Fue de los mejores volantes de la Argentina, pero los amigos del campeón lo llevaron a la ruina: “Pensé en suicidarme cuando estaba sumergido en el alcohol”

El Hacha Ludueña brilló en Talleres, lo quisieron Málaga, Boca, Independiente y San Lorenzo y se perdió el Mundial del 78 por una lesión absurda. Sin embargo, la noche y los excesos lo dejaron en bancarrota. Se recuperó como empleado municipal y se jubiló tras 30 años de servicio

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"Hoy estoy en casa disfrutando de mis nietos y de mis hijos cuando vienen a visitarme", describe su presente
"Hoy estoy en casa disfrutando de mis nietos y de mis hijos cuando vienen a visitarme", describe su presente

*Ludueña murió el 9/3/2023 y esta fue una de las últimas entrevistas que concedió

Me gustaba salir de noche con ‘amigos’ y despilfarrar dinero en mujeres, alcohol, e iba de boliche en boliche. Cuando sos reconocido te vienen a buscar de todos lados para salir de juerga y no te das cuenta de qué ese tipo de amistades son las que te arruinan la vida. Cuando me quedé en bancarrota, porque había malgastado mi plata, pedí ayuda, pero esos ‘amigos’ se borraron”, describe Luis “Hacha” Ludueña, quien hoy es jubilado, tras trabajar durante 30 años en la Legislatura de Córdoba.

Antes de ser empleado público, el Hacha Ludueña fue un lujoso volante por derecha, definido en su momento como “El Dios del Fútbol”, que brilló en Talleres de Córdoba y que vistió, además, la camiseta albiceleste de la mano de César Luis Menotti, previo al Mundial 78. Pero, producto de una lesión, quedó afuera de la convocatoria definitiva para la primera Copa del Mundo ganada por Argentina.

“Se me cortó el tendón del dedo gordo del pie izquierdo. Estaba en la casa de un amigo cerca de la pileta. La empleada doméstica me empujó al agua. Me volví loco, me saqué los zapatos, y me miré enseguida. Tenía un tajito chiquito. El pie se me había ido y me corté con el borde. Al otro día tenía el pie hinchado. Hugo Velázquez, médico en su momento del seleccionado nacional, se larga a llorar y me dijo: ‘Te perdiste el Mundial, te cortaste el tendón’. Lloré mucho. Dios sabrá por qué no lo jugué”, reveló dolido por aquella situación.

Mas allá de su carrera futbolística que pudo haber tenido más capítulos en el fútbol argentino y en España, ya que fue pretendido por Málaga, Boca, Independiente y San Lorenzo, Ludueña atravesó muy duros momentos personales que lo llevaron a pensar en quitarse la vida.

Pensé en suicidarme cuando estaba sumergido en el alcohol y la joda. ¡Ahora no! Porque todos mis hijos son muy buenos y tengo nietos bárbaros. Pero si no fuera por ellos no sé qué hubiera pasado con mi vida, no estaría en este mundo”, confesó Ludueña.

Al mismo tiempo, agregó: “Tomaba mucho alcohol. Hace 24 años que lo dejé, pero era un adicto. Hay días que la pasaba muy mal en todos los sentidos y se me notaba en lo físico, en la salud por todo lo que consumía. Pero cuando dejé el alcohol recuperé a mis hijos porque estábamos distanciados. ¿Qué cosa puede ser más importante que eso? Recuperé el amor y el cariño de ellos”, sostuvo en un mano a mano imperdible con Infobae.

-¿Qué es de su vida, Hacha?

-Ya me jubilé. Era el Jefe del Servicio de la Legislatura de Córdoba. Pasé 30 años trabajando allí y hoy estoy en casa disfrutando de mis nietos y de mis hijos cuando vienen a visitarme.

-¿Se desvinculó del fútbol una vez que colgó los botines?

-Seguí vinculado a San Lorenzo de Córdoba, el equipo donde nací futbolísticamente. Arranqué como técnico de inferiores y luego pasé a Primera. Luego, recalé en varios equipos de la provincia. En un momento me quedé sin trabajo, hasta que me salió lo de la Legislatura.

-¿Estaba urgido de trabajar?

Si, porque cuando jugué profesionalmente la plata que gané la malgasté. De esta manera, la pasé muy mal y necesitaba más dinero. Además, quería estar en contacto con otras personas.

-¿Cómo llegó a tener el trabajo en la Legislatura?

