La FIFA dictaminó una medida que tranquiliza a los jugadores que consiguieron huir de Ucrania en el inicio del ataque de Rusia, o que participan del fútbol ruso, hoy penalizado por la organización que rige el fútbol a nivel mundial y también por la UEFA. “Todos los contratos de trabajo de jugadores y entrenadores extranjeros con clubes afiliados a la Asociación Ucraniana de Fútbol (UAF) se considerarán automáticamente suspendidos hasta el final de la temporada”, reza el comunicado publicado esta tarde por la entidad.
Asimismo, quienes jueguen en Rusia tendrán tiempo hasta el 10 de marzo para decidir si quieren seguir vinculados a sus clubes o no. En caso de que opten por la negativa, “los jugadores y entrenadores extranjeros tendrán derecho a suspender unilateralmente sus contratos de trabajo con los clubes afiliados a la Unión de Fútbol de Rusia (FUR) en cuestión hasta el final de la temporada en Rusia”.
Esto implica que serán considerados “sin contrato” (libres) hasta el 30 de junio de 2022 y, por lo tanto, tendrán la libertad de firmar un contrato. Luego del final de la temporada en curso la FIFA anunciará los pasos a seguir.
La Asociación del Fútbol Argentino y Futbolistas Argentinos Agremiados habían elevado un pedido a la FIFA para que se tuviera en cuenta la situación de estos futbolistas que quedaron en medio del conflicto bélico, partiendo de los ejemplos de Claudio Paul Spinelli, Fabricio Alvarenga, Gonzalo Poblete y Francisco Di Franco, los cuatro que lograron huir de Ucrania luego de los primeros días de hostilidades.
La solicitud planteaba que pudieran reinsertarse en el fútbol argentino, pero para eso tenía que abrirse el TMS (Transfer Matching System), el sistema on line de transferencias. Y quien tiene la palanca para activarlo y desactivarlo es la FIFA, que ni siquiera había hecho una excepción en plena pandemia de coronavirus. Pues bien, en este caso, concedió.
En consecuencia, Spinelli (delantero, quien militaba en el Oleksandria), Alvarenga (extremo derecho, Rukh Lviv); Di Franco (delantero ex Boca, SC Dnipro-1) y Poblete (mediocampista, Metalist Kharkiv) pueden buscar nuevo destino y también ser pretendidos sin temor a una reprimenda, incluido el mercado argentino.
Varios de ellos atravesaron duras travesías para salir de Ucrania. “Yo tenía miedo de que me pase algo. Por adentro sentía que no me iba a pasar nada. Pero el temor iba en que me pase algo algo en las piernas, que caiga una bomba y me pase algo en las piernas. Me pasaban los aviones de guerra por arriba de la cabeza, parecía un videojuego”, narró Spinelli, ex Gimnasia y Argentinos, sobre el escape.
Si bien cierta tranquilidad lo invadió al llegar a Lviv, todavía sabía que le quedaba un largo tramo por delante hacia la frontera. “Eran 25 kilómetros, los primeros cinco con la combi, hice diez kilómetros arrastrando la valija. Hoy si me pasa algo ya se que sólo tengo que agarrar una mochila. A los tres kilómetros me pisa un auto con la valija y se me rompe. Era como estar en una película. A las 12 del mediodía empezamos a caminar y llego a las dos de la mañana, me moría de frío, estaba a 300 metros de la libertad. Había miles y miles de personas y los militares no te dejaban salir. Ahí llegué al momento de desesperación total. A mi papá le dije que iba a dormir en la calle”, detalló Claudio.
“Cuando llegué a la parte de la frontera era un caos. Muchísima gente quería salir, filas y filas de autos. Gente caminando. Era una película. Me llegó hasta pisar un auto, un camión se me tiró encima. Estaba toda la gente amontonada, desesperada. Trataban de pasar a los nenes tirándolos por arriba del alambrado. Me pisó un auto, me llevó puesto y me levantó. No me pasó nada. Tenía dos valijas y ahí se me llevó una valija. Eran 25 kilómetros, los primeros 5 los hice con la dos. Ahí me lleva el auto. Hice los otros 20 con la valija que se me rompió”, detalló parte de su calvario.
Poblete, ex Colón, San Lorenzo y Vélez, estaba de pretemporada en Turquía, mientras su familia se hallaba en Jarkov. Cuando empezó la invasión, le cancelaron los vuelos. Quedé en Turquía y mi familia allá. Hablo minuto a minuto, no puedo salir del teléfono. Cuando pasan minutos sin responderme me pongo inquieto. Ellos se encuentran en el subsuelo del hotel que estábamos porque nos íbamos a mudar a la nueva casa a los poquitos días”, explicó su angustia.
Hoy quedaron habilitados para continuar sus carreras lejos de la zona de conflicto. Y, por qué no, en Argentina, donde no les faltarán interesados.
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