Un micro con un recorrido fantasma, una ilusión de barras por una lista de admisión que cambió para que nada cambie, entradas de protocolo que quedaron bajo investigación judicial y una interna barra que tiene los pelos de punta a la Seguridad. Todo eso, además de los tres puntos, es lo que está en juego en el Superclásico de este domingo con un horario inusual de ingreso y una salida por la noche que lleva cierta preocupación a los organismos encargados de que nada raro ocurra.
Lo primero es que nadie quiere que se repita una imagen similar a la final de la Copa Libertadores 2018 frustrada por los piedrazos que recibió Boca cuando el micro dobló por Lidoro Quinteros. Por eso esta vez habrá un cambio de recorrido y un acompañamiento especial al plantel xeneize. La ruta recién será comunicada al chofer del ómnibus a las 16.30 horas, cuando se espera que salga de la concentración visitante para dirigirse al Monumental. La Policía, claro, sabrá desde la mañana del domingo todo el nuevo diagrama porque habrá postas especiales en ciertas calles para garantizar barrido del público y despeje de vehículos. Y a diferencia de lo que muchos creen, no se utilizará como vía alternativa la avenida Figueroa Alcorta.
Por otro lado y para terminar con el tema Boca, La Doce hizo trascender que toda la cúpula con Di Zeo a la cabeza había salido del derecho de admisión y estaba en condiciones de volver a los estadios. Pero esa es una verdad a medias. Ciertamente el jueves pasado caducó la prohibición por 24 meses que se les había impuesto en la ciudad de Buenos Aires justo antes del inicio de la pandemia pero eso no significa el regreso de Rafa a los paravalanchas. Aún está vigente la prohibición del Ministerio de Seguridad de la Nación impuesta en abril de 2019 y con fecha de finalización el 10 de abril de 2023 como la restricción de acercamiento impuesta por la Justicia por las causas que aún pesan en su contra.
Por fuera de esto lo que preocupa a los que velan por una fiesta en paz tiene que ver con la espiral de violencia de Los Borrachos del Tablón. En la previa al partido de Copa Argentina contra Laferrere fueron detenidos tres micros de la facción oficial y demorados los líderes de la misma, con Héctor Guillermo Caverna Godoy a la cabeza. Allí, en Salta, copó la disidente que hizo una inteligencia previa como si fuera la CIA. Diez días antes del encuentro una avanzada fue hasta Salta y se reunió con la intendencia para coordinar los lugares de acceso y espera del partido, ya que esa facción con 180 barrabravas estaba arribando 48 horas antes del match.
El vuelto llegó el domingo pasado frente a Gimnasia en el Monumental: la Policía demoró a 20 hombres de la disidente que querían entrar, les labró contravenciones a todos y los incluyó en el derecho de admisión. La sorpresa fue descubrir que algunos de ellos tenían entradas de protocolo lo que en un primer momento volvió a poner al club bajo la mira de los investigadores aunque la trazabilidad de los tickets indican que no salieron de dirigentes de la comisión directiva sino de empleados de River que siempre reciben dos entradas de protocolo para cada encuentro. Una de ellas, por ejemplo, fue a parar a manos del jefe de la barra de Platense, Matías Joel Sacco, lo que dejó en evidencia algo que Infobae viene contando hace rato: el reclutamiento de barras del Ascenso para dar la batalla por el control de la popular.
También hubo un hecho que sumó preocupación: un grupo de Pilar de la facción oficial ingresó a la Centenario y se ubicó a un costado para ver los movimientos de sus rivales y pasar el dato a sus jefes. La posibilidad de un enfrentamiento en la tribuna aterra y es por eso que habrá tres controles antes de cada ingreso para que no se mezclen nunca ambas facciones.
River además pidió en la semana a quienes manejan el programa Tribuna Segura que les envíe todos los nombres y datos de quienes están en la lista de admisión. Un escozor recorrió la espalda de los funcionarios que creyeron que quizá el club iba a intentar depurar la misma sacando algunos nombres. Por el contrario, lo que hizo la institución fue suspender la posibilidad que los nuevos barras que fueron identificados puedan adquirir sus entradas a través de la plataforma Tu lugar en el Monumental. Punto para River.
Con este panorama, finalmente se oficializó un súper operativo con 1.600 hombres distribuidos en todos los alrededores del Monumental. De ellos 1.200 serán policías de la Ciudad más 120 agentes del programa Tribuna Segura, que chequea los antecedentes de cada hincha que concurre a la cancha y habilita o no el ingreso. Cabe recordar que River tiene a 570 barras en el derecho de admisión. El resto serán empleados de seguridad privada, apostados tanto en los molinetes de ingreso como adentro del estadio.
Las puertas del Monumental se abrirán a las tres de la tarde y la avenida Lidoro Quinteros no se cortará en ningún momento, para que no se produzcan aglomeraciones. Además, aquellos que vayan con menores de seis años y jubilados tendrán un acceso especial por la calle Padre Neumann en un flamante ingreso llamado Canal Familiar. Todo será monitoreado por drones, helicópteros y grupos especializados de policía motorizada. Para que todo se lleve adelante sin inconvenientes y la única preocupación sea el resultado del partido.
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