-Hace 30 años Nilo Neder (fallecido periodista cordobés) me encontró en el colectivo y me preguntó cómo estaba. Le dije que bien, y me respondió que no le mintiera, que él no me veía bien. Tenía razón. Entonces me pidió que fuera al otro día a la Legislatura, que me iba a hacer entrar a trabajar. Me costó hacerme la idea: ´¿Cómo iba a trabajar allí?’, me preguntaba. Al final, cuando ingresé me encargué de los materiales, los cuadernos, las lapiceras, las cosas para el café y fui feliz.

-Después de tantos años, ¿se extraña entrar a una cancha y estar en el vestuario con los compañeros?

-Sí, se extraña mucho, porque prácticamente fue la vida de uno, ¿no? Es muy lindo hacer lo que a uno le gusta. Cuando lo dejás, extrañás y siempre te gustaría volver a tener nuevamente esos momentos agradables. Cuando fui entrenador, extrañaba juntarme con los amigos de esos tiempos, ver los partidos, y además, reunirme con los padres de los chicos para tomar mate.

-¿Qué le pasó en su rodilla que le imposibilita moverse bien?

-Tantos partidos jugando infiltrado que el tiempo me pasó factura. Por jugar seguido se me acumuló liquido en la rodilla. Entonces, me infiltraba y con el tiempo me terminó perjudicando. Estoy muy embromado de la rodilla y tengo que esperar a que me operen. Me voy a poner una prótesis, porque no camino con normalidad y me imposibilita moverme bien, se me traba. Ya no puedo volver a patear una pelota. Imaginate que jugaba desde los 12 años. Y hoy tengo 74. Extraño mucho jugar y, cuando voy a ver a mis nietos o hijos, sale un peloteo, porque no puedo quedarme quieto ni parado.

-¿En qué malgastó la plata?

-En todo lo que te puedas imaginar. Me gustaba salir de noche con ‘amigos’ y despilfarrar dinero en mujeres, alcohol e iba de boliche en boliche. Cuando sos reconocido te vienen a buscar de todos lados para salir de joda y no te das cuenta de qué ese tipo de amistades son las que te arruinan la vida. Pero eso me pasó por no hacerle caso a mi padre, que me aconsejó en muchas oportunidades.

Hacha Ludueña, Maradona, Pavón, Bravo y Galván en el bautismo de la hija del Rana Valencia. El padrino fue Diego
Hacha Ludueña, Maradona, Pavón, Bravo y Galván en el bautismo de la hija del Rana Valencia. El padrino fue Diego

-¿Qué te aconsejaba?

-´Mirá, Hacha, esta gente no te conviene, son amigos de la noche. Acordate de lo que te dice este viejo. No le di ni cinco de bolilla. Le decía que se dejara de joder. Pero tenía razón. ´La gente está con vos por dinero; no por la clase de persona que eres´, me repetía a cada rato.

-¿Qué le respondías?

-´No papá, nada que ver´. Pero en las malas me di cuenta de que tuve amigos por interés. Había uno al que le pagaba el alquiler de su casa y le daba mucho dinero para que vaya todos los días al supermercado. Un día empezó a trabajar en Telecom, hizo muy buena plata, se juntó con una chica de la empresa, se compró una camioneta y cuando me veía pasar por la calle se cruzaba de vereda. Pero la terminó pagando caro. Dios se la hizo pagar.

-¿En qué sentido?

-Se murió por la droga y por un montón de cosas más.

-¿Se tiene verdaderos amigos en el fútbol?

-Uno es José Daniel Valencia. Y el otro es mi hijo Daniel, quien está desarrollándose en México. Mi mejor amigo murió, que fue mi padre. Teníamos una muy buena relación. No era de sos padres que te pedían cosas. Cuando lo perdí fue muy doloroso, porque, junto con mi madre, se me fueron dos cosas muy grandes en mi vida. Nunca más voy a tener ese tipo gente que estaba a mi lado sin pedirme nada a cambio, siempre fueron nobles. Hay personas que se me acercaron por lo que fui como futbolista y nada más. En su momento me pidieron ayuda, pero cuando los necesité desaparecieron.

-¿Para qué los necesitaba?

-Me quedé en bancarrota y necesitaba dinero, había malgastado mi plata. Antes pude comprar mi casa y la de mis padres, pero luego no tenía más. Y cuando pedí ayuda esos “amigos” se borraron.

-¿Se arrepiente de haber malgastado tanto dinero?

-Sí, pero más me arrepiento de haber tenido gente al lado roñosa y sucia, que no servía para nada. Me siento mal después de tantos años. Sigo muy dolido por aquella traición.

-¿Qué más te decía tu papá?

