia de jugar en contra de Johan Cruyff, que es el jugador más grande que vi en mi vida. Jugué 3 años en contra de él, y lo que jugaba... En esa época tenía 5ta ó 6ta, un desarrollo físico tremendo. Y con una calidad… Hacía goles, jugaba, era algo descomunal. Tengo la suerte de que en el último partido que jugó en Barcelona, que fue una final de la Copa del Rey, me dio su camiseta y brazalete de capitán. Fue lo más grande. Si hago un podio es Cruyff, Messi y Maradona.
Hace unos años me llamó Jordi, el hijo. Se enteró que tenía su camiseta y me la pidió. Yo le dije que lo entiendo, pero es el tesoro más grande que tengo. Le dije que no me ofreciera plata, que no se la iba a vender. Le dije ‘me podés ofrecer dos departamentos, lo que vos quieras, pero no la vendo. Queda para mí, y luego para mi hijo en el día de mañana’. Lo que tengo en el corazón vale más que cualquier cosa. Es el mejor que vi.
-Se viene un nuevo Superclásico, escenario que conoce a la perfección. ¿Cuáles son sus sensaciones?
-Hay jugadores lesionados, en Boca igual. No sabés cómo van a formar. Yo tengo la idea de que se le puede complicar a River si Boca lo ataca. Hay que ver si lo hará, o si irá a especular. A River le duele de local cuando lo atacan. Los equipos que vinieron a atacar, sean grandes, chicos o medianos, cuando lo atacaron lo complicaron. River es un equipo que por técnica, y por la forma de ser del entrenador, que es extraordinaria, ataca en todos lados. No sé qué pensará Battaglia, pero si arma un partido atacándolo a River, lo puede complicar bastante.
-Nombró a Battaglia, que la semana pasada fue tema central en Boca. ¿Cómo lo ve?
-Consiguió cosas, pero viste cómo es. Pasan dos o tres partidos donde el equipo no juega como quieren muchos y empiezan a decir de la experiencia y toda esa boludez que se dice siempre. El tipo hizo debutar a Vázquez, que con el técnico anterior no jugaba y se desesperaron buscando un 9. Y el 9 estaba en la Reserva. El pibe respondió e hizo sus goles. Ahora vino Benedetto y tendrá que pelearla. Pero también puso pibes en otros puestos. Tienen jóvenes con proyección, como tiene River.
Es como todo, el fútbol es una mierda en todos lados. Mirá lo que están haciendo con Messi en Francia. Después salen a hablar ex jugadores, ex campeones del mundo como Valdano, diciendo que el miedo escénico mató al PSG. Es una boludez que dice desde hace 20 años. En el primer tiempo lo bailó y le tendría que haber hecho dos o tres goles. Valdano no dijo nada del miedo escénico del Real Madrid en el Parque de los Príncipes, que no pasó la mitad de la cancha.
Acá podés opinar, pero no sé qué va a pasar. Se puede lesionar alguien, alguna expulsión o que te cobren un penal boludo. La única manchita que puede tener el ciclo Gallardo es que le han ganado equipos que lo atacaron. Pero el que no lo ataca, muere. Te hace cuatro, cinco.
-Elogió a Gallardo. ¿Cuán importante es su figura para este momento de River?
-Es todo. Es un tipo que está comunicado con las inferiores, sabe quién es el 9 de la Novena y el 10 de la octava. Sabe con lo que contás para subir. En Santiago del Estero jugó una final, en la que goleó a Racing. Llegó a las 2 de la mañana y se fue a ver a la Reserva. Eso no lo hace cualquiera, te diría que ninguno. Para los jugadores de Reserva es motivación al verlo ahí. No es fácil jugar en River. O te pongo otro ejemplo. ¿Por qué el City compra a Julián Álvarez? Por lo que hace en River. Pero allá no te miman y si pasan dos o tres partidos en los que no mojas te empiezan a cuestionar y después a prestar. Es difícil en Europa.
-¿Hay que ser fuerte de cabeza?
