Estudiantes de La Plata está en un buen momento y lo ratificó al no poder ser doblegado por Vélez en Liniers, donde empató 1 a 1 a dos minutos del epílogo para continuar en la cima de la Zona 2 de la Copa de la Liga luego de las primeras de cinco jornadas. Uno de los héroes es Leandro Díaz, quien selló la igualdad en el José Amalfitani para que el Pincha mantuviera su invicto. “Sabíamos que no teníamos que perder contra un rival muy duro como Vélez, que siempre se hace difícil. Por suerte pude hacer el gol y ayudar al equipo”, dijo el héroe del León luego del encuentro.
Pero lo llamativo ocurrió cuando le consultaron sobre la conexión que se dio entre el club platense y él. “Acá me aguantaron un poco más, en otros lados me corrían cada seis meses (risas). Confiaron en mí ese año y medio que tuve, cuando realmente no estaba bien de la cabeza. Los médicos del club me ayudaron y todo esto es por ellos y fruto del esfuerzo que le metí en los entrenamientos. Todo esto es meritorio por los doctores que me ayudaron un montón, y también algunos dirigentes que estaban cerca. Además, el técnico confió en mí, él sabe qué le puedo dar”, reveló con una claridad notable.
En la misma sintonía, durante el diálogo que mantuvo con TNT Sports, el goleador confesó lo que hizo para fortalecerse. “Tenía que contar lo que me estaba pasando. Eso es lo más importante, porque cuando uno tiene depresión tiene que hablarlo. No sé cómo agradecerles. Siempre se los digo y ellos se ríen y no saben todo lo que me ayudaron, porque en ese momento uno no sabía lo que va a haber. Hasta que un día me agarraron los doctores Hugo y Gustavo y hablaron conmigo. Ahí empecé a tratarme y lo demás vino solo. Gracias a Dios se me están dando las cosas”, continuó.
Finalmente, el periodista Juan Pablo Varsky completó el delicado tema al consultarle sobre la importancia de detectar la depresión cuando uno la está atravesando. “Es difícil cuando no lo contás, tuve la ayuda que necesitaba en el momento justo. Después empezó a salir, empecé a jugar me empecé a soltar y pude demostrar que pude jugar en Estudiantes. La verdad es que le debía mucho a club porque me habían aguantado muchos partidos y cuando volvió la gente también me ayudó un montón en lo anímico. Todo eso es gracias a Estudiantes, nada más”, cerró el goleador.
Estudiantes tuvo varias bajas por su participación en las fases previas de la Copa Libertadores, donde viene de dejar trabajosamente en el camino al Audax italiano de Chile y ahora deberá jugarse el pasaje a la etapa de grupos ante el Everton.
En cambio para Vélez y su director técnico, Mauricio Pellegrino, la obligación de realizar variantes se dio por la cantidad de lesionados que lo obligaron, por ejemplo, a producir el debut en el segundo tiempo del juvenil de la cuarta división Abel Osorio, hijo de aquel delantero de Argentinos Juniors y Talleres, de Córdoba, Aldo.
Dentro de ese marco, el que tuvo una leve ventaja en el juego fue el dueño de casa, impulsado además por el tempranero gol de cabeza de Lucas Janson que le dio energías espirituales y consecuentemente físicas para atrapar en su telaraña al buen equipo de Ricardo Zielinski. Por eso la síntesis del primer tiempo mostró a un justo ganador que era Vélez, ante un Estudiantes que con sus armas, que pasan por la practicidad, al ajuste de espacios y el juego directo, fue en busca del empate con una encomiable calma, sin caer nunca en la desesperación.
Cuando Zielinski empezó a quemar las naves con los ingresos de algunos titulares claves en su estructura de juego como el autor del gol, el tucumano Leandro Díaz, junto a Mauro Boselli, Gustavo Del Prete y Fernando Zuqui; la situación cambió. En ellos se apoyó el Pincha para alcanzar una igualdad que acreditó por lo hecho en la segunda etapa y le permitió sostenerse invicto en la cúpula de la Zona 2, dejando a Vélez afuera del cuarteto que se está clasificando para los cuartos de final del certamen.
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