-Que mis “amigos” sólo me buscaban para irse de joda a las whiskerías y a los cabarets para que yo les pagara mujeres para acostarse. Él me lo advertía, pero no le daba bola. Además, me dijo que el mejor amigo primero es Dios; y luego soy yo. Todo lo que él me dijo se cumplió. Cuando se terminó el murmullo de la fama y el dinero, los que se arrimaron por interés se borraron. Tuve una mala experiencia con los falsos amigos.

-¿Tuvo problemas con el alcohol?

-Sí, tomaba mucho alcohol. Hace 24 años que lo dejé, pero era un adicto. Hay días que la pasaba muy mal en todo los sentidos. Se me notaba en lo físico y en la salud por todo lo que consumía. Pero cuando lo dejé recuperé a mis hijos, porque estábamos distanciados. ¿Qué cosa puede ser más importante que eso? Recuperé el amor y el cariño de ellos.

-¿Por qué llegó a ese extremo?

-Por la mala junta. Decí que gracias a Dios no me dediqué a las drogas. Estaba rodeado de gente drogadicta, pero jamás consumí.

-¿Ganó mucho dinero como futbolista?

-Se ganaba bien, pero no como ahora. Hoy, con un pase viven cómodamente hasta tus bisnietos. En su momento, ganaba como para comprarme mi casa, mi auto y pasarla bien.

-¿Cuándo se iba de juerga estaba casado o soltero?

-Desgraciadamente estaba en pareja. Encima de todo, no supe elegir bien a la mujer con la que estaba saliendo. Hasta el día de hoy estoy sufriendo esa situación, porque convivimos en la misma casa, pero estamos separados. No tenemos relación. Todo empeoró cuando me quedé sin plata y sin jugar al fútbol.

-¿Qué consejos les darías a tus hijos?

-Los mismos que me dio mi papá: “Sepan elegir bien a la persona que va a estar a su lado y administren bien el dinero que ganan. No repitan lo qué me pasó a mí”.

-¿Es cierto que te esperaban tus “amigos” en la puerta del entrenamiento de Talleres para salir de juerga bien temprano?

-Sí, pasaba eso. Los “amigotes” me esperan para salir de joda. Nos íbamos a Toledo, a las whiskerías. Hacía cerrar los cabarets para que estuvieran con mujeres. Y pagaba todo yo. Después, cuando uno los necesitó se borraron.

-¿Quiénes fueron los únicos que estuvieron siempre a tu lado?

-Mis hijos y nietos, los únicos fieles, y por eso vivo. Si no fuera por ellos, no sé qué hubiera pasado con mi vida, no estaría en este mundo. Pero por mi familia doy todo. Siempre me apoyaron cuando estuve mal y nunca me soltaron la mano. Por ese motivo estoy en pie.

-¿Pensaste en suicidarte?

-Sí, pensé en suicidarme algunas veces cuando estaba sumergido en el alcohol y la joda. ¡Ahora no! Porque todos mis hijos son muy buenos y tengo nietos bárbaros.

-¿Cuántos hijos y nietos tiene?

-16 nietos. Me acuerdo los nombres de algunos (risas). Uno es Gabriel, quien se fue a México a ver si Daniel (Ludueña) lo mete en algún equipo de allá. Después, están Sebastián, Daniel, Gonzalo, Titi, la Cata, la Luna, y se me olvidan algunos (risas). Tuve seis hijos con la misma mujer cuando pasábamos lindos momentos. No tuve problemas para mantenerlos porque ganaba bien. Lo que percibía no era como para comprarme tres o cuatro autos, pero sí para vivir bien y estar tranquilo. Los nietos más grandes viven cerca de mi casa. El resto viene a visitarme dos veces por semana. El mayor tiene 23; la menor, 15 meses.

-¿Gente del fútbol se acercó alguna vez a ayudarlo?

-Sí, Valencia siempre estuvo. Vive cerca de mi casa. Tiene un negocio y lo cruzo. Tenemos una relación muy buena.

-¿Es cierto que llegaron a nombrarlo como “El Dios del fútbol”?

-Sí. En 1976 hicimos una gira grande con Talleres y llegamos hasta Zaire. Jugamos un torneo junto a Temperley, la selección local y dos equipos más, el Itama y el Vita. Ganamos el cuadrangular. Yo jugué bien, eso dicen los mismos periodistas que luego me apodaron “El Dios del fútbol”. Ni a Pelé lo llamaron de esa manera (risas). Pero me compararon con O Rei, que fue mi ídolo, hasta que apareció Diego Maradona.