-Tenés que ser muy duro de mente. El que es así, a la larga triunfa. A mí hubo un año que me recontra puteaban en River; pero si me caía, cagaba. Si no sos duro y echás culpas, como que no me adapto o la familia… eso es una mierda. La adversidad la tenés que vencer en el verde césped, no hablando. Por eso, hay que ser duro de mente.
-¿Cuál es su jugador favorito de este plantel?
-Me gusta mucho Enzo Fernández, también Enzo Pérez. Julián Álvarez, lógico. Pero me conmueve el ida y vuelta de Simón, tiene unos pulmones infernales. Hace 80 metros y vuelve como si nada. Es un tipo tocado físicamente, me hace acordar en eso a Brindisi. Tenía un ida y vuelta descomunal, además de ser un crack. Fuimos compañero en Las Palmas y en Boca. Esa capacidad física no la tiene cualquiera y este pibe la tiene. Tiene todo: llega, desborda y tira buenos centros, no a cualquier lado. Es un jugador a futuro de nivel de Selección. Y como lo tiene en la mira Scaloni también los equipos de Europa, como a Enzo Fernández. Son jugadores que no abundan en el mundo.
-Desde que se alejó del mundo del fútbol es productor agropecuario. ¿Qué nos puede contar de su nueva vida fuera de las canchas?
-Lo soy desde el 81, cuando me compró Boca. Ahí compré unos campos en Margarita, en el norte de Santa Fe, de donde es el Chino Maidana. Los exploté cuando podía, pero ahora están alquilados. También tengo en Capilla del Señor, que estoy a una hora de mi casa. Siempre me dediqué a eso, es lo que me fascina. Por eso no hice el curso de entrenador. No me gusta ser entrenador, lo tenés que sentir. Me dediqué al campo. Estoy muy feliz. El único tema que tengo es mi señora, que está jodida de salud. Esto también es para los más chicos. Si bien dejó el cigarrillo hace 17 años hoy tiene epoc y es oxígeno dependiente. Pero tengo dos hijos, tres nietos. Estoy muy feliz. Son muy buena gente. También miro mucho fútbol, me gusta ver el fútbol inglés y ahora el francés. Y el francés es difícil, y lo digo para los giles que dicen que es de segunda categoría. Te agarran los descendientes de africanos, que miden 1.90 y te rompen todo. No es fácil. Puede que sea el más difícil de todos. Se tiran, te pisan. Ahora lo miro por Messi, que es por el único que pagaría una entrada. También soy muy fan de la F1 y de Max Verstappen. Es un monstruo este pendejo. Hace 3 años que estoy atrás de él. Cuando lo vi dije que es el heredero de Senna. El domingo me voy a entretener, tengo F1 en Bahrein y el Superclásico.
-Me dijo que le fascina el campo, pero hay mucha gente que dice que nunca se iría a vivir al campo
-Porque la gente no tiene idea de lo que es la calidad de vida. No es tener guita, es respirar oxígeno, tener olfato por el pasto, la vaca. Hablar con gente humilde. Eso es calidad de vida, eso es lo que a mí me enamora del campo. Ver trillar el campo, tomar mate. Tengo un amigo en Capilla del Señor, el Vasco, que tiene una forrajera. Compro tortas fritas y tomamos mates. Esos son momentos. Vos dirás qué boludo, pero eso es vivir y ser feliz. Ser feliz no es ir a Cancún o a la Torre Eiffel. Esta felicidad que encuentro en el campo no tiene precio. Esa es la felicidad. Tengo fanatismo por la tierra. Vivo en Belgrano, pero hasta Capilla del Señor tengo 50 minutos. Me llevó el termo y camino, pateo. Salgo de la locura de Capital. Es hermoso.
-Igualmente no es fácil trabajar en el campo
-Es durísimo, vos dependés del cielo, del momento justo en que tiene que llover. Si la chaucha no recibe el agua la planta sufre y no explota como debe explotar. O tenés mucha agua y te pudre toda la siembra. Después tenés al gobierno, que se la agarra con el campo. Es el único que tiene explotación genuina. Es el único país del mundo que pone retenciones.
SEGUIR LEYENDO: