River tenía prácticamente todo listo para saltar al campo de juego del Nuevo Gasómetro y enfrentar a San Lorenzo por la quinta jornada de la Copa de la Liga. Sin embargo, hubo un imprevisto de última hora: Julián Álvarez, con un fuerte dolor de cabeza, tuvo que abandonar la entrada en calor y fue reemplazado por Braian Romero.
Fue Matías Biscay, ayudante de campo de Marcelo Gallardo, el que hizo las señas para llamar al reemplazante del cordobés, que además de ser la gran figura del equipo (y uno de los mejores del fútbol argentino, sino el mejor), venía en buen nivel. Junto a uno de los auxiliares, Álvarez se fue tomándose la cabeza y acusando su migraña.
Esta situación llevó preocupación al contingente riverplatense, ya que no es la primera vez que en las últimas semanas uno de los elementos del plantel acusa malestares físicos (independientes de lesiones musculares o traumatismos). Sin ir más lejos, en la semana Nicolás de la Cruz y Juan Fernando Quintero arrastraron síntomas gripales (el uruguayo quedó descartado para hoy y el colombiano figura entre los relevos).
Además, Gallardo viajó sobre la hora al partido contra Newell’s en Rosario por padecer una fuerte gripe. El Muñeco, presente en cancha del Ciclón, no llegó al 100% de sus condiciones: trascendió que por un fuerte malestar estomacal estuvo en duda su presencia en el estadio Pedro Bidegain.
El banco de suplentes de River quedó un tanto descompensado por la baja de Álvarez (y la inclusión de Romero): los arqueros Ezequiel Centurión y Franco Petroli, los defensores Jonatan Maidana, Javier Pinola, Emanuel Mammana, Elías Gómez y Andrés Herrera, los mediocampistas Juanfer Quintero y José Paradela y el delantero Matías Suárez.
Vale remarcar que el Millonario ya había perdido a un par de piezas importantes desde el último duelo ante Racing en el Monumental: a de la Cruz se le sumó la de Enzo Pérez, quien no completó el choque contra la Academia. Lo mismo sucedió con Leandro González Pirez, sustituido el domingo pasado pero titular esta tarde frente a los de Boedo. Y en la enfermería sigue Tomás Pochettino, quien arrastra un golpe en la costilla izquierda desde el partido ante Newell’s.
Luego de la victoria de River ante San Lorenzo, a Gallardo le preguntaron por Julián Álvarez en la conferencia y detalló: “Estaba bien. Cuando se bajó del micro sintió algunos dolores de cabeza y pensamos que no era nada. En la entrada en calor sintió mareos y decidimos que no jugara porque no estaba en condiciones, fue simplemente eso. No arriesgarlo fue una buena decisión. No vas a arriesgar a un jugador que no puede jugar”. Y amplió: “Ahora estaba mejor, pero va a seguir en observación. Son varios los casos que últimamente tuvimos con cuadros de gripe y fiebre en las últimas semanas. Puede ser algo de eso, vamos a ver cómo evoluciona”.
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