"en mi época se ganaba bien, pero no como ahora. Hoy, con un pase viven cómodamente hasta tus bisnietos", dice
"en mi época se ganaba bien, pero no como ahora. Hoy, con un pase viven cómodamente hasta tus bisnietos", dice

-¿Tuvo la oportunidad de jugar en un equipo denominado grande?

-Tuve la chance de irme a España y no lo hice por las malas compañías, por hacerles caso a ellos. Tenía todo cerrado. Había viajado a Europa y cuando volví a Córdoba, por un tema de papelerío, no me fui más. Ahí fue cuando me quiso Boca, dirigido por Juan Carlos el Toto Lorenzo. También Huracán, Independiente y San Lorenzo.

-¿Qué club español lo pretendía?

-Tenía todo acordado con el Málaga. A raíz de esto, Talleres se enojó y no me quiso vender a ningún otro club. Me castigó, porque se cayó el pase a España.

-¿Por qué no se hizo la transferencia?

-Por qué mis “amigos” me dijeron todo lo malo que uno puedo escuchar: que iba a estar mal, solo, que iba a extrañar y que me iba a cambiar la vida. Entonces, me dejé llevar por todo eso y así me fue.

-¿Todavía te duele la actitud que tomó Talleres?

-Sí, pero creo que algo de razón tuvo. Yo quería ir a Boca porque estaba Lorenzo y me adoraba.

-Estuviste presente en el debut de Maradona en Argentinos Juniors ante Talleres. ¿Cómo viviste aquel partido?

-Tuve el privilegio de estar en el debut en Primera de Pelusa. Fue un miércoles por la tarde, en la cancha de Argentinos. Diego entró en el segundo tiempo y le ganamos 1-0 con gol mío. Es otro lindo recuerdo. Después del encuentro comentábamos entre nosotros cómo jugaba ese “mocosito”. Me acuerdo de que la primera pelota que agarró le hizo un cañazo al Chacho Cabrera, el volante central de la T, y mi compañero lo insultó y le dijo: “La próxima vez te mato”. Al rato, el técnico Ruben Bravo lo cambió por miedo a quedarnos con uno menos.

-También presenció el debut de Maradona en Boca…

-Sí, estuve en el banco de suplentes de la T el día que debutó con la camiseta de Boca, aquel recordado 22 de febrero. Ya se vislumbraba lo que iba a ser Diego como futbolista. Era imparable. Luego, también me acuerdo de que vino a Córdoba para la despedida de Valencia. Yo fui su técnico en aquella ocasión. Muy buen muchacho Pelusa. Siempre charlábamos con él y Daniel. Estábamos juntos y éramos compadres.

-¿Por qué no formó parte de la selección argentina que disputó la Copa del Mundo de 1978?

-Desgraciadamente se me cortó el tendón del dedo gordo del pie izquierdo. Estaba en la casa de un amigo cerca de su pileta. La empleada doméstica me empujó al agua. Me volví loco, me saqué los zapatos, y me miré enseguida. Tenía un tajito chiquito. El pie se me había ido y me corté con el borde. Al rato paró de sangrar y me curé. Pero al otro día tenía el pie hinchado.

-¿Lo observó el médico del seleccionado?

-Me vio Hugo Velásquez y me dijo que moviera el dedo. “No puedo”, le contesté. “Dale que tenés que viajar el miércoles a Mar del Plata, que ya te quedás concentrado con la Selección”, me insistió. Pero no podía moverlo. Hugo se largó a llorar y me dijo: “Te perdiste el Mundial, te cortaste el tendón”. Lloré mucho. Dios sabrá por qué no lo jugué.

-¿No llegabas a recuperarte antes del Mundial?

-No, porque fue una operación muy grande y debía esperar como mínimo 60 días. El Flaco Menotti se quería morir. Según él, el titular iba a ser yo y Osvaldo Ardiles esperaba en el banco de suplentes. Pero bueno, no pudo ser. Me puso muy contento que lo ganáramos.

-¿Es verdad que cuando era parte del plantel albiceleste se lo vinculó como el tercero en discordia en una supuesta relación entre el entrenador y la actriz Graciela Borges?

-No tuve nada que ver. Recuerdo que Graciela iba al predio de José C. Paz cuando estábamos concentrados. Pero no sólo ella, sino que un montón de mujeres que eran estrellas de televisión visitaban a Menotti y a varios jugadores para tomar algo, a tres meses del comienzo de la copa.

-¿A quiénes observó?

-A Graciela Alfano y a Moria, que algunas veces asistía. Llegaban a la concentración, nos sentábamos, tomábamos algo en la misma mesa con el técnico y con algunos futbolistas como el Pulpo Luque.

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